El seis veces ganador de majors Phil Mickelson dijo que una de las razones por las que aceptó la propuesta para jugar las LIV Golf Invitational Series es que sus eventos son de sólo 54 hoyos. Esta semana, sin embargo, es más que posible que sólo juegue 36 porque su regreso a Estados Unidos para disputar el US Open ha supuesto un serio golpe de realidad.
El día en que cumplía 52 años, el golfista de San Diego sufrió de lo lindo en el The Country Club, a las afueras de Boston, para terminar con un durísimo 78 en su marcador. Ocho golpes por encima del par del campo que le sitúan en el puesto 144º de los 154 jugadores que participan en el torneo. Un resultado que convierte en una quimera para él pasar el corte.
«Realmente, disfruté de la ronda. Creo que es un campo de golf espectacular», dijo Mickelson tras finalizar su partido continuando con sus declaraciones de perfil bajo con las que ha vuelto a casa. «Tuve una importante lucha con el putter en los primeros hoyos, igual que la semana pasada», añadió para explicar el por qué de su mal resultado.
La de ayer fue la primera ronda competitiva para Mickelson desde que fallara el corte en el Farmers Insurance Open a finales de enero. Cometió tres bogeys en los cinco primeros hoyos y después sufrió en el green del par tres del hoyo 6, con cuatro putts para añadir un doble bogey a su tarjeta. Y aunque en el 11 vivió su mejor momento, con un birdie pateando desde tres metros, único en su ronda, en el 12 mandó la bola al rough, necesitó dos golpes para volver a calle y cometió otro doble bogey que le puso ya imposible salir airoso.
Salvo milagro, este viernes pondrá fin a su 31º US Open y su octavo intento por convertirse en el sexto jugador en ganar el Grand Slam por detrás de Jack Nicklaus, Tiger Woods, Ben Hogan, Gary Player y Gene Sarazen. Phil, que ha sido segundo clasificado en seis ocasiones en el US Open, más que nadie, no parece que vaya a lograr tampoco este año estar en la pelea por el título.
Y a partir de ahí, comienzan las incógnitas sobre su futuro. Después de ser sancionado por el PGA Tour tras participar en el evento inaugural de LIV Golf en Londres, Mickelson tiene previsto jugar el Open Championship en St. Andrews del 14 al 17 de julio. El resto de su agenda sólo incluye los siete eventos restantes de LIV Golf por los que, según varios informes, recibe 200 millones de dólares en cuatro años además de los premios de cada torneo.
Mickelson, que ganó 45 eventos en el PGA Tour acumulando unas ganancias en premios deportivos de 95 millones de dólares en toda su carrera, desveló hace unos días su deseo de mantener su mebresía vitalicia del circuito estadounidense. Algo que, a día de hoy, parece complicado que ocurra… Y a la espera de la decisión definitiva de los Grandes sobre los jugadores de LIV Golf, tal vez esté viviendo su último US Open. Quién sabe…
