David Puig no tuvo demasiado tiempo para celebrar su gran segunda ronda en el US Open, el corte superado y la clasificación olímpica. Un hat trick de tomo y lomo en apenas cinco horas de golf en Pinehurst. Estaba feliz y emocionado, igual que su familia y su novia, pero las fiestas habrá que dejarlas para más adelante. Acabó de jugar muy tarde y había que estar listo para la siguiente batalla, la tercera ronda del US Open. Mucho descanso, tiempo para bajar pulsaciones, recuperar y dormir bien. Eso sí, los mensajes de felicitación le llegaron en cascada.
Puig admite que todos son especiales y ha intentado responder a cada uno de los que le ha ido llegando, pero sin duda hay uno marcado en rojo. De quién iba a ser, si no del que precisamente va a ser su compañero de fatigas en los Juegos de París y roommate esta semana en Pinehurst. Hablamos, obviamente, de Jon Rahm. El golfista de Barrika, pie izquierdo en alto, con un vendaje especial y viendo por televisión el US Open, le mandó un mensaje al teléfono móvil de los que se quedan grabados. No se puede decir más en menos: «Puto amo, gran guerra, bien hecho». Conciso, pero directo. Sin grandes rodeos.
Hay que recordar que Rahm y Puig se han acercado mucho en los últimos meses, concretamente desde que David se pasó a profesional y decidió establecer su residencia en Scottsdale, muy cerca de Rahm. Entrenan muchas veces juntos, tanto en el campo de Whisper Rock como en Silverleaf, también comparten sesiones de gimnasio y, por supuesto, coinciden en todos y cada uno de los torneos de LIV Golf. Además, los dos tienen pasado Sun Devil, formados en la Universidad de Arizona State, por lo que tanto por generación, aunque Puig es siete años más joven, como por afinidad y elementos en común se han hecho muy cercanos. Con todo este contexto, lógicamente, Jon estaba muy feliz con la clasificación de Puig.
Hay que recordar que volaron juntos desde Houston en el avión privado de Rahm y que tenían pensado compartir casa durante el US Open, ya que Jon viajó solo puesto que Kelly decidió quedarse en Arizona a causa del embarazo. De hecho, vivieron juntos hasta que Jon decidió retirarse por la inoportuna herida en su pie izquierdo. «Ha sido una pena que Jon se haya ido del torneo, primero evidentemente por verlo competir y que se diera una oportunidad, pero también porque habría sido una gran experiencia para mí, poder ver de primera mano cómo prepara una gran campeón como Rahm estas citas Grandes. Ha sido una pena», explicaba Puig al término de su vuelta.
Ahora, Puig ya sabe que podrá compartir de primera mano esa experiencia en los Juegos Olímpicos. Ahí sí que van a estar juntos noche y día.



