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Historias más o menos desenfocadas de la última gran batalla en The Country Club

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Fitzpatrick, tras ganar el US Amateur de 2013 en The Country Club
Fitzpatrick, tras ganar el US Amateur de 2013 en The Country Club

Semana de US Open en un territorio legendario. Hablaremos en Ten Golf mucho y bien del The Country Club, la sede en Brookline, Boston, pero el presente reportaje no tiene tanto que ver con el lugar como con lo que allí sucedió en agosto de 2013. La última gran batalla en The Country Club.

Aquello fue un US Amateur y ganó Matthew Fitzpatrick. «Jamás he visto una actuación con el putt de este nivel», declaró un abatido Oliver Goss, su víctima en la final por 4 y 3. Fitzpatrick apenas tenía 18 años por aquel entonces, pero se ve que ya le había cogido el gusto a eso de ir ahogando a sus rivales en los greenes.

La lista de jugadores que desfiló por aquel The Country Club quita el hipo. Muchos repetirán esta semana en el US Open y una buena parte son serios candidatos a la victoria. A ver, tomen buena nota: Scottie Scheffler, Bryson DeChambeau, Xander Schauffele, Corey Conners, Matthias Schwab, Patrick Rodgers, Ricardo Gouveia, Whyndham Clark… cojan aire que hay más… Cameron Young, Denny McCarthy, Talor Gooch, CT Pan, Justin Thomas, Carlos Ortiz, Max Homa, Will Zalatoris, Aaron Wise, Davis Riley… Casi nada.

Aquel US Amateur nos demuestra lo negligente que puede resultar realizar pronósticos absolutos a esas edades, justo antes de pasar al mundo profesional. Justin Thomas, por ejemplo, no pasó un corte que quedó establecido en +4 después de 36 hoyos. Por contra, Oliver Goss llegó a la final y Neil Raymond y Brady Watt acabaron primeros en la fase stroke play.

Hoy, Goss da clase desde 2018 en el campo de Australia (Royal Fremantle GC, Perth) del que han salido Minjee Lee o Min Woo Lee, Neil Raymond es representante de Adidas y Watt malvive en el circuito de Australasia. De los tres, Goss llegó más alto en el ranking mundial. Ocupó el puesto 611º en 2015. Thomas acaba de ganar su segundo PGA Championship.

El caso del australiano Goss es especialmente llamativo. No sólo llegó a la final de aquel US Amateur, sino que en 2014 pasó el corte y fue el mejor amateur del Masters de Augusta y en 2012, antes de todo esto, ganó un torneo profesional del Australasia. Iba para estrella, pero ya sabemos que los designios del deporte son inescrutables. Ha jugado seis torneos en los últimos cinco años.

Conners, el canadiense, llegó hasta las semifinales tras ‘cargarse’ por el camino a Patrick Rodgers y Bryson DeChambeau. Su estampida acabó cuando se cruzó con el putter del campeón en la penúltima ronda. Scheffler alcanzó los cuartos de final. Al Número Uno siempre se le ha dado bien el match play. Fue derrotado por Watt, qué cosas cuando se revisan con el paso del tiempo.

También andaba por allí Jordan Niebrugge, un jugador que parecía que se iba a comer el mundo y que hoy está en semiretirada. El año pasado jugó seis torneos entre el circuito de Canadá y el Korn Ferry Tour y en 2022 aún no se ha estrenado. Son historias más o menos desenfocadas.

Fue un US Amateur de altos vuelos y no faltó la presencia española. Sólo tuvimos a uno. Fue Scott Fernández y se quedó a un golpe de clasificarse para la fase match play. Lástima. Su recuerdo de aquello es extremo. Amor y miedo a partes iguales.

«Fue una semana increíble. El campo es una maravilla y Boston, espectacular. Se cumplían 100 años del US Open que ganó Francis Ouimet y su recuerdo estaba en cada paso que dabas. Fue impresionante», asegura Scott a Ten Golf.

Eso sí, la preparación del campo fue pues… muy de USGA, muy de US Open, muy de US Amateur. «Es el campo más difícil que he jugado en mi vida. Las calles eran estrechísimas, como si estuvieras en una película, cuanto más al horizonte mirabas, más estrecho se volvía aquello. Y el rough era durísimo. Si fallabas la calle no podías hacer más que chipear para volver de nuevo a la calle. No había quien la moviera. Recuerdo los búnkers de green, profundísimos. Te metías allí y no veías la bandera. Levantabas los ojos y lo único que visualizabas era una maraña de hierba de rough con la que perfilaban los búnkers para crear aún más sensación de dificultad. Era muy de links. A veces sacabas de búnker y la bola atravesaba ese rough. También recuerdo que había muchos tiros ciegos», afirma.

Pese a la historia de terror que acaba de contar, el golfista granadino terminó el torneo encantado. «El ambiente de esa semana, la casa club, todo fue espectacular. Yo me lo pasé muy bien… Si tuviera que decir algo, sería que es un campo para grandes ‘driveadores’», remata.

Fitzpatrick, por cierto, se convirtió en el primer inglés en ganar el US Amateur desde Harold Hilton en 1911. Aquello sí que fue una historia desenfocada…