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US Open Championship 2022 | Día para olvidar de Jon Rahm

Jon Rahm no encontró el plan A ni el plan B

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Jon Rahm
Jon Rahm, después de pegar su segundo golpe en el hoyo 12. © Pedro Salado | Golffile

Jon Rahm (+1, vuelta de 74 golpes) no ha podido defender su título de campeón del US Open con garantías y hasta el último suspiro, hasta el mismo esprint final. Salía a un solo golpe de los líderes en la ronda definitiva, pero la vuelta dominical se le atragantaba de una u otra manera casi desde el inicio. “Han sido 53 hoyos muy buenos y malos los últimos 19”. Así ha definido Jon a vuela pluma su semana en el The Country Club, refiriéndose, claro está, al último hoyo del sábado, el del doble bogey que le negaba la posibilidad de salir de líder en solitario el domingo, sumado a la totalidad de la última jornada. 

Las malas sensaciones del jugador español se corresponden desde luego con lo que se ha visto desde fuera de las cuerdas. Comenzando por el hoyo 1, en el que no conseguía cazar el green con un wedge en las manos (estaba a poco más de 90 metros de la bandera) después de una espléndida salida con la madera 3. Y no es que el asunto fuera rematadamente mal desde el inicio, porque al fin y al cabo el de Barrika se subía al tee del hoyo 5 con un parcial de par en el día, registro que nunca es malo en este torneo, incluso en una jornada algo más permisiva que las anteriores, gracias a la tregua que daba el viento.

Pero en el 5, el fantástico par 4 corto que tanto juego ha dado durante toda la semana, caía el primer bogey y de alguna manera se establecían las bases de lo que iba a ser el resto de la vuelta, porque Jon no encontraba la manera de achicar cuando se abría una vía de agua, ni tampoco era capaz de aprovechar las opciones de birdie más o menos claras que llegaba a crear. O lo que es lo mismo: este domingo, en tierras de Massachusetts, ni el putt ni el juego corto del gran campeón vasco han estado a la altura del reto. Incluso en una jornada en la que su juego de tee a green no estaba siendo mayúsculo, Jon podría haberse mantenido a flote y en la pelea hasta el final de haber afinado más en los alrededores de los greenes y con el putter en la mano.

A pesar de los pesares, se trataba de mantener la cabeza fría, porque el primer intento de escapada de Scheffler no había prosperado y Jon se mantenía dos abajo después de siete hoyos. Todo podía ocurrir todavía. Quizá en el hoyo 8, primer par 5 del campo, Jon comenzó a darse cuenta de que verdaderamente no encontraba el modo de enderezar las sensaciones y el rumbo, puesto que después de una gran salida, el segundo tiro se marchaba muy desviado a la derecha. Pagaba peaje en cada error y tampoco sacaba rédito de los buenos disparos (salvo en el hoyo 11, donde obtenía el primer y único birdie de la vuelta). Y ya sabemos cómo terminan este tipo de hemorragias en cualquier torneo, mucho más en un US Open. 

Jon mostraba toda su decepción al finalizar la vuelta. Al fin y al cabo, viéndose en acción los días anteriores, seguro que lo que menos esperaba era una rondas de golf de este tipo, tan luchada y tan poco agraciada. Estaba sereno y con la cabeza alta, pero sin poder evitar ese latigazo de agria frustración. Seguro que la herida tarda todavía en cicatrizar, pero quizá debiera tener en cuenta que hace 118 años un jugador europeo, el escocés Willie Anderson, conseguía defender con éxito su título en el US Open y desde entonces ninguno más lo ha conseguido. En realidad, nadie que no fuera estadounidense lo ha conseguido. Algo tiene el Abierto de los Estados Unidos al respecto, porque 118 año son demasiados como para considerarlo un dato casual. 

Matthew Fitzpatrick, flamante ganador, tendrá su oportunidad en 2023 de romper semejante maldición. Y a Jon le queda el consuelo de haberse reencontrado con la mejor versión de sí mismo durante 53 hoyos. Que no son pocos.

Resultados finales del US Open Championship 2022