Inicio US Open US Open 2022 Cuidado con los conflictos técnicos de Collin Morikawa…

Cuidado con los conflictos técnicos de Collin Morikawa…

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Collin Morikawa, en las rondas de prácticas del US Open © USGA
Collin Morikawa, en las rondas de prácticas del US Open © USGA

Collin Morikawa es ahora mismo la versión golfística de Indiana Jones. Mientras el mítico arqueólogo casi se deja la vida buscando el templo perdido, Collin se está dejando las manos y hasta el buen sentido del humor en busca de un golpe. Su golpe. El golpe que le hizo ganar el PGA Championship y el Open Championship. El golpe que le hizo pelear de tú a tú por el Número Uno del mundo. El sello de Morikawa.

Morikawa lleva dos semanas trabajando a destajo para recuperar su mítica bola cortada. Se trata de ese golpe con efecto absolutamente controlado de izquierda a derecha que se convirtió en su guarida. Era su zona de seguridad. Ahora no está. «No sé qué ha pasado, pero no está. En las dos últimas semanas he trabajado seguramente más que en toda mi vida. No sé ni cuántas horas he estado en el campo de prácticas. He repasado vídeos y todos mis pensamientos del swing desde la universidad. Pero no hay manera. No me sale. No consigo que la cara del palo llegue abierta a la bola», explica entre desconcertado y divertido.

Morikawa sabe que tiene un problema, pero ha conseguido superar la fase de la frustración. «Me he enfadado mucho. Ha habido vueltas en las que no he cruzado palabra con JJ (su caddie) y yo no soy así. Creo que soy un jugador feliz, me gusta sonreír en el campo, pero este año me ha costado mucho. Pienso que había hecho una preparación muy buena, pero los resultados no salen», afirma.

Lo mejor de esta historia, para Morikawa, es que la frustración parece haber quedado atrás y ha dado paso a la aceptación. «Para mí la aceptación es vital en un golfista de máximo nivel. Tienes que tener claro que vas a pegar malos golpes en una vuelta y hay que aceptarlo. No es fácil, pero no queda otra. Creo que para ganar Grandes, una de las claves más importantes es la aceptación», afirma.

Y no hay mejor manera de aceptar que hay un problema que buscar la solución. Morikawa asegura que cada vez está más cómodo pegando bolas al draw. «No me voy a convertir en un jugador de draw (efecto de derecha a izquierda en los diestros), pero sí que voy a pegar más golpes en ese sentido. Hay que jugar con lo que uno tiene y hacer resultado con tus armas. Esto es fundamental en los golfistas más grandes de la historia. Estoy en ello», afirma.

A la vista de sus palabras, cualquier podría decir que con Morikawa no hay que contar esta semana, sin embargo hay que tener mucho cuidado con este golfista y cómo se las gasta. La última vez que se vio inmerso en un conflicto técnico de campeonato fue en el Scottish Open de 2021, el año pasado. Morikawa no conseguía tirar los putts exactamente como quería, hasta el punto de que prácticamente no podía patear. A la semana siguiente ganó el Open Championship… No se fíen de él. Encontró la solución antes de salir a jugar en Royal St George’s. Aún tiene tiempo de encontrar el camino en las horas que quedan antes de empezar el US Open. Él no va a dejar de intentarlo.

Por cierto, además de este profundo conflicto técnico, Morikawa ha reconocido que todo lo que está pasando con LIV Golf le está afectando. «Es una distracción. A quién no le gustan los chismes y el drama. Se está hablando mucho de esto y es inevitable que te distraiga. Es inevitable estar preocupado con lo que puede pasar con el PGA Tour en dos años. No lo sabemos. Nadie pensó que esto iba a ser un problema cuando debuté aquí hace tres años. Es una distracción y tengo que intentar dejarlo a un lado y centrarme solo en el golf, en los torneos, en los golpes», afirma.

Moraleja: Si un tipo con dos Grandes y la categoría de Collin Morikawa asegura que ha perdido su mejor golpe y no es capaz de encontrarlo, qué no nos pasará a los amateurs. Como para andar enfurruñados todo el día porque un tiro no nos ha salido exactamente como queríamos. La lección que nos deja Morikawa es que tenemos que echarla al suelo…