Inicio Women's US Open US Women's Open 2019 Buscando al gato encerrado de este US Open…

Buscando al gato encerrado de este US Open…

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Carlota Ciganda, durante la ronda de prácticas del martes en el Country Club of Charleston. Copyright USGA/Darren Carroll
Carlota Ciganda. Copyright USGA/Darren Carroll

Este no es el US Open que me lo han cambiado. La primera impresión al ver el Country Club of Charleston es inquietante. Como quien mira a cámara lenta la actuación de un mago para intentar descubrir dónde está el truco. Hay una mezcla de alivio y recelo. Una batalla entre lo que se ve y lo que se espera. Flota en el ambiente una sensación extraña que no se disipará hasta que empiece el juego y los birdies y bogeys caigan por su propio peso. A pocas horas de que arranque el US Open femenino nadie sabe a ciencia cierta lo que puede ocurrir, de lo que no hay ninguna duda es de que estamos ante un campo atípico de US Open.

El manual de la USGA habla de calles estrechas como tubos, rough alto y despiado, hoyos largos como un día sin pan y greenes de mármol. Pues bien, en Charleston hay poco de eso, si acaso los greenes, duros, rápidos y muy movidos, pero no mucho más. Incluso, alguna jugadora, atónita, ha asegurado en el vestuario que le parece un campo simple. Eso sí, más de una le mandaba callar nerviosa, como si por el simple hecho de decirlo estuviera invocando algún mal, como si la USGA hubiera urdido un plan invisible que sorprenderá a todas este jueves.

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De momento, sólo se puede hablar de lo que se ve, de lo que aparece en los libros de medidas y de las sensaciones que ofrece el campo al jugarlo. “Las calles son un poco más amplias de lo que suele ser un US Open y no es muy largo. En los pares 5, por ejemplo, se llega de dos. No es el clásico campo de la USGA, con calles estrechas y árboles. Es más bien abierto, invita a pegar”, asegura Carlota Ciganda a Ten Golf. “Es ancho desde el tee y no hay mucho rough. Es diferente”, apostilla Azahara Muñoz.

“Las calles son un poco más amplias de lo que suele ser un US Open y no es muy largo. En los pares 5, por ejemplo, se llega de dos»

La sensación general en las conversaciones en el campo de prácticas es de desconcierto. “Al final esto es un US Open y cuidado… No va a ser fácil. Los segundos tiros van a ser complicados, serán la clave del torneo. Los greenes son grandes y muy movidos, por lo que es fundamental estar en el sitio correcto, de lo contrario te pueden quedar putts muy largos y complicados”, afirma Carlota.

“Si eres pegadora, hay que darle duro desde el tee porque hay libertad y dejarse un palo lo más corto posible para atacar a green»

En este sentido, su hoja de ruta esta semana está muy clara: “si eres pegadora (como ella), hay que darle duro desde el tee porque hay libertad y dejarse un palo lo más corto posible para atacar a green. Si tiene un pitch en la mano la puedes parar y dejar cerca, pero con un hierro 7 va a ser muy complicado dejarse opciones de birdie”, afirma.

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Otro factor importante esta semana puede ser el calor. Se espera un clima seco durante el torneo. Ayer mismo ya apretó lo suyo durante la ronda de prácticas. “Se esperan temperaturas de 37 grados con una sensación térmica de 39. En este sentido va a ser duro y habrá que administrar muy bien la energía”, afirma Azahara.

Todo apunta, por tanto, a un US Open con resultados algo más bajos de lo habitual, con más birdies, más jugadoras desplegando un golf agresivo y no tantas jugando a la contra. Eso es lo que parece, pero habrá que esperar al jueves para saber si la USGA guarda un gato encerrado…

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