Adam Scott estaba eufórico. Su exhibición en Doha no se ve todos los días. Marcarse un 61 el último día de torneo y llevarse el triunfo en Qatar con tres golpes de ventaja sobre un excelente Henrik Stenson es motivo más que suficiente para la felicidad…
Sin embargo, este chico australiano de 27 años, que ayer sumó su undécima victoria entre el circuito Europeo y el Americano, está llamado a grandes cosas. Quizás por eso, se mostraba aparentemente tranquilo tras el extraordinario despliegue de golpes que había ofrecido. "Simplemente me ha salido todo esta tarde", aseguraba.
Adam Scott pertenece a esa generación de jugadores que tiene que pelear ya por los grandes y él lo sabe. El australiano tiene un plan y ayer lo explicaba de forma clara. "En los próximos dos meses y medio vienen grandes torneos. Tenemos los dos de Copa del Mundo y Masters de Augusta, así que ojalá pueda mantener este estado de forma para entonces y meterme en la pelea de alguno de ellos", afirmó…
Al margen de su juego, hay una casualidad histórica que apoya su sueño de conseguir un 'major'. Scott logró el triunfo en el Masters de Qatar con un resultado de -20, igualando el mejor de la historia del torneo, conseguido por Paul Lawrie en 1999. Aquel año, el escocés logró su primer y único grande: El Open Británico.
No deja de ser una simple curiosidad estadística, pero teniendo en cuenta que en el golf cada factor cuenta, por intrascendente que pueda parecer, no habría que descartar que, a partir de hoy, Adam Scott duerma cada noche con los recortes de prensa de aquella victoria de Lawrie en la mesilla de noche.
