Inicio Noticias «Aquel 77 el viernes en Valderrama supuso un cambio en mi carrera»

«Aquel 77 el viernes en Valderrama supuso un cambio en mi carrera»

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Han pasado algo más de 24 horas desde que Pablo Larrazábal ha cantado victoria en Munich, cuando se detiene tranquilamente a repasar con Tengolf este momento caliente de su carrera, además de otras cuestiones…

La jornada ha sido movida, repleta eso sí de parabienes, enhorabuenas y felicitaciones. Esta semana juega en Francia y después es muy probable que se tome un descanso en la semana del Open de Escocia para dar tregua a su rodilla izquierda y preparar a conciencia el British.

Estaba rondando la victoria desde hace mucho tiempo. Había que saber si llegó a sentir la ansiedad de no poder rematar una semana. «No he sentido ansiedad, entre otras cosas porque yo juego con unos objetivos algo distintos. Mi primer objetivo es quedar lo más arriba posible y para eso lucho golpe a golpe. Esa es la idea, ir golpe a golpe. Además, también sabía que quedando segundo iba al British, y eso en sí mismo era también un objetivo. Después, si tienes el putt para ganar un torneo el domingo, pues evidentemente haces lo posible por ganar. Un ejemplo de todo esto que digo: en el hoyo 18, el 72 del torneo, antes del desempate, tenía un putt de birdie de unos siete metros. Y le dije a mi caddie que con un putt ganaba y con dos me metía en el British. Así que había que tirarlo a meter, sí, pero midiéndolo todo».

Esa recta final del domingo, antes del desempate. «Tenía la experiencia del año pasado, cuando tiré el torneo al final. Así que estaba seguro que si no hacía bogeys en los últimos hoyos me podía ir bien. Y jugué con esa idea. Cuando vi que Goosen estaba cayendo cogí un poco más de confianza. Yo iba dos grupos por delante de Sergio, pero sabía casi perfectamente lo que podía estar haciendo. La gente en Munich estaba con Sergio, esa es la verdad, y los rugidos de la gente cuando hizo los birdies y los eagles se notaban. Pero yo tenía que ir a lo mío. A hacer mis pares y mis cosas».

El desempate con Sergio, un auténtica ‘burrada’, golf de tiralíneas. Grandes golpes a los que se respondía con otros iguales o mejores. «Yo sabía que para ganar a Sergio un desempate tenía que jugar impecable. Estaba preparado y con relativa relajación. Vamos a ver: Sergio es el mejor del mundo pegando desde el tee. Y también es el mejor del mundo pegando maderas desde la calle a green… Quizá no sea el mejor del mundo en los greenes, pero yo sabía que no iban a valerme pares en las tres veces que jugamos el hoyo 18. Tenía que hacer birdies. También tenía la experiencia reciente del play off de Sunningdale, en la previa del British. Allí perdí en el sexto hoyo de desempate y ya estaba preparado para aguantar, para tener paciencia. En el momento en que vi que era Sergio mi rival en el desempate no pensé en nada concreto. He aprendido las cosas que tengo que hacer para concentrarme en momentos así. Sales con Sergio a jugar y está muy bien, pero sabes que es un rival al que tienes que intentar ganar. Después, ir hablando con un amigo en esos primeros 150 metros que vas andando hacia la bola, no sólo no es un problema, sino más bien al revés, un placer».

El retorno de Sergio García a lo más alto. «Lo que yo dije en la ceremonia de entrega de premios es que, en realidad, para mí Sergio nunca había dejado de ser de los mejores del mundo. Estos resultados últimos le van a dar más confianza y entonces le vamos a ver muy pronto en el top-ten mundial. Y creo que eso sería algo muy importante para el golf español, pero también para el golf mundial. Va a volver a ganar. Esta vez no ha sido y a mí me ha ido bien así, está claro, pero creo que de todos modos esta semana le ha servido para coger confianza. Él ya lo dijo ayer, que era importante para él haber conseguido hacer birdie en el 18 sabiendo que lo necesitaba para forzar el desempate. Sergio estará ahora algo dolido, pero satisfecho, porque además estoy seguro que duele un poco menos perder con un compañero español».

Dijo después de ganar que Sergio era algo así como su primer héroe, o ídolo, que tuvo en el golf. Larrazábal explica el cómo y el por qué. «Desde que tenía diez años yo iba con mi madre en verano a los torneos donde jugaba mi hermano Alejandro, que tiene la misma edad que Sergio. Y entonces era fácil darse cuenta que el mejor, de largo, era Sergio. Me acuerdo del aquel Europeo que ganó en mi club, en El Prat, en el año 95, creo… Entonces lo sigues, lo ves jugar muchos hoyos siguiéndole en el campo. Era el mejor. Y después, cuanto tú tienes 14 ó 15 años él ya tiene 18 y sigues su carrera… Hay que tener en cuenta que yo no viví la gran época de Severiano. De Olazábal sí viví su segundo Masters con más intensidad, pero lo más cercano para mí era Sergio García».

Un momento clave en su carrera profesional. Un hecho concreto que le ayudó a dar un salto importante. «La semana del último torneo en Valderrama fue muy importante para mi. El jueves hice un 66 (-5) muy bueno. Y al día siguiente me hice un 77 (+6). En ese momento, después de dos jornadas, aún me quedé bien situado en la clasificación, pero aquello me hizo pensar mucho. Me dije a mí mismo que yo tenía golf suficiente para ser capaz de hacer un 66 en Valderrama y que no aguantaba hacer un +6 al día siguiente… Sí, yo creo que aquel 77 fue un punto de inflexión en mi carrera. Fue después de ese torneo cuando empecé a buscar el modo de mejorar donde peor estaba, y me puse en manos de mi entrenador mental. Y hasta hoy». (se refiere al irlandés John McGirr , entrenador mental que le ha enseñado una técnica especial de ‘reseteo’, para impedir hasta donde sea posible que un mal golpe afecte al siguiente).