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Conozca un poco más a Camilo Villegas, un icono del golf latino

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Camilo Villegas, en el BMW de Chicago / Ten-Golf

 

El golfista Camilo Villegas va camino de convertirse en el mejor deportista de Colombia en la historia. Apenas con 25 años de edad, es hoy uno de los más grandes profesionales de este deporte en el mundo.

Su vida como deportista comienza cuando era niño. A los 6 años, acompañando a su padre, tomó el primer palo de golf. Y aprendió con rapidez y genialidad inverosímiles.

Ganó todos los torneos infantiles y juveniles del país. Su calidad, aptitud y talento fueron tales que ganó una beca de la Universidad de la Florida (E.U.), para el golf universitario y fue campeón.

Ahora triunfa en el Circuito PGA, con los mejores. Reproducimos en Ten-Golf una interesantísima entrevista concedida a nuestros compañeros de El Tiempo, donde podemos saber algo más de esta estrella en ciernes:

 

 

¿Cuándo comenzó a jugar?

Mi papá comenzó a jugar golf cuando tenía 35 años. Tenía 6 ó 7 años y lo acompañaba en el Campestre de Medellín. Casi siempre yo cogía el hierro dos, uno de los palos más largos, y me iba por los árboles con una bolita. Dele y dele. Así me encarreté.

 

 

¿Cuándo dejó el golf de ser un juego para volverse una competencia?

Siempre ha sido un juego y siempre lo será; el golf incluye una competencia que supone un reto. Yo empecé a jugar los primeros torneos cuando tenía 8 ó 9 años; siempre me motivó viajar, conocer gente, competir. Pero es más importante el juego que la competencia.

 

 

¿Cuando empezó, soñó en llegar a donde está?

En la vida todo es un proceso y las cosas van ocurriendo; soñar es importante, pero nunca tuve afán, jugaba porque me gustaba.

 

 

¿Sintió alguna presión de su familia?

Algo muy importante fue que nunca me forzaron en la casa y ese es un tema bien delicado, sobre todo en los últimos años cuando muchos padres de familia quieren tener al próximo Tiger, al próximo Schumacher, Montoya, etc. Existe la presión de los padres y eso es triste. Cuando comencé a jugar nunca me obligaron a seguir haciéndolo.

 

 

¿Aunque desde muy niño se le adivinó un futuro inmenso?

Sí. Tuve la oportunidad de jugar bien desde pequeño y eso fue muy motivador, eso da mucha confianza, hace el deporte más cautivador.

 

 

¿Quién le enseñó a jugar?

Comencé con mi padre y luego tuve la fortuna de jugar con Rogelio González. Todavía recibo clases de él; pero muy de vez en cuando.

 

 

¿Fue su maestro?

Como infantil y juvenil, sí. Después me fui a la Universidad de la Florida. En mi formación participó un equipo completo, desde mis padres hasta los organizadores de torneos en la Federación Colombiana de Golf, pasando por el preparador físico, la nutricionista; los mismos jugadores son ejemplo.

 

 

¿Cómo hizo para consagrarse en la Universidad de Florida como golfista y obtener al tiempo una tesis laureada con una distinción 'cum laude' en finanzas?

En Colombia no se ve eso porque no tenemos esa estructura de educación y deporte al mismo tiempo. En Estados Unidos un buen deportista en la universidad obtiene una beca y tiene la vida de deportista y la vida de estudiante al ciento por ciento. Yo fui becado: iba a la universidad como un estudiante normal por la mañana y estaba en el equipo de golf en la tarde.

 

 

¿Por qué jamás se ha intentado eso en Colombia?

Es la estructura que tenemos que cambiar. Hay que hacer todo lo necesario para combinar estudio y deporte. Las universidades en E.U. tienen sus mayores ingresos por la práctica de deportes. Aquí en Colombia hace falta una parte administrativa con directores deportivos. Nuestro país necesita muchos más deportistas y las universidades deberían ser el gran centro para formarlos. Ojalá empecemos por los colegios; en el mío, The Colombus School de Medellín, siempre me apoyaron. El rector, Michael Cooper, siempre me dejaba ir a los torneos, me colaboraba para hacer los exámenes cuando regresaba; pero por lo general ni los colegios ni las universidades ayudan. No ven el deporte como algo importante. Aquí los profesores solo dicen: "usted vino a estudiar".

 

 

¿Por qué el golf en Colombia no es popular?

Aquí todo gira alrededor del fútbol. Eso hay que entenderlo, pero creo que es importante formar figuras para volver populares otros deportes. El automovilismo se volvió popular con Montoya.

 

 

¿Es cierto que el golf es elitista y requiere mucho dinero y tiempo?

Sí y no. En Colombia, sí porque los campos de golf son privados. En Estados Unidos, no porque existen muchísimos campos públicos. Ojalá eso cambie aquí. La Federación puso un campo de prácticas donde cualquiera puede ir. Es un buen comienzo. Se trata de que haya campos públicos, de que la gente aprenda y disfrute del golf.

 

 

¿La derrota en Augusta (E.U.) fue muy grave?

Fue muy grave para la gente de acá. Para mí, no. En un juego es normal. Cinco días antes del torneo visité el campo para medirlo, ver distancias. Medí greens y todas las pendientes y caídas; hice el estudio previo de las herramientas técnicas del juego. Me indicaron dónde pondrían las banderas, para entrenar con anticipación. Conocí el pasto y ubiqué sus partes livianas y sus partes gruesas porque, según el caso, hay que cambiar el golpe. Pero el día que comenzó el torneo cambiaron el campo. Les quitaron humedad a los greens y motilaron el pasto al extremo. Como cambiaron la velocidad de los greens, desde el primer hoyo quedé desconcertado. En mi primer green necesité cuatro golpes para meter la bola. Eso es fatal, pero no perdí. Aprendí. Eso es normal y les ha pasado a los más grandes.

 

 

¿Cómo se explica que después de ese fracaso pase a la gloria en Japón?

Yo no llamo fracaso lo de Estados Unidos. Fue una mala semana provocada por factores fuera de mi control. Lo mismo pasa en el automovilismo: se comete un error en una curva y se acabó la carrera; si se llega a pits y no hay un buen trabajo de equipo, se acabó la carrera. A la semana siguiente el carro está bien, el equipo está bien, se corre bien y se gana la carrera; son cosas que pasan. Lo mismo ocurre en el golf: das un mal tiro, un mal swing y se acabó tu juego. Después se hace un análisis, se mira en qué se puede mejorar y se olvida.

 

 

¿El cambio de 'caddie' fue determinante?

Con mi caddie anterior tuve y tengo una gran relación. Aprendimos mucho juntos, pero un día ambos sentimos que era hora de cambiar.

 

 

¿Pero fracasar en Augusta con uno y triunfar días después en Japón con otro fue coincidencial?

Con el caddie anterior llegamos a un punto en el que no me sentía cómodo con él y él tampoco conmigo. El nuevo me ha gustado mucho. Se llama Gary Matthews, es surafricano; la química ha sido bien positiva y se han visto buenos resultados.

 

 

¿Volverá a jugar este año?

Sí, en dos torneos, ambos de exhibición, en Las Vegas y en Naples (Florida).

 

 

¿Para usted qué significó el ingreso al PGA?

El comienzo de algo nuevo, donde hay que mantenerse y seguir luchando. Tengo muchos retos y sueños, pero todo vuelve a dar lo mejor de mí, tener una buena actitud y ser una persona feliz.

 

 

¿Pasar Augusta es un sueño?

Uno de muchos…

 

 

¿Por qué en golf nunca hay una gran celebración del jugador cuando logra un gran tiro?

Lo voy a invitar para que vaya a ver a Tiger.

 

 

¿Detrás del golf qué hay?

Mucho más de lo que la gente cree…

 

 

¿Va a jugar golf toda la vida?

Espero que sean muchos los años que me queden de golf.

 

 

¿En el deporte es importante ganar y frustrante perder. En el golf igual?

Hay que saber qué es ganar y qué es perder; para cada persona ganar puede ser una cosa que signifique perder para otra.

 

 

¿Para usted?

Ganar no solo es quedar primero; es esforzarse, es estar donde uno está, dar lo mejor; hay muchas áreas en las que uno gana y en las que uno pierde. Infortunadamente en Colombia a veces somos muy triunfalistas y solo nos sirve el primer lugar. Siempre habrá momentos difíciles, en los que uno quisiera cambiar los resultados; en mi caso, si sumo todas las áreas de mi vida me siento ganador y mi meta es seguir esforzándome, seguir luchando para que todo siga de la misma manera. Si la gente piensa solo en los momentos gratos, en los que ganó, nunca será perdedora.

 

 

¿Cómo es jugar al lado de Tiger Woods?

Siempre he tenido una buena relación con Tiger. La primera vez que lo vi fue en el US Open en Nueva York; teníamos el locker al lado y desde que nos dimos la mano tuvimos una buena relación.

 

 

¿De qué hablan?

La vida de Tiger es difícil, la gente a veces lo ve como una persona seria, cerrada, aislada y distante. Pero no entienden lo que le toca vivir; hemos tenido una relación muy amigable, nos ayudamos y nos divertimos.

 

 

¿Es una meta suya llegar allá, a ocupar el lugar de él?

Toda persona que sueñe quiere llegar a ser número uno. Lo más importante es creer en sí mismo y creer en que todo es posible; hay que dar lo mejor de sí mismo, ponerse retos y soñar con ellos.

 

 

A su edad, joven, exitoso, ¿cómo hace para enfrentar la tentación de la rumba?

Todos los jóvenes van a pasar por esa tentación. Se trata de tomar la decisión correcta en el momento adecuado y establecer prioridades; si uno no se impone metas nunca logrará lo que se busca.

 

 

¿Qué habría querido que le preguntara?

Cuánto gané el año pasado.

 

 

¿Qué me habría dicho?

Que era una pregunta muy superficial.

 

 

¿Y qué habría querido que no le preguntara?

Cuanto gané el año pasado

 

 

¿No me la habría respondido?

Le habría dicho que no me gusta responder preguntas tan superficiales.