Pocas personas pueden presumir de conocer a Tiger Woods tan bien como el puertorriqueño Wilfredo Morales…
La Nación, a través del periodista Gastón Saiz, realizó hace unos días una deliciosa entrevista con este jugador de golf. Desvela algunos secretos del Tiger que no conocemos. No se la pierdan:
Es apenas un detalle que Wilfredo Morales no haya superado el corte clasificatorio del Abierto de la República, hace unas semanas. Lo importante es que dejó una huella por su paso en el Hurlingham Club. Y no sólo por los 130 kilos que paseó sin dificultades por el fairway, sino también por su simpatía y sus experiencias al lado de Tiger Woods, con quien mantiene una íntima amistad desde la época de juveniles.
El portorriqueño de 30 años, nacido en El Dorado, describió parte del hermético mundo en el que se mueve el N° 1 del golf. "Tiger lleva una vida difícil, porque no puede hacer nada de manera relajada, no tiene ninguna chance de ir a un shopping como cualquier persona, por ejemplo. Pero fuera de eso, es un tipo bien calmado, tranquilo y con las prioridades claras: ahora busca dedicarle el mayor tiempo posible a su pequeña hija, Sam Alexis", comenta.
-¿Cuáles son sus hobbies?
-Le gusta mucho el básquetbol, tanto verlo como jugarlo. Es bien fanático de los Orlando Magic y ahora se está diseñando una cancha en su casa para invitar a sus amigos.
-Desde la época de juveniles hasta hoy, con toda la fama a cuestas, ¿cambió mucho su forma de ser?
-En absoluto. Se mantiene igual de personalidad; es un hombre humilde. Lo que sí, resulta inaccesible para quienes no lo conocen. Tiene tres celulares y dos de ellos están habilitados para las empresas que lo patrocinan, pero él no contesta esos teléfonos, sino que lo hacen sus colaboradores. Y después posee el celular personal, que es para sus familiares y amigos cercanos.
-Tenés ese número, ¿no?
-Sí, claro. Nos juntamos a comer seguido en donde él vive, en el área de Florida. Y entonces charlamos de básquetbol, de béisbol, de tenis… Todo menos de golf, porque siento que le molesta que hablemos de nuestro deporte. Prefiere despejarse con otros temas.
-¿Cómo es entrar en la casa de Tiger Woods?
-Ah no… eso no lo puedo contar. Prefiero preservar la intimidad.
-¿Qué cosas viviste con él durante el período de juveniles?
-Viajábamos juntos y en varias oportunidades compartimos la habitación. A los 14 o 15 años, él ya ganaba torneos y exhibía una focalización impresionante en el juego, además de que ya arrastraba a muchos seguidores. Era increíble observar cómo los sponsors de los más diversos rubros lo seguían especialmente, pensando en futuros negocios.
-¿En dónde está su secreto?
-Su mentalidad es decisiva. Es algo llamativo cómo cae y se recupera al hoyo siguiente. Si el último día figura un golpe detrás del líder, mira a éste a los ojos y es como si le dijera: Ya te gané . Esto es algo muy fuerte.
-En cuanto a vos: ¿cómo es ser golfista con tu tamaño?
-En todos los torneos me preguntan cómo hago para jugar. Me lo tomo con humor, siempre y cuando sea con respeto. Y les contesto que la clave está en la pretemporada, donde hago trabajos aeróbicos y de fortalecimiento de piernas.
