El diario de Marta Prieto en el Masters de Madrid

Día 4, jueves: Qué 'agradable' es subir seis pisos andando con la bolsa de palos a cuestas…

La luz eléctrica nos jugó una mala pasada cuando llegamos al hotel después de jugar. Había un apagón y no sabían cuándo iba a volver la luz. Allí estábamos todas, en la recepción del hotel, con las bolsas de palos. Un número, vamos.

Decían que la luz no tardaría en regresar, así que la mayoría esperó en el hall para evitarse el trago de tener que subir andando por las escaleras con la bolsa de palos a cuestas. Algunas aprovechamos para beber un buen vasito de vino. Estuve charlando con Sophie Gustafson. Me dijo que había hecho -7 y que iba líder.

Seguimos esperando con paciencia, pero la luz no volvía y la natural, la del sol vaya, empezaba a marcharse. Así que afrontamos el dilema: o subimos ahora por las escaleras o corremos el peligro de tener que ducharnos a oscuras y elegir la ropa del armario al tuntún. Agarré la bolsa y ¡hala!, escalón a escalón hasta el ¡¡¡sexto!!! piso, donde está mi habitación. Una buena paliza.

En cuanto al torneo hoy he hecho el PAR del campo. No he metido ningún putt y el drive iba para donde quería. Yo me ponía ahí delante y no sabía dónde me iba a salir. Sin embargo, he estado muy bien con los hierros, las he dejado muy cerquita y ha sido una pena que no haya acertado con los putts. La verdad es que no he sabido leer las caídas.

El campo (Retamares) está bien, es asequible en bastantes hoyos porque es cortito. Hay muchos en los que estás pegando de segundo golpe un blaster. Eso sí, hay algunas salidas que son estrechitas y hay que ajustar bien para no meterte en problemas. Después, los greenes, a mí, no me parecen fáciles. Estos días ha llovido en Madrid y el campo estaba empapadito.

El cielo está muy negro, ojalá aguante porque como eso descargue…