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El ideario de Carlos Roca, nuevo presidente de la APG

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Carlos Roca, durante una rueda de prensa

Carlos Roca, el nuevo Presidente de la APG (Asociación de Profesionales de Golf de España), nació hace 40 años en Tánger, ocupando el séptimo lugar en una familia de nueve hermanos. Persona vinculada al mundo del golf desde hace muchísimo tiempo, se hizo profesional en el 91 en España y en el 98 miembro de la PGA americana…

Desde hace dos años ocupa el cargo de Director Gerente en Costa Ballena, y anteriormente había dirigido Izki y trabajó en varios campos de golf de Estados Unidos.

Carlos Roca: “He decidido presentarme a la presidencia de la APG porque creo que puedo aportar algo al colectivo de profesionales. Para ello, cuento con el total apoyo de Costa Ballena, si no, éticamente, no lo podría haber hecho. El objetivo principal que nos hemos marcado en la APG es: Dotar de una sólida base de valor y bienestar a sus asociados, mediante la consolidación del mejor circuito profesional de golf posible, y mediante la incorporación y continua mejora de un potente programa de formación y servicios, tanto para sus asociados como para la industria del golf en general”.

Siempre me interesó el tema de la enseñanza y la gestión de golf. Tenía 24 años y me vi un poco limitado aquí en España, donde sólo podía ser jugador o profesor. Entonces decidí marcharme a Estados Unidos, sabiendo por lo que había leído en revistas y los comentarios de quienes lo conocían bien, que allí estaba todo más desarrollado.

 

Pedí un crédito, y me fui con mi mujer e hija a estudiar allí. Llegué con el inglés que se aprende en el colegio (sabía francés y un poco de árabe) y me echaron para atrás. Me puse a estudiar el idioma como un loco, tomé cursos intensivos y no permitía que me hablasen en castellano, hasta que por fin me admitieron en Nuevo México, donde obtuve la licenciatura en Administración de Empresas con especialidad en gestión profesional de campos de golf.

 

La carrera era de cuatro años y medio y la hice en dos, estudiando en verano y en vacaciones. Terminé, y me quedé otros cuatro años trabajando en varios campos de golf de Estados Unidos (en uno de 36 hoyos en St. Louis, y en otro que era una reserva apache en nuevo México), hasta completar el programa formativo que requería la PGA americana para poder hacerme profesional en el 98.

Volví a España para trabajar en Izki, donde estuve un año y medio, y de allí otra vez a América, a un campo en San Diego. De nuevo me requirieron en Izki, y dos años más tarde me vine a Costaballena.

Para formar la Junta de la APG he intentado buscar un grupo de personas ilusionadas, dispuestas a aportar, que representen al colectivo y que sean respetadas por el resto de jugadores. Ellos son:

 

–          Eduardo Celles, Vicepresidente

–          Sergio Montes, Secretario

–          Juan Rosa Rueda, Tesorero

–          Diego Morito, Delegado de Maestros

–          Félix Ortiz, Delegado de Asistentes

–          Paco Ávila, Delegado de Monitores

–          Fernando Roca, Delegado de Jugadores

 

Creo que en esta Junta está muy bien representado todo el colectivo. Eduardo ha vivido el golf desde que nació, es profesional de tercera generación, tiene su escuela y posee un profundo espíritu de golf; a Sergio no le conocía personalmente, pero todos me habían hablado muy bien de él, de su seriedad,  está en Madrid y ahí era necesario tener representación; Juan lleva muchos años en la APG Andaluza, ha formado parte de la Junta con varios presidentes, tiene fama de trabajador y es respetado; Diego tiene una escuela que funciona muy bien y buenísima fama como profesor; Félix es un buen amigo, muy inteligente y con claridad de criterios; Paco viene del mundo del esquí, un deporte que considero muy bien estructurado y regulado, y tiene mucho que aportar en formación; y Fernando conoce muy bien el mundo de la competición y de los distintos circuitos.

Nosotros no venimos a cambiar las cosas sino a mejorarlas, y una de las primeras reformas que queremos acometer es la actualización y modificación de los estatutos de la APG.

Nuestro programa está orientado a cinco objetivos:

–          Circuito Nacional

–          Formación

–          Cambiar la imagen del jugador profesional y su estatus

–          Comunicación interna, externa y marketing

–          Financiación

 

El Circuito Profesional Nacional creemos que puede se más potente. Es el gran estandarte, un factor muy importante de la imagen de nuestra asociación, y una gran parte del colectivo que no se ha atendido debidamente.

La formación es el punto donde más queremos incidir. El profesional, por su contacto de tantos años con el golf y por la actividad que desarrolla, unido a una formación adecuada, pienso que es el perfil idóneo para ocupar puestos de responsabilidad en este mundo del golf. Vamos a crear un programa de formación específico que nos haga mejores profesores, mejores líderes, mejores gestores y mejores jugadores.

He estado estudiando la Ley del Deporte y veo que hay vacíos importantes. La Ley es muy clara y define las futuras titulaciones deportivas, pero hay un gran retraso en su implementación. Paralelamente, e intentando integrarla, nosotros vamos a desarrollar un programa formativo que sea capaz de crear un valor reconocido en el mercado. Un titulado en Administración de Empresas en Estados Unidos aquí no está homologado, pero tiene un gran valor de mercado. Me gustaría que un día alguien dijese “hay que darle el trabajo a esta persona porque es un APG”.

No soy una persona radical, y entiendo que los que me han precedido lo han hecho lo mejor que han creído. Soy consciente de que voy a tener que trabajar mucho. La APG no está reconocida ni respetada, y eso sí que tiene que cambiar. El profesional debe ser una persona muy importante en toda la cadena del golf, un deporte que en España tiene un buen futuro; tenemos la climatología idónea, los campos, cada día lo juega más gente… Veo que cada vez está más profesionalizado, lo cual me agrada, pero siento que los campos de golf sean objeto de tanta crítica injusta. La gente está confundida, atacan al campo de golf por lo que lo rodea, pero no al campo en sí mismo.

Pensamos que la comunicación –interna y externa- es muy necesaria, así como el marketing. Nos tenemos que valorar mucho más y reconocer el mérito de nuestros compañeros. Hace falta una enorme labor de comunicación interna, que haga que nos respetemos entre nosotros y sepamos qué estamos haciendo. La comunicación externa requerirá un trabajo muy importante con los clubes, que perciban al profesional como un elemento muy valioso que aporta muchas sinergias.

La financiación es otra de nuestras preocupaciones. Vamos a estudiar qué aportes nos corresponden de las diferentes instituciones, aunque sabemos que todo va a depender en función del valor que logremos darle a la APG. Está claro que, solo con las cuotas de los asociados, no se puede mantener”.