“La primera vez en mi vida que vi a Dustin Johnson fue en la terminal de llegadas del aeropuerto de Myrtle Beach. A partir de ahí, nos hicimos muy amigos”. Lo cuenta Moisés Cobo, golfista sevillano, hoy manager de jugadores, que llegaba aquel día a Estados Unidos para incorporarse a la Universidad de Coastal Carolina.
Dustin Johnson, que también era rookie del equipo de golf aquella temporada, fue el elegido por el entrenador para recoger en coche al español recién llegado. “Recuerdo de aquel primer encuentro que él hablaba poco, no era muy expresivo, pero poco a poco nos fuimos soltando”, señala Moisés. A partir de ese instante se fraguó una gran amistad que aún perdura. Hablan más o menos una vez al mes y cada año visita su casa en Florida.
«Dustin Johnson es una persona mucho más cercana de lo que parece»
Esta es una guía para conocer mejor al Número 1 del mundo. Viajamos de la mano de Moisés Cobo al interior del jugador y de la persona. Descubrimos aspectos poco o nada conocidos de uno de los golfistas más reservados del planeta. “Es cierto que transmite una imagen de ser frío o distante, pero después no es así, engaña un poco. Es una persona mucho más cercana de lo que parece y sobre todo es alguien muy seguro de sí mismo”, aseguraba Cobo.
«Es capaz de transformar lo negativo en positivo con mucha facilidad. Le puedes decir que acabas de estrellar su coche y él rápidamente se centra en buscar la solución, no se lamenta»
Nos metemos en materia. A nadie se le escapa la excepcional capacidad que tiene Johnson de pegar a la bola, sin embargo Moisés no duda en resaltar que su principal cualidad es la cabeza. “Tiene una confianza en sí mismo brutal, con una mentalidad muy positiva. Es capaz de transformar lo negativo en positivo con mucha facilidad. Le puedes decir que acabas de estrellar su coche y él rápidamente se centra en buscar la solución, no se lamenta. Claro que le pega muy bien a la bola, todos lo pueden ver, pero su mente es lo mejor de todo. Esa capacidad suya es fundamental en un deporte como el golf”, afirma.
Es quizá esta capacidad la que le ha permitido remontar situaciones que podrían haber dejado marcado a cualquier otro jugador, como aquel PGA Championship que se le escapó en Whistling Straits por apoyar el palo en la arena, o el US Open de Pebble Beach donde salió líder y en unos pocos hoyos dilapidó su ventaja o el más reciente de Chambers Bay, donde falló un putt muy corto para ganar el torneo en el hoyo 18. Cobo hace una interesante reflexión al respecto. “Después de aquellas cosas que ocurrieron leí a algunos analistas y aficionados que pensaban que el problema de Dustin Johnson era el miedo a ganar, que se asustaba en los momentos decisivos o que no aguantaba la presión. Eso es porque no lo conocen. Esa percepción es errónea. Nada más lejos de la realidad. Es al revés, el problema que puede tener Dustin en algunos momentos es que se relaja demasiado. Está tan seguro de sí mismo que hay algunas ocasiones que parece ir sobrado. Es como los estudiantes que deja los exámenes para el final”, remarca.
«Está tan seguro de sí mismo que hay ocasiones en las que parece ir sobrado»
Precisamente, hablando de estudios, Moisés desvela algo poco conocido de Dustin Johnson. Quizá por esa imagen de relajación y tranquilidad que transmite. “Es una persona muy, muy inteligente. En la Universidad era increíble. Había muchos exámenes a los que llegaba habiéndose leído los apuntes apenas una hora y media antes y sacaba un diez. Eso sí, a las dos horas de acabar el examen le preguntabas por la asignatura y no se acordaba de nada. Es un genio viviendo el presente. Tiene una capacidad espectacular de estar en el ahora, una concentración enorme. No pierde el tiempo con el pasado o el futuro. No ve más allá del momento”, señala.
«Había muchos exámenes a los que llegaba habiéndose leído los apuntes apenas una hora y media antes y sacaba un diez. Eso sí, a las dos horas de acabar el examen le preguntabas por la asignatura y no se acordaba de nada»
Otro ejemplo divertido de esta capacidad innata de Dustin Johnson lo vivió en sus propias carnes Moisés hace dos años. Lo cuenta entre risas. “En 2015 fui a su casa a pasar un días y nada más llegar me dijo, ven, Moi, pasa que te voy a enseñar cómo es por dentro… Y le dije, pero si ya estuve el año pasado diez días…”. Así es él.
Moisés y Dustin compartieron habitación durante el primer cuatrimestre en la Universidad y después, en los siguientes cuatro años, vivieron en sendos apartamentos uno enfrente del otro. “Hicimos mucha vida juntos porque no sólo compartimos el equipo de golf, también estudiamos lo mismo (Sports Management y Marketing) y salíamos juntos. Así que íbamos a entrenar los dos, a clase los dos, a cenar los dos…”.
A Moisés no le extraña nada que Dustin Johnson sea Número 1 del mundo. En la Universidad ya le veían las cualidades. “Era muy, muy bueno. Cuando jugaba bien ganaba de diez golpes, era invencible. Recuerdo en un vuelo de avión con Pablo Martín, que era el mejor en Estados Unidos aquellos años, un golfista también increíble. Estuvimos hablando del nivel en las distintas universidades y le dije que para mí el jugador con más talento que había visto en mi vida era Dustin Johnson. Pablo ya lo conocía, obviamente, pero en aquel momento sería el sexto o séptimo jugador de Estados Unidos. Tiene una capacidad espectacular de pegar a la bola y entiende muy bien el juego. La inteligencia que tiene la lleva al campo de golf. Podría jugar perfectamente sin libro, le vale con que le des la distancia y él ya pega el golpe. Su objetivo siempre ha sido llevar la bola al hoyo lo antes posible y si pega un mal golpe no le afecta a su confianza”, explica.
«En la Universidad cuando jugaba bien también ganaba los torneos por diez golpes»
En cuanto a su explosión como jugador en los dos últimos años, Moisés lo tiene bastante claro. “Se ha centrado mucho con la familia, con los dos hijos. Se ha hecho más humano y ha ordenado un poco su vida. Dustin Johnson es puro talento y nunca ha necesitado mucho entrenar, de hecho yo creo que podría estar sin entrenador. Está claro que un coach le ayuda, pero creo que no es algo básico para él. Eso sí, cuando estás en el máximo nivel no te queda más remedio que entrenar duro. Ahora ha encontrado una manera de ordenarse. Por ejemplo, se mantiene en plena forma haciendo mucho deporte. Se ha hecho muy amigo de Brooks Koepka y entrenan juntos haciendo diferentes actividades, yendo al gimnasio, nadando… Le encantan sobre todo las actividades al aire libre. Aún así, os aseguro que entrena menos que el resto. Me recuerda en cierto modo a Sergio García”, explica.
«Con la familia y los hijos se ha centrado, se ha hecho más humano»
El talento de Dustin Johnson no es sólo para el golf, también le sirve en otros muchos deportes. Juega muy bien al baloncesto y le encanta nadar y pescar. Tiene varios barcos y pasa mucho tiempo en el mar. Y una curiosidad: le gusta el fútbol, lo que los americanos llaman soccer. “Sí, había jugado desde el colegio y no lo hacía nada mal. Jugaba sobre todo de portero”, recuerda Moisés. Precisamente, en cuanto al talento y a la mentalidad de Dustin, el sevillano recuerda otra gran anécdota: “un día que estábamos jugando al fútbol le dije, pero dime, cuál es tu pierna buena, y me dijo no lo sé, soy igual de bueno con las dos. Y la verdad es que era bastante bueno”, señala riendo.
«Era muy bueno en el fútbol, jugaba de portero y no sabía decir cuál era su pierna buena»
Quien haya visto de cerca a Dustin Johnson habrá tenido oportunidad de comprobar que tiene un físico muy especial. “Es muy grande”, apunta Moisés. Y no sólo de altura. “Es alto, pero no destaca tanto por eso como por las manos y los pies que tiene. Equivalen a una persona de más de dos metros. Sus manos son del tamaño de un jugador de baloncesto. Y a eso hay que unir que es súper laxo. Podría jugar perfectamente de quaterback, una posición donde las manos y la coordinación son claves”, señala.
«Jamás he visto a nadie pegar hierros 1, 2 y 3 con el poderío de Dustin»
Y volviendo al golf, el drive no era lo que más impresionaba de Dustin Johnson en la Universidad. “Era brutal con el drive, pero si tuviera que quedarme con una sola cosa elegiría sin duda los hierros largos. Jamás he visto a nadie pegar hierros 1, 2 y 3 con el poderío de Dustin. Claro, con ese drive y esos hierros largo hacía más eagles que nadie. En cuanto patea bien, arrasa”, señala. Y es que técnicamente tiene un swing peculiar. “Pega a la bola muy plana, algo similar a Tom Watson pero con veinte millas más de velocidad de palo. Pega a la pelota de golf como si fuera un golpe de tenis liftado así que apenas tiene efectos laterales. Siempre golpea a la bola hacia delante, por lo que no sólo hace mucha distancia de vuelo, sino que también le rueda muchísimo. Y eso que normalmente pega a la bola a un ochenta por ciento”, apunta.
«Pega a la bola muy plana, algo similar a Tom Watson pero con veinte millas más de velocidad de palo»
¿Y cuál es el techo de Dustin Johnson? Pues quién sabe… Escuchando a Moisés no sorprende que el Número 1 del mundo se sienta capaz de ganar diez veces en una sola temporada. Si se mantiene centrado y enfocado en el golf da la sensación de ser capaz de cualquier cosa. Un auténtico reto para el resto de jugadores.
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