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José María Olazábal, en carne viva

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José María Olazábal estuvo la semana pasada impartiendo sus magistrales consejos a los más pequeños durante el Lacoste Promesas. El donostiarra mantuvo una interesantísima charla con nuestra compañera María Acacia López-Bachiller…

Estado de salud.. Me encuentro bastante mejor, estoy recibiendo un tratamiento contra la inflamación y se nota la mejoría. Es un producto biológico de última generación que salió al mercado hace tres años, una inyección intravenosa que me pongo un día, luego a los 15 días, otra cuatro semanas más tarde, y una cuarta a las ocho semanas. La última analítica ha sido muy buena, pero hay que esperar a que las siguientes sean igual.

 

El problema… Tengo inflamación de las terminaciones que se insertan en los tendones, espondilitis. Me duele el hombro derecho y también la zona lumbar. Empezó por la rodilla izquierda que producía líquido sinovial; los médicos saben lo que está mal, pero no saben por qué ha sucedido ni qué lo ha producido. Primero me vieron en San Sebastián, luego el médico alemán (Dr. Hans Müller-Wohlfahrt) que me diagnosticó la vez anterior, y ahora me están tratando en la Clínica de Navarra. Todos coinciden en el diagnóstico pero también en no saber la causa, puede ser un virus o incluso algo que he comido. Es una barbaridad decir que lo ha producido el exceso de ejercicio que hacía.

 

Nada que ve con su anterior lesión… He tenido bastantes dolores en la zona lumbar y el hombro, aunque distinto al problema de la vez anterior, el dolor no ha sido el mismo. En aquella época el pie derecho me dolía tanto que no podía sostenerme. Aquella vez duró casi dos años, y esta situación de momento no se acerca. Entonces no podía andar, ahora es diferente, esta vez no lo he pasado tan mal aunque está siendo duro.  

 

Fortaleza para no dejar sitio a la resignación… No te preguntas «¿por qué otra vez a mí?», dices, «bueno, tengo esto, y a ver cómo va pasando». Al principio estás muy ocupado en hacer pruebas médicas y se va cerrando el círculo del diagnóstico. Luego tienes la esperanza de que no va a durar mucho, pero ves que se prolonga en el tiempo y sabes que sólo puedes tener calma, nada más, y esperar a volver a estar mejor.

 

Tiempo libre… He estado mucho en casa pero no encerrado, he salido al cine (películas de castañazos, nada de las que te hacen pensar, para eso ya está la vida que te da mucho que pensar) y a cenar, cosa que no pude hacer la vez anterior. He visto mucha tele, mucho deporte, Fórmula 1, Mundial de Rugby, tenis, y de golf prácticamente todos los torneos. De lunes a miércoles ha sido un poco más aburrido al no haber competiciones, he visto muchos documentales de la BBC y Discovery Channel. He escuchado mucha música, pop en general, los que me gustan de mi generación, Tina Turner y Bon Jovi.

 

El entrenamiento… No he vuelto a tocar un palo desde el viernes 8 de agosto que fallé el corte en el PGA, no he tirado un putt, ni siquiera en la alfombra de mi casa. No voy a entrenar ni intentaré jugar hasta que esté mejor, no esperaré a estar bien al 100%, pero cuando se vaya acercando a un buen porcentaje empezaré a practicar.

 

Sus apoyos… Mis padres siempre han estado conmigo, es una situación con la que hay que convivir y no es agradable para nadie, pero ya hemos salido antes de otra similar. A veces se hace muy duro, te das cuenta de que no puedes hacer ciertas cosas y no es agradable. Mi madre me ha cuidado mucho, he comido muy bien (mucho pescado, verdura y caza), pero al no hacer ejercicio he tenido cuidado con la comida. No he podido ir a cazar con mi padre, que nos encanta. He pasado mucho tiempo con los sobrinos, pero no he podido jugar como me hubiese gustado por no poder interactuar con ellos.

 

¿Jugará el cuatro Tours?… Sé que tengo que ser paciente, no puedo adelantar el proceso, pero si los análisis continúan en la línea que van, está bien. Los médicos creen que me puedo recuperar para el principio de la temporada, yo tengo esperanzas de poder jugar el Cuatro Tours y estar con todos los amigos…

 

El gusanillo de la competición… Me han llamado muchos compañeros y he estado en contacto con ellos. Verles en la tele es una sensación muy extraña, deseaba que lo hiciesen bien pero he echado mucho de menos la competición, estando así es cuando te das cuenta de que eres una persona que necesita la competición y estar en la pelea, si no para ganar un torneo, por lo menos estar ahí.

 

¿Alguna deuda con el golf?… El golf no me debe nada, al contrario, me ha dado muchísimo. Mi carrera ha sido más que buena, he conseguido victorias por todo el mundo, dos Grandes y he jugado muchas veces la Ryder Cup. Estoy satisfechísimo. Me siento muy afortunado, mi vida ha estado llena de experiencias, buenas y no tan buenas, y he tenido dos contratiempos de salud. La gente dice que, deportivamente, tal vez me ha faltado ganar un Open Británico, pero no, si me das a elegir quizás hubiera escogido un Master y un Británico, o quizás no. Echo la mirada atrás y no hay ningún sentimiento de que me haya faltado conseguir algo.

 

Amigo de sus amigos… He estado el pasado fin de semana en La Manga con Lacoste Promesas por la familia Basi (distribuidores y fabricantes de Lacoste en España), no porque me lo exija un contrato, con la gente que vale la pena hay que estar. Tengo una relación personal muy buena con ellos desde el año 89, siempre se han portado muy bien conmigo. Armand, Isabel, Nuria, Roser, Valle, David, Tomás…, con ellos me siento como en casa. He compartido la afición a la caza con mi padre y Armand, cuando le conoces y te cuenta aventuras del pasado te quedas boquiabierto, tiene 84 años pero el espíritu aventurero no lo ha perdido, es un hombre lleno de energía.

 

Aquellos maravillosos años… Cuando yo era como estos niños de Lacoste Promesas (¡qué gran idea!), nunca llegué a pensar dónde podría llegar. Desde que era muy pequeño siempre me gustó el golf, fui pasando por todas las categorías amateurs y llegó un momento en el que tuve que elegir seguir estudiando o dedicarme al golf. Entonces decidí hacerlo lo mejor posible, ver hasta dónde podía llegar pero nunca me puse metas, no pensé «ahora a sacar la tarjeta, ahora a ganar un torneo…», no, no fue así. Para mí suponía un desafío diario y semanal cada torneo que jugaba.

 

Los recuerdos son privados… Me vienen a la cabeza recuerdos muy agradables de cuando jugaba con los infantiles, con el club, viajando a los campeonatos de España…, ha habido muy buenos momentos y muchas anécdotas, pero nunca escribiré un libro, lo que he compartido con compañeros y amigos se quedará entre ellos y yo, si escribiera un libro dejaría de ser especial y se perdería la magia.

 

Qué fue de aquellas partidas de mus… Recuerdo las victorias y momentos muy especiales con los compañeros, cuando empezaba y compartíamos habitaciones, bromas… ¡Todo era tan distinto! Viajábamos con las bolas de prácticas, los coches de cortesía ni existían, en países como Irlanda los españoles vivíamos todos juntos en dos casas, no hablábamos inglés. He visto cómo han ido evolucionando los materiales, cómo algunos jugadores que estaban en lo más alto cuando empecé han ido terminando su carera –Horton, Gallacher-, es ley de vida, ves que cada vez quedan menos de tu generación pero no me produce tristeza, es saber aceptar la vida. La pena es que se ha ido perdiendo la relación que teníamos entre los jugadores, todavía queda algo en Europa pero ya no es igual. El deporte se ha profesionalizado, hemos dejado de hacer y compartir cosas como una cena agradable y larga con un vinito; ahora cenas adecuadamente, descansas lo máximo, vas al gimnasio y haces estiramientos. Antes nadie hacía gimnasia, jugábamos los 18 hoyos, un ratito de prácticas, terminabas a las 4 de la tarde y a jugar al mús, charlar o contar chistes, era un nexo de unión alrededor de una mesa y esa relación humana se ha perdido. Obviamente no pensaba con 20 años como pienso ahora, pero tal vez los que entonces tenían 40 sí pensaban como yo ahora. Vas viendo la renovación generacional.

 

El contacto con los más grandes… Comprendo lo que significa para estos niños de Lacoste Promesas jugar y compartir ratos con el «Pisha», Nacho, Laura y conmigo, yo no tuve ídolos cuando era como ellos, entonces en España no había cultura de golf, no se veía en la tele ni escribían los periódicos. Mi primera conexión con un gran jugador fue en un match benéfico con Severiano en Pedreña en el 84, un año antes de hacerme profesional, y más tarde me vi jugando con todos los buenos del momento. Yo me fijaba mucho en todo lo que hacían y procuraba escuchar y aprender todo lo que podía de ellos, de Seve, Cañi, Rivero (con quien compartí muchas veces habitación), Piñero y Garrido. A Nicklaus y Watson les cogí compitiendo pero ya no en sus mejores años.

 

Trabajador, trabajador y trabajador… Nunca he considerado el deporte como una profesión, sino un hobby que pasa a ser algo más serio, a lo que te tienes que dedicar en cuerpo y alma concentrándote en un solo objetivo. He tenido una vida llena de experiencias y plena, si tuviese que volver a hacer lo mismo no dudaría, lo volvería a hacer. Lo único que cambiaría, quizás, es haberme dado un poquito de más tiempo para hacer otras cosas, para no hacer nada, nada. He sido muy trabajador y no me he dado tiempo libre para mí, siempre estaba pensando cómo podía mejorar. Nunca pensé en tomarme diez días libres para irme a cazar, hacer cualquier cosa, ¡yo que sé, tirarme por un tobogán!

 

El calendario moderno… Mi vida ha sido el golf. Hace años los torneos terminaban en octubre y no empezábamos hasta marzo o abril, entonces teníamos algo de tiempo para estar con la familia e iba a cazar con mi padre. Luego, los circuitos fueron cambiando y ahora se solapa una temporada con la siguiente. En el 86 empezábamos en Europa con el Cepsa Open de Madrid en abril y terminábamos en octubre. Si habías tenido buena temporada en Europa o eras muy conocido te invitaban a jugar tres torneos a Japón, ahora no tenemos ni tres semanas de hueco.

 

El dinero que mueve el golf… Lo que ofrece el golf y el nivel que se juega hoy en día hace que los montantes en premios tan elevados tengan justificación. Está claro que los patrocinadores reciben algo a cambio, el interés en el golf es creciente. ¿Es mucho o poco dinero? No lo sé, al final tiene que haber algún motivo, el patrocinador recupera ese dinero que invierte, si no, no lo haría. Si lo comparas hace 20 años es muchísimo dinero, pero si lo comparas con otros deportes –Fórmula 1, NBA, fútbol- no es tanto, ahí se pagan cantidades estratosféricas. Y si lo comparas con los mileuristas, ¡vaya diferencia! Pero, ¿cuántos llegan arriba en el mundo del golf? Unos 300 entre los dos circuitos (PGA Tour, European Tour) viven muy bien de ello, y hablamos de todo el mundo. Al que aguanta la tarjeta no le salen las cuentas, los gastos son tremendos.

 

El futuro está garantizado… El golf en España ha mejorado mucho, aunque me gustaría ver más campos públicos. Cada vez juega más gente y el futuro a nivel de competición apunta bien, no hay nada más que ver a los chicos de Lacoste Promesas, el nivel es increíble. Yo creo que una de las grandezas de este deporte, y tal vez lo que le haga estar cada día más en alza, es que se puede practicar a cualquier edad, cuánta gente no podría hacer otro deporte y en el golf pasan cuatro horas andando y es sanísimo, por algo lo recomiendan los médicos».