(Según la mirada particular de Nacho Bermudo, Profesional del Real Club de Golf de Sevilla)*
Todavía recuerdo aquella noche del 91 cuando aun no se retransmitían en directo torneos de golf. Chema se encontraba cerca de los líderes en el Masters de ese año a falta de 18 hoyos y la 2 nos puso los últimos 9 a las tantas de la madrugada en diferido. Yo tenía unos 12 años y ya conocía a Olazábal de ganar torneos en España y en Europa pero desde aquella noche de abril se convirtió en mi jugador preferido… En mi ídolo.
Había conseguido llegar a la ronda final después de haber hecho un triple bogey en un para 3 durante los primeros días. Finalmente un bogey en su último hoyo le dejó fuera de lo que hubiese sido un gran play off contra 'Wossie'.
Nunca ha sido ni el más técnico, ni el más simpático, ni el más potente… Pero para mi siempre ha sido el mejor. Naturalmente ha tenido durante toda su carrera la sombra mediática de Seve. Esta presión a la hora de medir sus éxitos comparándolos con los de Ballesteros pienso que ha podido quitarle mucho mérito a todo lo que ha conseguido por ahora. Es un jugador todavía joven y ya desde amateur destacó por su casta, por su carácter ganador. Todo aquel con el que se medía en un match recordaba su mirada 'asesina'.
Destacaría dos fases en su carrera: la primera desplegando un gran juego por todo el mundo y desembocando en el triunfo del Masters del 94. Una etapa en la que muchos le recriminaron un carácter demasiado irascible en el campo, lo cual no benefició mucho a su imagen. Personalmente creo que no le importó lo más mínimo. A Chema lo que le importa está muy claro: su familia y el golf. Siempre he admirado su pasión por este deporte. Él va a lo suyo, a su juego, a su golf, intentando mejorar.
La segunda fase tras la lesión se definiría en un cambio importante a la hora de ver las cosas más triviales, dejando un poco de lado esa imagen de jugador arisco y valorando más el día a día por el campo. Nuevamente se hizo con la chaqueta verde, esta vez en un duelo impresionante con Greg Norman, gran amigo suyo.
No era mi intención hacer un breve resumen acerca de la trayectoria de Chema hasta el día de hoy pero creo que en ciertos detalles de determinados torneos se aprecian estas dos fases que acabo de comentar. En principio ese carácter ganador de jugador incansable y competitivo y más tarde una manera de aceptar la vida… diferente.
Me explico: mi admiración por Chema se multiplicó por cien en la Ryder de 1999. Los más aventajados pensarán que en esa ocasión perdió Europa. Pues bien, es ahí donde José Mari sacó a relucir lo que para mi gusto fue el comportamiento más exquisito de un jugador sobre un green en la historia del golf.
Muchos recordarán el putt que embocó Leonard en el 17 para birdie y CASI sentenciar su mach con Olazábal y por lo tanto la Ryder de ese año. Pues bien, casi ningún americano recuerda que Chema tenía un putt algo más corto para empatar el hoyo y salir al 18 a disputar la partida 'all square'.
Las imágenes posteriores a que la bola de Leonard entrara en el hoyo son de lo peorcito que se ha visto nunca: medio equipo norteamericano saltando en el green (asistentes, caddies y mujeres incluidas) y liando un escándalo monumental mientras el realizador no se atrevía a pinchar la cámara que enfocaba a Chema. Cuando al final lo hizo, yo pensé que Olazábal iba a estar con la cara rebosante de indignación. Pero no ocurrió nada de esto. Estaba aparentemente tranquilo y sin perder la compostura (días más tarde escuchá que había hecho algún comentario a su caddie del tipo: “¿Qué pasa? ¿No puedo tirar mi putt?”). Finalmente Jose Mari ejecutó su putt y la bola no quiso entrar. Los estadounidenses ganaron la Ryder y para mi Olazábal les dio una lección de educación y de saber estar en un campo de golf que tardarán mucho tiempo en olvidar.
* A lo largo de los próximos días y hasta final de año Ten-golf va a pedir a diferentes profesionales, analistas, periodistas o aficionados de rango del mundo del golf que destaquen un personaje de este deporte según el criterio que les parezca y como les venga en gana: un detalle, una trayectoria, un modo de jugar, de pegarle a la bola o de comportarse, un gesto, una manera de entender la vida… Todo vale.
