NOMBRE: ANA ITURRALDE
CAMPO: –
CUANDO: Hace tres meses…
QUÉ PASÓ…
Soy una mujer comprometida con mi salud, por lo que llevo mas de veinte años apuntándome a clases de actividades físicas diversas (yoga, pilates, gimjazz, baile del vientre, natación,…) y pagando cuotas de gimnasios que me han hecho sentir fatal cada vez que me he tenido que dar de baja por estar pagando sin asistir mas que una o dos semanas…
Con el golf fue increible. Me cogí unas clases para probar, conociendo mi dejadez deportiva y muy tranquila al no tener que comprometerme a mas que el pago puntual de 3 ó 4 clases para probar. Después de todo lo mas seguro es que eso de darle con una palito a una bola no prometiera mucho y ya había tenido de niña una experiencia pésima con ese deporte. Si he de ser del todo sincera lo que mas me atraía del golf era pensar que algún dia podía dedicarme a pasear por campos verdes, viendo abubillas y ardillas, disfrutando además con el juego.
Llevo 3 meses. Empiezo a sentir adicción. Es algo increible que me cuesta explicar a los de mi alrededor que se rien bastante de mi repentina afición por un deporte. En tres meses no estoy por supuesto preparada para salir al campo. No se lo que es jugar 18 hoyos. No se lo que es hacer un birdie. No se lo que es sacar una bola del bunker y dejarla dada…. Y sin embargo voy emocionada todos los martes a mi clase, sintiendo que poco a poco voy haciendo pequeños progresos y "cogiendo" poco a poco "la sensación" del swing. El martes pasado durante la clase, cogí mi hierro 8 (el unico palo que conozco por ahora, un palo de varón, pesado como un demonio), había hecho unos cambios en el grip y por primera vez me sentía cómoda. Subí el palo sin tensión alguna haciendo un arco fluido y sin tensión, el palo golpeó la bola con un sonido perfecto, en el centro (sin tragarme el dichoso felpudo ni darla por el aire) terminé el swing y ví mi bola volar alta y recta en un vuelo que casi me hizo llorar. Parece mentira pero fué un momento perfecto. He vuelto a dar algunos golpes parecidos pero no tan buenos. Hoy he salido por primera vez a un campito de pares tres… y he conseguido mi primer par. Se lo he contado emocionada mi hija de 18 años que me ha mirado sonriendo. Sé lo que ella piensa: "mi madre se esta volviendo loca con esto del golf y anda haciendo swings con palos imaginarios por el salón de casa". Puede que tenga razón, puede que esto sea una locura… Pero es una verdadera gozada.