NOMBRE: Gary Plunk
CAMPO: Dogwoods, Grenada (Mississippi)
FECHA: 10 de octubre de 2008
Mucho ofrece el golf para quien quiera aprovecharlo. Algunos ven en el golf un pretexto para la convivencia. Lo que a nivel competitivo es puro aislamiento e individualidad, a nivel amateur es una excusa extraordinaria para relacionarse…
Así es como lo ve Gary Plunk, jubilado de Arnold (Missouri). Gary lleva dos años yendo a New Orleans con su amigo Mike, como voluntario para reconstruir una iglesia que destruyó el huracán Katrina.
En su viaje hacia el sur, la parada en el Dogwoods de Mississippi es obligada. Está justo a mitad de camino entre St. Louis y New Orleans, y a esas alturas se impone una ronda de golf.
En su última visita a Dogwoods, este par de voluntarios se tuvo que enfrentar de nuevo al imponente hoyo 5, un par 3 de 139 yardas. Mike le preguntó a Gary qué palo iba a usar y Gary le dijo que iba darle un hierro 6 y que la iba a meter en el hoyo. La bola de Gary cayó pasada la bandera y pareció pararse. La de Mike no merece la pena contar donde cayó. Se subieron al carrito y fueron para el green. Gary no veía su bola por ninguna parte y cuando se acercó al hoyo … ¡Sorpresa! Estaba dentro.
Mike fue testigo de lo sucedido y firmó encantado su tarjeta: 10 de octubre de 2008 (1:45 pm). Gary pidió a Dogwoods que le enviara una gorra con el logotipo del campo para bordar en ella el feliz acontecimiento. Un justo premio para este par de voluntarios.
El caso es que Gary tiene 62 años, pero sólo lleva cuatro jugando al golf. Comenzó a jugar por recomendación del médico, tras sufrir un ataque al corazón. Terapia para aliviar el estrés del trabajo y esas cosas.
Mucho ofrece el golf para quien quiera aprovecharlo. Esto es lo que le pasó a un par de amigos en Mississippi y a los hechos me remito.
