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El perro golfista

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Nombre: Gonzalo Domínguez

Campo: Las Minas (Aznalcázar)

Fecha: Marzo de 2007

Qué pasó… Mañana primaveral en Sevilla. Un día perfecto para jugar al golf, como otros muchos en esta ciudad, la verdad…

Me fui a jugar a Las Minas, un campo de nueve hoyos que está a unos 20 minutos de la capital, junto con mi mujer.

Estaba jugando bien, sobre todo desde el tee. Llegué al hoyo 4, un par 4 muy recto, que acaba con el green en alto y en el que una buena salida es fundamental para intentar hacer el par. Saqué el driver y pegué un 'bolón'. La pillé en todo el medio, fue recta y se plantó en todo el centro de la calle, a algo más de 200 metros. Mientras caminaba hacia la bola, iba pensando: "un buen hierrito de segundo golpe y me plantó en el green como un señor".

En estas que veo una especie de sombra que se mueve hacia mi bola. Al principio pensé que era una rata, aún estaba lejos, pero me fijé bien y era un perro que había salido de una de las parcelas que hay junto al campo.

Iba muy tranquilo acercándose a la bola. Se paró encima de ella, me miró y, como si lo hiciera con recochineo, cogió la bola con la boca, me volvió a mirar y salió disparado.

Yo, por supuesto, proferí los gritos habituales en una situación de este tipo, tratando de convencer al perro, desde lejos, de que no estropeara con el jueguecito mi gran golpe.

Finalmente, cansado de la bola, digo yo, el perro la soltó justo en el antegreen. 

Yo no es que sea un experto jugador que me pateo los torneos aquí y allá, así que me entraron dudas. ¿Qué hago ahora? ¿La juego donde la ha soltado el perro o la repongo? Echamos un vistazo a las reglas locales y, claro, de perros 'tragabolas' no decía absolutamente nada. Así que, a pesar de las ganas que tenía de jugarla donde la había dejado, pensé que lo lógico era reponerla en el sitio donde, más o menos, estaba.

Luego, en mi casa, confirmé que había hecho lo correcto. Al final, como se pueden imaginar, no hice el par. Por cierto, que dos semanas más tarde volví a encontrame con el mismo perro en el campo, pero esta vez no cogió la bola. Eso sí, el resultado fue el mismo: bogey.