El Mundial de Karuizawa, desde dentro (II)
«Ya está el equipo al completo en Karuizawa. Marta Sanz llegó esta mañana hora de Japón y hemos salido a pasear el campo. Sí, sí, como lo leéis, nada más llegar de viaje, al campo. Marta llega contenta, justo después de pasar a la segunda fase de la Escuela del LPGA. ¡Enhorabuena Marta!».
Hoy han paseado por el Oshitate Course, han comido y después han dedicado la tarde a dar bolas y practicar. Mañana saldrán a jugar a las 8,45 el Iriyama Course.
El Oshitate tiene calles anchas, pero bien defendidas con kikuyu, por lo que perder la calle puede ser un problema bastante grande. Los roughs de kikuyu son muy duros y se hace muy complicado jugar el golpe. Al ser la hierba tan gruesa y dura, la cabeza del palo se cierra y además hay que pegarle muy directa a la bola para evitar la hierba.
– «Es un campazo. Las cajas de los tees y los greenes parecen alfombras. Las calles son muy anchas y los hoyos están rodeados de árboles muy altos», me cuenta Luna.
Un campeonato de este calibre no sólo es una experiencia única en la vida, es una responsabilidad muy grande. Tanto porque estás representando a España como porque por este campeonato han pasado casi todas las figuras en la historia del golf, desde que se jugó por primera vez en 1964.
El campeonato del mundo comenzó por una invitación de la Federación Francesa al equipo de la Curtis Cup de Estados Unidos, con el objetivo de jugar un match amistoso en Francia antes de regresar a casa. El equipo americano aceptó la invitación y propuso ampliarla a más países para poder realizar un campeonato similar al que comenzó para los chicos en 1958, promovido por el propio presidente Eisenhower y celebrado en el Old Course. De ahí su nombre: Eisenhower Trophy.
La primera edición del Espirito Santo Trophy se jugó en el Club de Golf de Saint Germain en octubre de ese mismo año y supuso un éxito sin precedentes, con la participación de 25 países y 75 jugadoras. El combinado francés ganó al americano por sólo un golpe.
Grandes jugadoras han pasado por esta competición, desde la misma Catherine Lacoste en su primera edición, a Nancy López, Beth Daniel, Julie Inkster, Liselotte Neumann, Helen Alfredsson, Annika Sorestam, Lorena Ochoa, Suzanne Pettersen y las nuestras Azahara, Belén y Carlota, entre otras.
– «Representar a España es un privilegio y espero estar a la altura, sobre todo cuando sabes que casi todas la figuras del golf mundial han pasado por aquí», apunta Luna.
Lo más impresionante de todo es el nivel organizativo. Las jugadoras son tratadas como en un major de profesionales. Nada queda al azar, todo está previsto. Tees, marcadores, arreglapiques y arena en el campo de prácticas. Los libros de medidas son excepcionales, aunque está permitido el uso del láser.
Luna colecciona los libros de medidas de todos los campos que ha jugado desde los que le hacía yo cuando tenía ocho añitos hasta ahora. Este es una de sus joyas. ¡¡Es perfecto!!
Después de entrenar han salido al centro comercial que está dentro del Resort y en medio de los campos de golf. Karuizawa es también una estación de esquí durante el invierno. Pequeños bungalows están repartidos por toda la extensión al pie de los telesillas.
– «Aquí todo es grande, el centro comercial es impresionante, la gente es muy educada y respetuosa. Saludas inclinando la cabeza como símbolo de respeto».
Mañana toca madrugar, hay salida al campo a las 8,45 y antes hay que activar, desayunar y dar bolas. Os contaré las sensaciones que han tenido en el campo y procuraré que nos cuenten más cosas del resto de integrantes del equipo.
Saludos.
* Marcos Sobrón es entrenador y padre de Luna Sobrón
