Su caché por jugar en Dubai y una visita relámpago a la India
La imagen de Tiger Woods bien podría estar asociada al símbolo del dólar. El norteamericano apenas sale de Estados Unidos si no es con un suculento cheque delante de sus ojos. Esta última semana en Dubai es un buen ejemplo. En diez días, y sin pegar un golpe oficial, el Número Uno va a ingresar nada menos que 5,5 millones de dólares.
Woods facturó tres millones por su presencia en el Omega Dubai Desert Classic, es su caché por sacar el pasaporte de su mesilla de noche. En contraprestación, una cena de gala, algún clinic, atención personalizada a los magnates del emirato, actos publicitarios, etcétera… Vamos, lo habitual.
Pero el viaje ha sido esta vez mucho más lucrativo. En lugar de regresar a casa, Tiger voló directo en su jet privado de Dubai a Nueva Dehli el lunes por la mañana. La razón, 2,5 millones de dólares. Es lo que el californiano va a percibir por la primera mini-gira de su vida por la India. Ha sido contratado para jugar nueve hoyos en el Dehli Golf Club con un exclusivísimo y escogido grupo de personalidades del país. También estarán los pros indios, Anirban Lahiri y Shiv Kapur, cuyos cachés evidentemente anda lejos de los números de Tiger.
Además de esta vuelta de golf reducida, Woods realizará algunos compromisos publicitarios y de márketing, como la inauguración de una zona residencial de lujo que llevará su nombre. Así se mueve actualmente la factoría Tiger.
Tras su visita en la India, para la que Woods ha pedido expresamente que no haya prensa, el norteamericano se desplazará junto a su novia, Lindsey Vonn, a los Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi.
