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La historia negra de Floyd en la Ryder se escribe en español

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El flamante vice-capitán de Watson en Gleneagles tuvo pesadillas con los nuestros

Ceremonia de inauguración de la Ryder Cup de 1989. The Belfry. Estados Unidos venía de perder las dos últimas ediciones y había sido derrotado por primera vez en casa, algo insólito, inaudito e insoportable para el orgullo americano.

“Aquí tenéis a los doce mejores jugadores del mundo del momento”. Con esta bravata presentó a su equipo Raymond Floyd, el capitán que había sido reclutado para devolver el trofeo y la gloria a Estados Unidos. Galones y poderío. A sus espaldas en aquel instante, cuatro grandes y cinco victorias en la Ryder como jugador.

Era una especie de Capitán América al rescate, un papel similar al de Tom Watson para la próxima Ryder de Gleneagles. Quizás por eso, el gran Watson ha decidido llamarlo a filas como vicecapitán. “Podía ganar o perder, pero con su mirada transmite que cada golpe cuenta, y eso es lo que quiero para la Ryder”, explicó el vigente capitán sobre su elección.

Floyd es un tipo de fuerte carácter y muy laureado en la Ryder Cup, aunque aquella mítica frase en los prolegómenos de 1989 le salió rana. Enrabietó a Europa, una Europa cuyo capitán era Tony Jacklin, aunque el líder no era otro que Severiano Ballesteros. Mal hacía quien se atrevía a tocar el orgullo de Seve. Aquella Ryder acabó en empate y Europa retuvo el trofeo. Tercera victoria consecutiva. Floyd perdió y un español volvió a cruzarse en su camino. José María Cañizares logró el punto decisivo en los individuales frente a Ken Green. Metió un putt de medio metro en el 18 para ganar por 1 arriba.

No fue la primera vez ni la última en la que Floyd tuvo pesadillas con los españoles. Su historia negra comenzó en 1981. Cayó en los fourballs ante Langer y Piñero. En el 83 volvería a perder su punto de foursomes ante Torrance y Cañizares. En el 85 tuvo la ‘suerte’ de no curzarse con ningún español, pero fue su primera derrota particular en la Ryder y la primera vez que había en Europa nada menos que cuatro españoles, una tercera parte del equipo: Ballesteros, Cañizares, Piñero y Rivero.

El martirio continuó. En 1989 sufre la derrota como capitán con Cañizares como protagonista y en 1991 fue derrotado en el foursomes 3 y 2 por Ballesteros y Olazábal. Tardó nada menos que nueve Ryder en sacarse la espina con los españoles. En 1993, su última edición como jugador, ganó al fin, al derrotar a Olazábal y Haeggman por 2 y 1 en el fourballs y vencer de nuevo en el individual a Olazábal 2 arriba, aunque ese punto ya no contaba porque Davis Love III había amarrado la Ryder para Estados Unidos dos partidos antes.

Floyd vuelve a la Ryder de la mano de Watson para formar un equipo muy veterano y repleto de experiencia, formando tándem de vicecapitanes con Andy North. Entre Watson, North y Floyd suman 198 años y 17 Ryder. Veremos con qué españoles tendrá que verse de nuevo las caras en Gleneagles.