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Langer: 50 años dando el callo

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Bernhard Langer, junto a su hijo Stefan

Bernhard Langer cumple cincuenta años hoy, lunes, 27 de agosto. Es uno de los ‘Big Five’ que dominaron el golf europeo en los ochenta (Seve, Faldo, Lyle, Woosnam y el alemán). Su palmarés es espectacular: cuarenta victorias en el circuito europeo y tres en el PGA Tour, destacando por supuesto los dos Masters que ganó en Augusta en los años 1985 y 1993. Este fue el ‘major’ que mejor se le dio, puesto que ganó dos y obtuvo otros seis top ten más, pasando el corte ininterrumpidamente desde 1984 hasta 2002, ambos incluídos…

El Open británico es, posiblemente, la espina de su carrera: en ocho ocasiones quedó entre los diez primeros, con dos segundos puestos y tres terceros, pero nunca consiguió rematar la faena. A la sombra de Severiano, fue sin duda también un gran impulsor del circuito europeo y de los éxitos de Europa en la Ryder: ha participado en diez ocasiones como jugador, con cinco victorias (85, 87, 95, 97 y 2002), y también la ha ganado como capitán en 2004.  

Ayer domingo todavía finalizaba un torneo del circuito europeo, el KLM Open, en tercera posición y con opciones hasta la última jornada… Esta circunstancia, en todo caso, no es sino el reflejo de lo que ha sido su carrera deportiva: trabajo, trabajo y trabajo, profesionalidad, concentración extrema en cada golpe, disciplina dentro y fuera del campo… “Si hay que hablar de Langer lo primero que te viene a la cabeza es tenacidad y disciplina”, explica Manolo Piñero, jugador español que vio llegar al alemán al circuito europeo y que ha sido testigo de toda su trayectoria. “Al principio, como no había alemanes en el circuito, se juntaba bastante con nosotros, los españoles, que éramos una piña. Jugué con él de pareja varias Henessy Cup (torneo ya desaparecido que enfrentaba a Inglaterra, Escocia, Irlanda, Gales y el resto del continente). Es buena gente y asombra su capacidad de concentración y su disciplina… alemana”, explica Piñero.

“A Langer le recuerdo siempre trabajando, en el campo de prácticas. Asombra por lo meticuloso que es en su vida, en su juego, con la alimentación, con la preparación… Con todo”, recuerda Pepín Rivero, otro de sus contemporáneos y buen conocedor del alemán. Por cierto, Rivero no cree que “vaya a pasarse ya al Seniors Tour, porque él se ve muy bien… Supongo que hará algo parecido a lo de Fred Funk, ir introduciéndose, compaginando ambos circuitos… Ojalá que juegue con nosotros en Europa”.

Juan Quirós, otro de estos ‘jóvenes-veteranos’ españoles que disputan el circuito Senior (Juan con estimable éxito: a día de hoy es cuarto en un Orden de Mérito que ha llegado a liderar), define al alemán con rotundidad: “Langer es un tipo que todo se lo ha ganado con el sudor de su frente. Es un currante, un gran jugador que aún lo sigue demostrando. Un luchador nato, incansable. Le recuerdo cuando él era muy joven y venía a Sotogrande uno o dos meses al año a practicar: estaba todo el día dando bolas”…  

Hombre muy religioso (lee la Biblia a diario) e introvertido (también por su modo de vida casi espartano…), también pasó a la historia por ese putt fallado en Kiawah Island en la Ryder de 1991 que servía para empatar y para que Europa retuviera el título… “Sin embargo, a todos nos impresionó su fuerza mental: a la semana siguiente jugó el Open de Alemania y todos pensábamos que no estaría en las mejores condiciones mentales… Y lo ganó por cinco o seis golpes”, recuerda Piñero, que era vicecapitán de aquel equipo europeo de la Ryder.

 

Sirvan estas pinceladas como homenaje a uno de los grandes.