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Larrazábal, un chico europeo

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Pablo Larrazábal (Barcelona, 1983) se ha asentado en el circuito europeo…

Es otro de los ‘sospechosos habituales’ de victoria semana a semana. Más que nada porque, de hecho, demostró muy pronto que tiene la chispa de los campeones. Además, es de esos jugadores que tiene birdie. Los hace como churros. Aunque pueda dilapidarlos también en un santiamén. Así es Larrazábal: un paseo en montaña rusa.

Pero si resulta sorprendente que un recién llegado al circuito europeo gane un torneo como el Open de Francia (2008), lo realmente importante y satisfactorio ha sido el modo en que se ha tomado su profesión, año a año.

“Me siento un jugador plenamente asentado en el circuito, aunque hay que trabajárselo año a año. Pero si soy sincero, la verdad es que este es mi tercera temporada en el Tour y nunca he tenido mayores problemas para mantener la tarjeta. Eso quiere decir algo y yo me siento muy a gusto, sobre todo con esa sensación de ver que éste es mi sitio”, asegura el barcelonés.

Este año, de hecho, ha estado muy cerca de ganar. “El BMW International de Munich era un torneo que tenía en la mano y lo tiré yo”, asegura.

Pablo es un tipo que transmite determinación y que tiene las ideas muy claras. Sobre la posibilidad de saltar el charco, prácticamente no deja ni terminar la pregunta. “No, no me voy a Estados Unidos. Sólo me planteo jugar allí en caso de meterme entre los 50 primeros. Yo quiero mantener siempre la tarjeta del circuito Europeo y es muy difícil hacerlo compaginando los dos circuitos, sin saber en qué ni cuántos torneos vas a entrar allí. Mi ilusión es ser un jugador de majors, pero creo que mi camino para conseguirlo es el ránking mundial, entre entre los 50 primeros del mundo. Sólo entonces me plantearía jugar en Estados Unidos… Bueno, lo digo en voz alta para ver si ocurre ”, bromea. Estados Unidos puede esperar. Allí, por cierto, ha jugado hasta la fecha cuatro torneos: PGA y Bridgestone de 2008 y CA-Doral y Mayakoba de 2009.

Larrazábal llega a Castellón en un óptimo momento de forma. En el Portugal Masters se dejó ver por los puestos altos y tuvo amagos de vueltón. Está pegando a la bola muy sólido y dejándose buenas oportunidades de birdie. Ha recuperado las mejores sensaciones después de unos meses de julio y agosto bastante duros en los que falló seis cortes consecutivos. Desde entonces, Pablo no bajado del puesto 34º, a excepción del atípico Alfred Dunhill Links Championship.