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Llegaron, lo vieron, jugaron y se quedaron…

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Ivonne y Emil buscan con la mirada la entrada al campo mientras el coche se adentra por un camino que augura un inevitable encuentro con la naturaleza. Alguna finca, animales, un huerto perfectamente cuidado y poco más. Escasa civilización, cero ruido. De cemento, ni hablamos. Apenas se veía alguna casa entre las ramas de los árboles. El paisaje contrasta de manera brutal con el bullicio de una zona jubilosa como Sancti Petri. Quién diría que apenas en unos pocos kilómetros se encuentran algunos de los mejores hoteles de la Bahía de Cádiz. Es un oasis de golf en el epicentro de una de las zonas turísticas más alegres de España.

Ivonne y Emil son belgas y aunque llevan años viniendo a esta bella zona de España siguen sin dar crédito cuando miran el termómetro en pleno mes de diciembre. Siempre sonríen cuando lo hacen. Hoy van a jugar al golf a 25 grados, con el cielo perfectamente despejado y una agradable brisa procedente del Atlántico. Entran en la Estancia Golf dando las buenas tardes. Son amigos. En la primera visita ya se sintieron como en casa y fue por ello por lo que decidieron comprarse allí la suya. Dónde mejor.

Ivonne y Emil representan la atracción que está ejerciendo de un tiempo a esta parte La Estancia Golf, un excelente recorrido situado en plena Bahía de Cádiz y cuyo espléndido mantenimiento, unido a unos precios muy competitivos, está despertando un enorme interés no sólo en el turismo extranjero, sino también en el nacional. «Están encantados con todo, el golf, la comida, la gente, Chiclana y, sobre todo, el trato humano. La gente en esta zona es muy cariñosa, muy amable y encima es un destino muy económico», asegura Carlos de Avilés, gerente de la Estancia y principal artífice del vuelco que se le ha dado al campo desde 2011.

Yvonne y Emil juegan muy bien al golf, de hecho son campeones en categoría supersenior, aunque si por algo destaca y enamora La Estancia es porque se trata de un campo para ‘todos los públicos’. «Es muy agradable de jugar. No ves una casa en todo el recorrido. Es naturaleza pura, bosque. Las calles son agradecidas y el tiempo normalmente es muy bueno, así que es fácil pasárselo bien», señala De Avilés. Y si has tenido un día regular, no pasa nada, te sientas en la terraza del restaurante con una buena cerveza o te tumbas en la fantástica explanada que se encuentra junto al putting green. Seguro que ha caído más de una siesta por aquí…

La Estancia Golf superó la crisis haciendo un enorme esfuerzo de gestión y tirando de imaginación, ofreciendo precios muy ajustados mientras le daban la vuelta al campo como a un calcetín. Uno de los grandes aciertos fue cambiar la hierba. Se plantó paspalum y la decisión fue un éxito. El campo mejora cada día, pero seguro que usted, si lo jugó antes de 2011, ahora casi no lo reconocería.

Ivonne y Emil juegan hoy su habitual partida de los viernes y esta noche irán a comer a Aponiente. Se darán un homenaje en uno de los mejores restaurantes del sur de España. Y mañana otra ronda de golf en La Estancia. En manga corta, por supuesto.