Rory McIlroy se ha salido con la suya a medias en el litigio que ha mantenido con su anterior agencia de representación, Horizon Sports Management. El Número Uno tendrá que pagar, pero al menos se ha evitado un juicio cuya duración prevista era de ocho semanas. Del mal, el menos. Caso cerrado.
El abogado de McIlroy, Paul Gallacher, y Conor Ridge, anterior agente del norirlandés, han emitido un comunicado esta mañana anunciando el acuerdo y la suspensión del juicio. «Ambas partes estamos satisfechas por el trato y nos hemos deseado lo mejor para el futuro», rezaba el texto.
Los términos del acuerdo no han salido a la luz, aunque según la prensa inglesa la cantidad final abonada podría acercarse a los 20 millones de euros. Días atrás se filtró a través del Daily Mail que McIlroy realizó una primera propuesta de diez millones de euros que fue rechazada por el representante.
Horizon presentó la demanda contra el Número Uno del mundo por la ruptura unilateral del contrato de representación en septiembre de 2013, menos de dos años después de que empezaran a trabajar juntos. La empresa reclamaba una cantidad millonaria en concepto de comisiones por los contratos firmados, entre ellos el de Nike de 100 millones de dólares. Hay que tener en cuenta que McIlroy tenía contrato con Horizon hasta 2017.
Finiquitado este asunto, que el propio McIlroy calificó como tedioso, el norirlandés podrá poner sus cinco sentidos en el Masters de Augusta, su gran objetivo esta temporada para cerrar su particular grand slam.
