José María Olazábal y Rafa Nadal son unos deportistas enormes, qué os voy a decir yo que no sepáis. Sin embargo, si los dos me encantan es por la humildad que tienen a pesar de su grandeza. Sé que lo habréis oído muchas veces, pero hasta que no estás con ellos no te das cuenta de lo extraordinarios que son como personas.
Os cuento dos ejemplos concretos de la semana pasada en el Olazábal&Nadal Invitational que jugamos en Mallorca. Primero con Nadal. Tenía no sé cuántas peticiones de autógrafos para Rafa de amigos y amigas que lo adoran y que querían un recuerdo suyo. Yo estaba un poco apurada y ya les advertí a ellos: lo voy a intentar, pero lo último que quiero es darle la paliza a Rafa en una semana, además, que se supone que es de relax. Pues bien, no me lo pudo poner más fácil. Nada más pedírselo, lo primero que me dijo fue siéntate aquí y lo firmamos todo tranquilamente. Es una gozada. Cada vez que estoy a su lado pienso cómo puede ser tan bueno, haber ganado catorce grandes y ser tan humilde… Es impresionante.
Después, cierto es, cada uno tiene su forma de ser en la competición y Rafa lo vive al máximo. No le gusta perder a nada y lo da todo. Jugamos el viernes un partido: Suzann Pettersen y yo contra Rafa y Jesús Legarrea. Les dimos ocho puntos de ventaja y nos ganaron en el hoyo 17. Yo se lo advertí a Suzann, que Rafa juega muy bien y hace pocas, creo que es demasiado ocho puntos… Pero nada. Fue muy divertido.
Nadal tiene un swing de golf ‘tipo tenis’, sube poco y es verdad que no llama mucho la atención cuando lo ves por primera vez, pero después es increíble cómo se agarra. Hace unos pares que no te lo crees… Mentalmente es hándicap + 5.
De Olazábal os doy dos detalles. El domingo después del torneo, cuando ya quedábamos pocos porque muchos habían cogido ya el vuelo de vuelta a casa, nos reunimos en torno a una mesa, seríamos unos quince, y se puso a contarnos unas historias increíbles de la Ryder Cup, de Seve, de los torneos… Es impresionante la memoria que tiene, cómo lo cuenta y la pasión que pone. Cómo lo vive. Te lo transmite todo. Aún se emociona cuando habla de Seve. Es una gozada.
El segundo detalle tiene que ver más con el golf y con cómo es él. Me dijo que cualquier día de estos de diciembre lo llamara y que nos veíamos para trabajar o ver alguna cosa si lo necesitaba. Que cuando quisiera estaba disponible para que nos viéramos. Me encantan los dos y hacen que esta semana sea muy especial y muy agradable.
Suzann me dijo que iba a repetir, que iría donde fuera para conocer a Nadal, porque es uno de sus ídolos. Quedó encantada. Se lo ha pasado muy bien y después de conocer a Rafa ha llegado a una conclusión: «tengo que ir más al gimnasio», me confesó. ¡¡¡Y lo dice Suzann…!!!
Antes de acabar este post quiero desear toda la suerte del mundo a las españolas que este miércoles empiezan la Final de la Escuela Americana. Están Marta Sanz, Belén Mozo y Noemí Jiménez. Chicas, dadle duro que nos vemos el año que viene.
