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Monstruo de dos cabezas…

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Si acaso hubiera alguien que no trague a Rafael Nadal, que de todo habrá en la viña del Señor, reciba este humilde consejo: no siga leyendo. Puede hacer daño a su estómago este empalagoso panegírico al gigante manacorí…

 

El número uno del mundo de tenis le ha hecho hoy algo así como un 75 a este par 71 que es el Club Mediterráneo. ¿Cómo les suena eso? Decimos ‘algo así’ porque en los ProAm no es sencillo computar la cifra exacta, ya que en ocasiones algún jugador no termina el hoyo. No obstante, pueden estar seguros de que la cifra es moderadamente fiable, aunque sea aproximativa.

 

Le hemos visto dar drives muy cercanos a los 300 metros. Y no uno solo… En el hoyo 9, por ejemplo, la ha dejado a unos treinta metros del green con un drive de unos 290 metros.

En el hoyo 14, agárrense, ha pegado un drive con un vuelo de bola de unos 260 metros, necesarios para sobrepasar una pequeña ría que está situada a 250 metros del tee de amarillas, que es desde donde él juega, evidentemente. En efecto: son distancias de profesional. Y no crean que no va recto… Aunque haya estado a punto de pegar un bolazo a Justin Rose cuando su salida en el hoyo 13 ha ido a parar al tee del 18, que todo hay que decirlo. 

Hemos visto como Sergio García le explicaba a Enrique Ponce que Nadal no necesita forzar el swing, puesto que con tres cuartos de subida destroza las bolas. El día que aprendiera a retorcerse sobre el eje como hacen los profesionales, quién sabe dónde podría llegar…

Nadal ha dado otra lección de cómo atender al juego y a los fanáticos que le siguen (le seguimos) durante cinco horas. Mil fotos, mil firmas, mil sonrisas, mil atenciones. Y sin afectaciones ni demagogias. A este chico le sale de dentro.

Su juego corto de cien metros para abajo no es malo… No podemos decir lo mismo de su putter… Al menos hoy no ha estado nada afortunado. Se le cierra la cara del palo al golpear… En fin, el chico no puede ser perfecto.

Tampoco debiera seguir leyendo quien no trague a Sergio García…

Sergio ha supervisado hoy todos los golpes de su equipo. Ha dado consejos aquí y allá y, en definitiva, ha puesto el cuidado necesario para conseguir que su equipo fuera eso, un equipo, y que todo el mundo se lo pasara bien, que al fin y al cabo es de lo que se trata.

En cuanto a su juego. Parece estabilizado y en buena línea, aunque hoy, sin estar mal, no ha sido el colmo de la efectividad en los greenes. Necesita ganar en su tierra para salir de aquí como el número tres del mundo. Repetimos: número tres del mundo.

 Resumiendo: el equipo de Sergio se ha marcado un 54 (-17) y encima todos se lo han pasado de escándalo. No es una frase hecha: a García, Nadal, Ponce y Botín se les ha visto disfrutar.