Hay que levantarse pronto para unirse al partido de Tiger Woods. Al californiano le gusta ser madrugador. A las siete en punto, con las primeras luces de la mañana, el presentador anuncia: «Saliendo del tee del 1. Tiger Woods». Un nutrido grupo de seguidores -unos cien- aplaude a rabiar. Allí está también Ten-Golf, para hacerse nueve hoyos con el número 1 del mundo. Un sonriente Woods comenta a sus compañeros de partido «Un día precioso»…
Los afortunados del grupo de Tiger asienten, pero se les nota nerviosos. Seguramente, los del grupo de Tiger en este ProAm nunca han tenido tanto público -ni a Woods a su espalda- observando sus golpes.
La salida de Tiger es magnífica, mientras que a algún compañero de partido se le atraganta la situación. Par, birdie, birdie, par… ¿Les parece un buen resumen del juego de Tiger en los cuatro primeros hoyos? El grupo avanza a buen ritmo mientras a los espectadores se les comen los mosquitos, pero aguantan, porque es Tiger. Según avanza la mañana el grupo de seguidores aumenta; una foto por aquí, un autógrafo por allá.
En el hoyo 5 algo no le convence de la caída del green, y mientras sus compañeros acaban con el putt, Tiger le pide bolas a su caddy, Steve Williams, y practica. En fin, hay que reconocer que estas ‘ventajillas’ no las tenemos la mayoría de los sufridos amateurs, que llegamos a los campeonatos depirsa y corriendo, con el tiempo justo… Fuera de broma, la facilidad del swing de Tiger es asombrosa, y el impacto brutal. La distancia y la dirección, sencillamente perfectas. Todos los golpes tienen un objetivo claro, que no es necesariamente quedar más cerca del green. A veces es una aproximación para evitar búnkers en un par 5, otras es un hierro estratégico para negociar un giro de la calle, y otras es pegar a hacer distancia. En todo caso, Tiger conoce bien este campo (ya ha ganado aquí…) y la mañana de prácticas resulta más bien rutinaria.
El ruido de la bola cortando el aire pone los pelos de punta, pero Tiger no se ha descamisado. Otros jugadores también le pegan fuerte, pero se les nota el esfuerzo, la tensión, el trabajo de torsión. Todos esos gestos desaparecen en Tiger. La preparación es rápida y la ejecución natural. Y el sonido que genera el contacto de palo y bola es variado: a veces hueco y cortado, otras largo y metálico y otras siseante. Pero el resultado es siempre el mismo… En el inicio de partido vemos a un Woods educado pero distante. Es un pro-am, de acuerdo, pero él tiene que tomar sus notas, y se le ve algo apartado. Por supuesto, nadie osa molestarlo. Sin embargo, según pasan los hoyos ‘intima’ más con sus compañeros, incluso alaba alguno de sus golpes: «buen putt»… Al fin, hasta entabla alguna conversación de camino al siguiente tee…
Horarios de salida del jueves (siete horas más en España):