Chema no estará presente en el Arnold Palmer Invitational de la próxima semana y aún está por ver su fecha de reaparición
José María Olazábal no estará presente en el Arnold Palmer Invitational, torneo del PGA Tour de la próxima semana, sobre el que estaban puestas todas las miradas para la posible reaparición del jugador vasco.
A partir de aquí, habrá que esperar, porque la idea de Chema es, por supuesto, competir en Estados Unidos antes del Masters. Dicho esto, existen tres posibilidades. La primera, apuntarse en el Puerto Rico Open, torneo de nuevo cuño en el PGA Tour que se juega la misma semana que el CA Championship de Doral (20 al 23 de marzo), segunda cita de los Worlds Golf Championhips y en la que Olazábal no tiene hueco porque su actual ranking mundial no le da para jugar. No hay que descartar la opción de Puerto Rico (curiosamente, un video promocional del torneo incluye varias imágenes del jugador español…), aunque ahora mismo no hay ninguna constancia de que pueda jugarlo.
La segunda opción es el Zurich Classic of New Orleans (27 al 30 marzo), dos semanas antes del Masters. Olazábal ya ha jugado más de una vez en Nueva Orleans… Veremos. La tercera opción es el Shell Houston Open (3 al 6 de abril), la semana anterior al Masters.
Y con el nombre de José María Olazábal en la cabeza, no podemos dejar de recordar algo que ocurrió hace justo diez años y que habla por si solo de la bendita tozudez de este jugador cuando las cosas se le tuercen por causas físicas, exáctamente igual que le está ocurriendo ahora. El 1 de marzo de 1998 Olazábal se alzaba con el título en Dubai. Una faringitis aguda estuvo a punto de dejarle fuera del torneo el jueves y, de hecho, los médicos le aconsejaron que no saliera. Pero como él mismo dijo entonces, "me di dos tortas y me dije: despierta", y salió, vaya si salió.
Estuvo los cuatro días sin poder comer nada sólido, a base de yogures, zumos, fruta y sopas, porque casi no podía tragar y el jueves se colocó en el tee del 1 con 39 de fiebre. En efecto, fue ese día en el que peor resultado le hizo al campo, pero fue un 69… Todo el mundo pensaba, empezando por él mismo, que en algún momento del torneo se derrumbaría, pero no fue así. "Si me dicen el jueves que podía ganar, mando a un manicomio a quien me lo dijera", señalaba el jugador despues de ganar.
El último día aún se sentía débil, auque al menos desde el sábado había podido jugar con los oídos algo menos taponados… Viéndose así, su plan mental para el domingo, según comentó después, pasaba por no presionarse nada en absoluto. Y redeondeó la faena con un 68 que le daba el triunfo.
La carrera de Olazábal, como se ve, está jalonada de momentos complicados que el vasco siempre ha sabido superar a base de empeño, cabezonería… Y reciedumbre.
