La historia se remonta al pasado lunes en el Club de Golf A Zapateira de La Coruña, como relata Pablo Carballo en una información publicada en La Voz de Galicia. En el hoyo 10 del campo, tres octogenarios acababan de llamar al 061 para pedir una ambulancia que asistiera a Ignacio, uno de los integrantes de su partido, al que acababa de darle un infarto, no respiraba, no tenía pulso y no respondía a ningún impulso.
En el hoyo contiguo se disputaba otro partido de golf en el que participaba el exfutbolista y entrenador Paco Jémez junto a un amigo, dos habituales del club coruñés. Jémez advirtió lo que estaba ocurriendo y salió corriendo hacia el hoyo 10 para intentar ayudar. Y nada más llegar, le practicó un masaje cardiorrespiratorio a Ignacio, con el objetivo de que su corazón no dejase de bombear sangre.
Jémez estuvo unos 10 minutos atendiendo a Ignacio mientras un médico, al teléfono, le daba indicaciones. Poco después llegó Mari Carmen Badía, también socia del club, de profesión enfermera, para relevar a Jémez durante cinco minutos más. El tiempo necesario para que la ambulancia entrara en el campo hasta el mismo green para atender a Ignacio.
Los sanitarios tomaron rápidamente el control, realizaron descargas a Ignacio, completaron las maniobras de reanimación y lograron estabilizarlo hasta que el golfista infartado recuperó el pulso. Después fue trasladado a un hospital de La Coruña donde se recupera. Sus familiares han trasladado su agradecimiento a Paco Jémez y Mari Carmen Badía. No era la primera vez que Ignacio sufría un infarto jugando al golf, aunque sí de tanta magnitud. El auxilio improvisado del entrenador fue vital.
