A sólo unas horas del comienzo de la segunda jornada del US Open, recapitulemos sobre la apasionante primera vuelta del jueves:
1. Deslumbrante Pablo Martín. Es muy serio, muy importante, lo que hizo ayer. Casi, casi podría darnos igual lo que venga a partir de ahora (por supuesto, es un modo de hablar…)…
Jugó con el aplomo de un veterano y eso es mucho decir para un profesional debutante. En el deporte de élite, el que sea, está más que demostrado que la cabeza juega un papel decisivo y Pablo, en muy poco tiempo, nos ha demostrado que la suya es privilegiada: no se bloquea el domingo que puede ganar un torneo en el circuito europeo siendo amateur; sortea la presión de una complicadísima calificación para este US Open; y, sobre todo… Lo de ayer. Disculpen la insistencia: lo que venga ahora, sería un maravilloso regalo; por nuestra parte, ya ha cumplido con sobresaliente.
2. Estamos encantados con la decisión de la USGA de ‘proteger’ a Pablo poniéndole con Chema y Sergio. Además de esta razón, se intuye en esta medida (extraña como ninguna) algo así como un reconocimiento al golf español. A los americanos les encanta preguntarse: ¿de dónde salen estos españoles con semejante talento, cada uno de su padre y de su madre, audaces y carismáticos?
3. José María Olazábal. Estuvo magnífico en los greenes. Un dato: de los cuatro ‘valientes’ que ayer jugaron al par o por debajo del par (Dougherty, Cabrera, Olazábal y Bubba Watson), ninguno aparece en las estadísticas entre los que más calles cogieron desde el tee (ninguno de los cuatro cogió más del 64 por ciento), pero todos ellos aparecen entre los diez más brillantes con el putt en la mano. Otro dato, éste escalofriante: de los dieciséis jugadores que andan empatados en quinta posición con +1, Pablo Martín es el que peores números registra en los greenes: 33 putts. Esto, evidentemente, nos permite sacar dos conclusiones algo precipitadas, pero no carentes de cierta lógica: lo bien que jugó el malagueño de tee a green, y la que puede liar si se inspira con el putter en la mano…
4. Sergio García. Un pleno con los tres españoles hubiera atentado contra las impredecibles leyes del golf… Sergio necesita una gran vuelta para pasar el corte. Complicado, pero no imposible, porque no me cuesta tanto imaginar al de Borriol jugando hoy al par del campo. Hoy es tu día, Sergio. La única pega: juega por la tarde y ayer se dieron peores resultados en los partidos vespertinos.
5. Tiger Woods. Ni que decir tiene que el número uno del mundo ha comenzado el torneo como más le gusta: agazapado, pero imponiendo su majestuosa presencia en el top-ten de la clasificación. Desde ayer es aún más favorito. En Oakmont la estrategia a elegir en cada hoyo es aún más importante, si cabe, que en otros escenarios. Y en ese punto, Tiger es aún más número uno que en otros.
6. Algunas consideraciones muy arriesgadas cuando lo que se juega es un US Open: ojo a Geoff Ogilvy. Tiene madera de gran campeón. Es de los que crecen y crecen en las grandes citas. Otro con una cabecita privilegiada. Una debilidad: el juego de Justin Rose. Ojo también con él. El trío que forma en su partido junto a Sean O’Hair y Charles Howell III, otro gran regalo, acierto y detalle de buen gusto de la USGA.
