(Según la mirada particular de Lucas Montaner, Profesional del Real Club de Golf de Sevilla)*
Cuando me preguntaron el otro día quién es mi jugador preferido de golf, o a cuál de ellos destacaría por la razón que fuera, lo primero que hice fue pensar en quién me hubiera gustado ser por sus méritos en un campo de golf…
Son tantos los que han escuchado los miles de aplausos de los espectadores apelotonados alrededor del 18, cuando son conscientes de que van a ganar un torneo de profesionales; son tantos los que han competido en Augusta o en St. Andrews; son tantos los que han ganado una Ryder Cup; son tantos los que han pasado un corte en el Circuito Américano, o Europeo…
Sinceramente, para mi es un sueño imposible el poder vivir cualquiera de estos momentos, asi que siento admiración por todos ellos.
Pero hay un jugador que seguro que no es consciente de lo que ha aportado a mi vida, seguro que no sabe quién soy, pero siempre será el jugador que, a través de su Fundación, me acercó al mundo del golf adaptado, y al mundo de los discapacitados psíquicos y físicos.
Gracias a la Fundación Sergio Garcia, cientos de niños discapacitados psíquicos y físicos, han podido jugar al golf. Sus cursos ayudan a que no existan barreras para practicar este deporte. Todo el mundo debería tener la oportunidad de ver la extraordinaria sensibilidad mostrada por los síndrome de Down, su sonrisa al golpear la bola y ver como vuela, los progresos lentos pero esperanzadores en los niños con autismo, o la fuerza de voluntad digna de elogio en los jugadores con alguna discapacidad física.
Yo, gracias a la Fundación Sergio Garcia, ya lo he vivido. Gracias Sergio…
* A lo largo de los próximos días y hasta final de año Ten-golf va a pedir a diferentes profesionales, analistas, periodistas o aficionados de rango del mundo del golf que destaquen un personaje de este deporte según el criterio que les parezca y como les venga en gana: un detalle, una trayectoria, un modo de jugar, de pegarle a la bola o de comportarse, un gesto, una manera de entender la vida… Todo vale.
