Pablo Martín habla de lo divino y de lo humano a pie de putting green en Aloha con Ten-Golf
Si uno quiere encontrarse con Pablo Martín por Aloha sólo tiene que darse una vuelta por el putting green. El malagueño anda algo desesperado con su putter y echa más horas que un reloj. Se lo curra, de eso no hay duda, y combina preocupación y buen humor, seña de identidad de este risueño golfista. Dejó su tarjeta de visita en Bay Hill, donde fue el jugador que mejor pegó a la bola, y eso que andaban por ahí los mejores del mundo. En la charla con Ten-Golf habla de su juego, del putter, de las obsesiones de los golfistas, de Sergio García, de Tiger, de su temporada… Hablar con Pablo Martín es un gustazo salpicado de carcajadas.
Su momento… «Estoy muy contento, pegándole muy bien a la bola y con muchas ganas de jugar aquí. Hace tiempo que no le pegaba tan consistente a la bola y este es un campo que conozco, muy bonito. Además, el campo está inmaculado. Nunca lo había visto así de bien.
Ese putter… «Estoy muy contento por cómo le pegué en Bay Hill. En Puerto Rico tampoco le pegué mal y sigo teniendo buenas sensaciones. Lo único es que el putt ha sido terrible. No sé qué hacer, tengo ahí un dvd que me han dejado de cómo patear (caracajada). Me lo voy a poner esta noche, me voy a sentar en el sillón y me voy a comprar un pizza (por el miércoles). La verdad es que no sé qué hacer. Estoy pateando regular, no tan mal. El miércoles metí algunos putts».
Las obsesiones de un deporte como el golf… «Todos los golfistas estamos zumbadísimos. Este deporte es una locura. Si hablas más de diez minutos con un golfista te das cuenta que estamos tarados todos, tenemos tics nerviosos, el ojo… (carcajada). Acabas loco con este deporte. No tienes ningún control con la bola. Cuando crees que lo tienes… Nada. Conozco a gente que ha cavado en un búnker y todavía anda cavando allí dos años después (carcajada). El putt por mucho que lo entrenes siempre lo puedes mejorar. Hay gente que se queja más. Siempre he sido un pateador de rachas. Creo que le pasa un poco a todos, quitando quizás al Tigre».
Rafa Nadal y su primer encuentro con Tiger… «Lo conozco de hola y dos o tres cosas. Lo conocí en un campeonato que coincidió con la final de Wimbledon entre Nadal y Federer. Estaba viendo el partido por televisión en un sillón y me preguntó: cómo va el partido. Le dije que Nadal le estaba pegando una paliza y me dijo, qué bueno es Nadal y yo le dije: va a ganar a tu amigo Federer» (carcajada).
Agradecido a su agente y a Arnold Palmer… «No me esperaba la invitación para Bay Hill (Arnold Palmer Invitational). Estoy muy contento con mi manager porque sacar una invitación ahí, cuando no estaba teniendo muy buenos resultados, ha sido una oportunidad muy buena para mí de empezar de cero. Me permitió hacer un buen torneo, con muy buen field (listado de participantes) y pensar que todavía no se me había olvidado jugar al golf. Me quité un peso de encima en Bay Hill. Las dos semanas anteriores en México y Malasia estaba jugando también bastante bien, pero no pasé el corte. Llevaba 15 cortes fallados y me estaba empezando a volver loco. Antes le estaba pegando mal a la bola y no tenía opción, pero fallar cortes jugando bien conlleva un poco de frustración. Hay que ser paciente. En Bay Hill, con esos jugadores y ese ambiente es muy fácil motivarse y de pronto se te olvida que has estado haciendo esos resultados».
Técnica o instinto natural… «Cuando te va mal piensas de todo. Me he dado cuenta de que estaba intentando hacer unas cosas con un entrenador en Estados Unidos que es muy técnico y no me funcionaban. Nunca he dado muchas clases, siempre he sido muy natural, de la forma como juegan en España, muy por instinto y natural y saben jugar. Pensé que si podía tener una técnica muy buena sería mejor y de pronto me convertí en un jugador que pensaba que si el palo tenía que pasar por aquí y de esta forma… y así no se puede. Me convertí de pronto en un lector de revistas con consejos. Hacemos tan complicado este juego a veces, nos centramos tanto en la técnica, que al final nos olvidamos de lo más importante, que es hacer las menos posibles».
Chapeau para Sergio García… «En Bay Hill jugué con él y me dio un consejo buenísimo y en parte jugué bien por ese consejo. No lo conocía hasta que me pasé a profesional y es un tío espectacular, muy buena gente y me está ayudando muchísimo. Chapeau. Es para quitarse el sombrero. No tendría por qué ayudarme, pero es super buena gente, él y su familia, sus padres… Sólo tengo cosas buenas que decir de él».
Calendario… «Ya me centro en Europa y en hacerlo aquí lo mejor posible. El Open de España lo juego seguro porque es un campo buenísimo. Lo conozco porque he jugado ahí muchos torneos andaluces. Lo considero, si no el mejor campo de España, es uno de los mejores. Las modificaciones de Olazábal son geniales».
