Tiger Woods no volverá a jugar hasta a diciembre. El golfista californiano, que se retiró el domingo del WGC Bridgestone Invitational y no pasó el corte en el PGA Championship, anunció ayer a través de su página web oficial su decisión después de consultar con los especialistas.
Según afirma en su comunicado, los médicos le han aconsejado que esté un tiempo sin practicar y sin jugar para recuperar el tono en los músculos de la espalda. Tiger insiste en que sus recientes problemas que salieron a la luz en las dos últimas semanas no tienen nada que ver con la operación del pasado 31 de marzo. Por ahí está tranquilo, pero eso no significa que pueda jugar ni forzar la máquina.
En este sentido, Woods afirma que ha mantenido una conversación con Tom Watson para transmitirle su decisión y descartarse como elección para la Ryder Cup. “Es un torneo muy importante como para no poder dar el ciento por ciento. Les deseo lo mejor y los apoyaré en la distancia, tenemos un magnífico equipo”, apunta.
Así las cosas, el propio Tiger afirma que su intención es volver a jugar la primera semana de diciembre, en su torneo, el World Challenge. Eso supondría que, además de perderse la Ryder, no estará en Turquía (Series Finales del European Tour) ni en la America’s Cup.
