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Cree que pueden y deben jugar más rápido y repasa su regreso a la competición el pasado mes

Tiger se moja (y algo más) en el debate sobre el juego lento

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En una extensa e interesantísima entrada en su blog, Tiger Woods entra de ello en el tema del momento en el mundo del golf: el juego lento. El estadounidense, desde su privilegiada posición mediática y deportiva, se muestra partidario de jugar más rápido y aporta soluciones para que la gente siga divirtiéndose practicado su deporte.

«Estoy entusiasmado con la inauguración del The Oasis Short Course, nuestro nuevo diseño de campo de 12 hoyos par 3 en Diamante Cabo San Lucas. Con esta creación estoy intentando regresar a mis orígenes. Crecí jugando en Heartwell, un campo de par 3 en Long Beach, California, así es como me introduje en este deporte», comenta Tiger.

«Jugar al golf hoy en día en menos de cinco horas es casi imposible, así que, ¿por qué no abrimos un poco nuestra forma de pensar? Podemos y debemos jugar más rápido y divertirnos en un ambiente entretenido, como en un campo corto, donde todos pueden participar, practicar y aprender el juego, y donde los niños pueden jugar sin sentirse abrumados por un gran campo de golf», explica Woods.

Muy satisfecho por su regreso a la competición

El ganador de 14 majors, además, hace un especial repaso del Hero World Challenge, el torneo con el que regresó a la competición el mes pasado después de 15 meses de ausencia y sufrimiento por las lesiones. «El desafío al que me enfrenté en el Hero World fue algo positivo. Sólo necesito seguir construyendo sobre esa base y eliminar los fallos simples que cometí», dice.

«Estar lejos de la competición durante tanto tiempo me hizo cometer algunos fallos realmente tontos que por lo general no hago, me costó un poco. Pero las cosas buenas que hice fueron realmente positivas, una gran señal», señala Tiger.

«Mi única duda fue si aguantaría bien físicamente cada ronda porque no pude entrenar mucho los días antes. Enfermé antes de Acción de Gracias y perdí casi cinco kilos. Mis hijos Sam y Charlie y yo mismo fuimos atacados por un virus que nos dejó muy débiles, así que no sabía cuántas fuerzas tendría. Me quedé sin ‘gasolina’ los cuatro días. Esa fue mi gran preocupación», confiesa.

«Si sólo hubiera tenido que jugar el torneo habría estado bien. Pero tuve que atender un montón de cosas fuera de la competición al ejercer de anfitrión. Eventos normales, que están fenomenal, pero son agotadores. En cualquier caso, firmar una tarjeta de 65 golpes en la segunda ronda me hizo sentir muy bien, sobre todo, manteniendo mi tarjeta limpia de bogeys», indica Woods.

Su «amor» por el golf nunca se fue

«Sé que mucha gente dudaba si podría volver a jugar al golf de forma competitiva. Para ser honestos, incluso yo no estaba seguro de ser capaz. Hace un año en el Hero Challenge me lo preguntaron y mi respuesta fue totalmente diferente. Pero después de estos meses de duro trabajo para volver, sabía que era posible. Mi amor por este juego nunca se fue. Simplemente, el cuerpo no me permitía competir. Ahora sí lo está haciendo, así que gracias a ello y al apoyo de tanta gente que he recibido, amigos y jugadores, hay razones para el optimismo», escribe el estadounidense.