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Una sobremesa de ensueño con Chema, Gonzalo, Seve, Sergio, Bobby Jones…

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No es una entrevista al uso. Está bien, de acuerdo, Tengolf plantea algunas cuestiones y la idea, más o menos conseguida, es que ellos dialoguen, intercambien opiniones… Es una sobremesa  en Pula Golf con jugadores profesionales,  teledirigida precisamente hacia el golf. ¿No es al fin y al cabo lo que más nos gusta? José María Olazábal y Gonzalo Fernández Castaño. Dos generaciones. Una sincera amistad por medio. Y una pasión. Nuestra pasión. Procuramos dejar sus declaraciones tal cual, tal y como sonaban, con onomatopeyas y exclamaciones si hace falta, que a una sobremesa no hay que encorsetarla…

(Antes de nada, les pedimos que sitúen sus primeros encuentros… El chiquillo que sueña con grandes gestas y que poco a poco va acercándose a uno de sus ídolos)

Gonzalo Fernández Castaño: Me acuerdo perfectamente de la primera vez que le saludé así de cerca. Valderrama Volvo Masters año 93. Íbamos con el equipo Nacional y jugábamos en dos campos cerca del Volvo Masters, casi como premio final de temporada, y luego nos hicimos una foto con Jose Mari todo el equipo. Antes le había acosado en el Club de Campo, en Puerta de Hierro, pidiéndole bolas… Todavía tengo doce bolas guardadas y firmadas. Una es de Seve y otra de José Mari.

José María Olazábal: Yo había oído hablar de él a través de la Federación, pero contacto serio no hubo hasta que se hizo profesional.

GFC: Mi primera vuelta con él fue algo curioso. Fue en el Open de Madrid de 2002 ó 2003, que jugamos una vuelta de prácticas juntos. Fue a través de Javier Pinedo (narrador de Canal + Golf). Yo le dije que me encantaría jugar con Chema y él me dijo, «no te preocupes que yo hablo con él»…

JMO: Es verdad, es verdad, me lo dijo Javier…

GFC: Fue una vuelta inolvidable, porque además jugamos con Jiménez… Bueno, y tengo que decir aquí delante tuyo que me impresionó mucho más el ‘Pisha’ (se ríen los dos). Es que estaba jugando increíble en aquel momento.

JMO: Si no recuerdo mal él había hecho un gran Open USA ese año. Yo solía jugar con Miguel y me vino Javier Pinedo y me comenta eso… Yo le dije, por mi no hay problema, pero espérate que se lo pregunte a Miguel. Y nada, dijo que perfecto.

(Les decimos que ambos transmiten una imagen de hombres hechos y derechos, con las ideas claras, cada uno en su generación y a su manera, cada uno con sus logros…)

GFC: Una cosa es lo que se ve y otra lo que es fuera del campo. A mí me gustaría hablarte de Chema, antes de nada. Yo lo idolatraba y lo sigo idolatrando, por eso ahora me considero un afortunado por la relación que tengo con él. Alguien a quien has visto tan lejano, tan alto, y que luego, por ejemplo, nos invita a mi mujer y a mí un fin de semana a San Sebastián en el viaje de bodas… Hay que pensar que, además, yo a Seve no le he visto en su mejor momento de juego, no vi tanto de él, pero a Chema le he visto en sus mejores días, lo veía jugar y por edad ya entendía lo que veía.

(Pequeña pausa)

GFC: Parece alguien muy introvertido, muy serio… Y resulta que cuando le conoces es el alma de la fiesta.

JMO: A ver, yo he procurado ser serio en todo lo que hecho. Si yo tomo una decisión, en lo que sea, antes me he planteado: si la tomo es para hacerlo con seriedad. Y creo que eso siempre lo he cumplido. Pero luego está lo que dice Gonzalo, la otra parte, fuera del juego. A mí me ha pasado muchas veces estar jugando y que alguien te pide un autógrafo o te dice algo y yo no me doy ni cuenta. Y luego, estando en conversación con esas mismas personas ellos te dicen divertidos que les pareciste casi un impresentable… Luego está la otra parte, cuando uno quiere disfrutar con los amigos y con lo que haga falta.

GFC: Ahí tenemos que aprender todos todavía de Miguel.

JMO: Sí, él es el maestro.

GFC: Hablando de mí, mi éxito en la vida está en lo que disfruto haciendo mi trabajo. En el campo y alrededor del campo. ¿No has visto cómo estábamos comiendo ahí varios españoles? El éxito de los jugadores españoles en el circuito también es ese, lo que compartimos. Luego ves a otros, ahí, comiendo solos… Mi mujer a veces se queja un poco cuando llevo quince días en casa y ya tengo ganas de irme a jugar un torneo. «Pero si sólo llevas aquí unos días», me dice, y yo le respondo que sí, pero que me lo paso muy bien con mis amigos. Imagínate lo que es que, haciendo tu trabajo, puedas comer y cenar todos los días con tus amigos…

JMO: La gente tiene que entender esa imagen seria que a veces damos en el campo es de pura concentración… Pero eso no significa que luego seamos ariscos.

(Llevamos la conversación de nuevo al campo. Allí, estos dos jugadores coinciden aparentemente en algo: lo mucho que les duelen los malos golpes y lo poco que disfrutan con los buenos…)

JMO: A lo largo de los años vas aprendiendo cosas. Vas fijándote en los que estaban antes que tú, en los que han abierto camino antes que tú y aprendes que en este deporte que practicamos no te puedes dejar llevar por las emociones, sean buenas o malas. Yo cuando pego un golpe extraordinario me amarro los machos en vez de pegar un salto y me digo: está bien, pero vamos a estar en lo que hay que estar que queda mucho por delante… Sí es verdad que exteriorizamos más los malos golpes y la frustración, pero en mi caso desde luego es por descargar tensión.

GFC: Yo a veces voy disfrutando más de lo que parece y quizá en esos momentos me gustaría parecerme más a Álvaro Quirós o al ‘Pisha’, menos contenidos. Mi suegra me dice que no sé perder… Es cierto que me pico con mi sombra, pero también me doy cuenta poco a poco que la perfección es imposible en este deporte. Y sí, me da mucha rabia ver un golpe malo que podías haber hecho mucho mejor, aunque poco a poco, con los años, creo que cada vez me enfado menos, o lo controlo más.

(Y ya que estamos de sobremesa, sería bueno conocer cuál sería para ellos la sobremesa ideal de golf. De esas con café, copa y puro y si llega hasta la cena, pues hasta la cena…)

GFC: ¿Tiene que ser de golf? Hombre, el ‘number one’ de las batallitas es este que tenemos aquí. Chema no te cuenta una batallita sin más, te la cuenta con pelos y señales. Otro rey de las batallas es Manolo Piñero. También lo meto ahí, porque tiene muchas historias, ha vivido mucho. Y luego en mi sobremesa ideal no puede faltar José Manuel Lara, con el que me parto de risa.

JMO: Hombre, si hay que hablar de golf… Seve tiene que estar ahí. Y si la sobremesa es ideal, ideal, es decir, la que a mí me gustaría aunque ya no sea físicamente posible, a mí también me gustaría meter ahí con Seve a la gente del golf antiguo. El antiguo de verdad. Y tener una larga conversación con ellos. Podría ser Bobby Jones…

(Chema  rebobina en sus recuerdos)

Yo he tenido la suerte de estar en Augusta con gente como Byron Nelson o Gene Sarazen. Y claro, te ponías a pensar: este hombre lleva jugando al golf desde hace sesenta y tantos años… Entonces, por ejemplo, estabas en la cena de campeones y estos hombres te contaban unas historias que tú dices, pero qué es esto, qué es esto… Te quedabas con la boca abierta.

A ver, yo he tenido la fortuna de vivir un montón de historias excepcionales con Severiano. Un montón de historias que puedo contar…Y ser testigo de cómo era Seve, lo que pensaba y lo que hacía, y eso no es poca cosa…

(Como se ve,  Olazábal  se adelanta a cualquier guión y saca a borbotones uno de los temas capitales, Severiano Ballesteros. Faltaría más…)

Es que Seve te decía: mira, yo llego a un torneo, veo la lista de participantes, señalo a cuatro o cinco y me digo, si gano a éstos ya he ganado el torneo. Y tú le decías, pero oye Seve, que hay ciento y pico, ¿eh?, y él con esa seguridad: «nada, nada, si gano a éstos me lo llevo».  Pero bueno, a mi me gustaría también escuchar a aquellos golfistas de hace tantos años, saber qué pensaban en el campo, cómo lo vivían. Cómo era exactamente aquel golf.

(Y ya que está Seve sobre la mesa… ¿Cómo era el Seve que competía contra ti, que luchaba contra ti por un torneo?)

JMO: Tengo que decir que en mi caso, las veces que hemos salido juntos en competición, era en efecto un tío muy competitivo, pero conmigo siempre fue muy respetuoso. No hacía nada que te pudiese afectar para nada a tu juego… Eso en mi caso… (Chema sonríe con picardía y Gonzalo se ríe a carcajadas). Porque yo sé que en otros casos, a lo mejor, ha llegado al tee en un play off  y ha dicho: «hola, me llamo Severiano Ballesteros y he ganado no sé cuántos grandes», y ahí se quedaba el otro, que a lo mejor era un novato, dándole vueltas al asunto…

A ver, lo que yo digo siempre es que lo increíble de Severiano es que siempre lo daba todo en el campo. Y lo que es más increíble todavía es que es de los pocos que en los momentos de máxima tensión, no es que mantuviese el nivel, es que lo elevaba…

(Piensa, y sigue…)

Recuerdo un play off en Alemania. Creo que era el German Masters. El hoyo 18 era un par 4, dog leg a la derecha, tenías agua por todo el lado derecho y la bandera estaba al final del green, a la derecha. llegamos al desempate Severiano, Ernie Els y yo…

GFC: Hala venga, casi nada…

JMO: Salimos los tres y Severiano, que con el driver era un poquito ‘pa quí, pa llá’, la pone en calle. Los tres en calle. El segundo tiro de Ernie fue a green, pero un poco justo y corto. Voy yo y me juego un tiro a bandera que me sale perfecto. Un tiro cojonudo. La dejé, pues no sé, a unos cuatro metros. Me dije, esto va bien. Y llega el otro, se pone ahí… Cloc, dada. La deja dada. Ese era Seve.

GFC: Da la sensación de que Seve fue para ti, por coincidiencia en el tiempo y por diferencia de edad, un poco lo que Miguel Ángel Jiménez es para los que estamos ahora. Ojo, porque mi ídolo de siempre es Seve, y seguramente yo juego al golf gracias a él. Pero nos da rabia a los de ahora no haber coincidido más con él. Yo le tuve de capitán en un Seve Trophy, otra vez jugué unos hoyos de exhibición en Holanda, un poco por aquí y por allá… Y poco más.

JMO: Yo entiendo esa pena que tenéis de no haber coincidido más con él. Mira, había veces en los torneos que estabas dando bolas y llegaba Seve. Y ahí se acababa: tumbabas la bolsa, te sentabas en en el borde de la bolsa y, hala, no hacías más que mirar… Y era, de verdad, un espectáculo.

GFC: Yo el momento más embarazoso que he pasado en mi vida fue con Seve en el Open de España de Costa Adeje. Yo estaba con Alfredo García Heredia en el campo de prácticas y Seve estaba dando bolas. Y lo que dice Chema… A lo mejor llega el Tigre y te pones a ver cómo pega bolas, pues eso hicimos nosotros con Seve. La verdad es que no estaba en su mejor época, sería de sus últimos torneos… Y llega un momento en que saca el driver de la bolsa y empieza el espectáculo:  pim, pam, para allá, para acá…

(Olazábal se ríe)

GFC: Y estamos ahí y Alfredo se pone a hablarme de mi gesto con el driver. Yo en ese momento le estaba pegando muy fuerte a la bola, no me preguntéis cómo lo hacía, y Alfredo se pone a hacer gestos con las manos, pero imitándome a mí y diciéndome «es que tu haces muy bien no sé qué…», y hacía un swing con las manos… Y automáticamente Seve se dio la vuelta y nos dijo, yo creo que pensando que Alfredo se refería a su swing: «las clases, en la cafetería». Luego se acercó el caddie de Seve y nos dijo que no hiciéramos swings… Yo me quedé helado y Alfredo no sabía dónde meterse, el pobre casi pensaba que lo iban a echar del torneo…

(Chema se parte de risa)

GFC: Pero lo que de verdad me alucina es que jugadores como Jorge Campillo probablemente no han visto dar a Seve ni un solo golpe en vivo. Qué vamos a decir de Chema, que ha vivido tantas cosas con él, pero yo al menos sí lo he seguido en varios Open de Madrid y le vi ganar el Open de España en el Club de Campo, la única victoria que le he visto en vivo y en directo. Y lo que no pienso perderme es cómo le van a recibir este año en St. Andrews, y esos hoyitos que va a jugar… Va ser muy emocionante.

(Y ya que estamos con Seve, la sobremesa deriva ligeramente hacia el porte, los andares y la presencia de algunas leyendas cuando andaban el campo. ¿Impresionaba tanto? ¿Quién impresionaba más?)

JMO: Yo creo que hay cuatro, hasta donde yo puedo decir. Seve, por supuesto. Y yo tuve la suerte de coincidir con Tom Watson, y algún partido muy joven con Jack Nicklaus. Estos dos tenían presencia e impresionaban. De los de ahora, Tiger sin ninguna duda. Yo metería a esos cuatro. Con Johnny Miller no llegué a competir, pero me han dicho que también imponía mucho en el campo.

GFC: Lo único que he vivido yo y que tengo grabado es que sólo conozco a dos personas que dejan una cafetería en silencio con solo entrar… Uno es Severiano. Y también Tiger. Esas dos cosas sí las he vivido. Y con nadie más. A mi por ejemplo Mickelson no me transmite esa sensación, no deja en silencio a toda la cafetería cuando entra, no me da esa sensación de seguridad mental…

(Sale el nombre de Mickelson e inmediatamente se plantea la comparación con Tiger)

JMO: Yo me lo paso muy bien con los dos. Con uno tienes esa sensación de poderío, aquí estoy yo, pim-pam, pim-pam, nunca pierde los papeles, siempre hace lo que tiene que hacer, mete el putt que hay que meter, justo el que hay que meter…   Y con el otro tienes esa incertidumbre tremenda de a ver qué hace éste ahora… Por ejemplo, lo del Masters de este año. Está el tío jugando como una máquinay llega ahí al hoyo 13, la bola en la pinaza, sí, sí, cojonudamente puesta, pero con los árboles ahí… Que no es que vayas a darle a los árboles, no es eso, pero en el ‘follow through’ ya no los tienes tan lejos, buff… Tenía dos golpes de ventaja, creo, y tu diciendo, a ver qué hace éste, porque estratégicamente su decisión final podía haber sido un desastre… ¿Qué hubiera hecho yo? Pues tirarla ahí, a la calle y tratar de salvar el par con approach y putt, así de sencillo.

GFC: Pues cuenta cómo viviste lo de Van de Velde en Carnoustie, en el British del 99…

JMO: Lo estábamos viendo Sergio (Gómez, su mano derecha-representante-amigo-hombre de confianza…), Maite (mujer de Sergio) y yo. Y ya cuando veo que coge en el 18 el driver… Me levanté y me fui a la cocina, no lo quería ver. A los dos minutos, me grita Sergio «ya está, ya le ha pegado, ya puedes venir», y voy para allá y pegunto qué ha hecho y me dicen que ha pegado un push, ahí, a la mierda… Pero bueno, que se ha librado de lo más gordo. Bueno, pues me pongo a verlo pensando: pues ya está, ya ha ganado, wedge para adelante, otro wedge más a green, dos putts y hala, thank you very much, que me llevo la jarra para Francia… Y ahora viene la imagen que no se me olvidará nunca. Llegan ahí a la bola, plantan la bolsa, el caddie dándole la distancia, a ver 200 yardas, lo que sea, y de repente veo que echa la mano al grupito de los hierros largos… Ya me fui de allí. Me fui fuera de la casa. Y cuando volví, después de diez minutos, le veo metido en el agua y digo, bueno está ahí de dos, y me dicen que no, que está ahí de tres. Madre mía. No vi más.

(Gonzalo y Chema retoman el tema de Mickelson y Tiger)

GFC: Yo reconozco que disfruto especialmente viendo a Tiger. Ese poderío, ese dominio… Verdaderamente ves que es diferente a los demás. Me lo paso muy bien. Luego, Mickelson, pues sí, pero no le veo mejor que Els. Y sí tengo muy claro que esa rivalidad que buscan, sobre todo en Estados Unidos, entre Phil y Tiger no existe… Están empeñados en buscar el anti-Tiger, pero no es él.

JMO: Yo creo que el anti-Tiger va a salir de la siguiente generación. Los Rory McIlroy… Cuando pillen a Tiger en torno a los cuarenta y ellos hayan ganado en experiencia, entonces se producirá el relevo de modo natural, lo quieras o no.

GFC: Lo que me pasa también con Mickelson es que ya no me sorprende nada de él; fíjate que habría sido histórico que hiciese tres eagles seguidos (se refiere a Augusta 2010), pero es que le veo capaz… Tengo asumido que lo mismo te pega un ‘hookazo’ que el mejor golpe con el ‘blaster’… Le veo capaz de lo mejor y lo peor.

JMO: En eso estoy de acuerdo con Gonzalo: eso no es lo que te impresiona de él. Pero a mí lo que me atrae de él es cuando estás en esa situación en terreno un poco resbaladizo… Y dices, a ver por dónde me sale éste porque aquí es donde podemos ver algo excepcional… Por ejemplo, le ves ahí con un approach por delante que tampoco parece nada donde haya que complicarse demasiado, y de repente le ves que está abriendo la cara del blaster como un loco… Pero a dónde vas, a dónde vas… Y flash! Te hace algo que sólo puede hacer él y te la deja dada. Pero lo mismo que te la deja dada que otra vez te hace un ‘sapete’…

GFC: Mira en el HSBC, que le pasó por debajo el palo y no la movió…

(Planteamos si Nicklaus tuvo más competencia en sus ‘majors’ que Tiger. Si los grandes jugadores que compitieron con Jack a lo largo y ancho de su carrera (Palmer, Player, Watson, Treviño, Seve…) son mejores que los que ha encontrado Tiger en su camino)

JMO: Hay dos modos de mirarlo. Por un lado, el que tú planteas, y es verdad que Nicklaus competía con jugadores muy buenos que acabaron ganando uno ocho ‘majors’, otro nueve, y así… Pero por experiencia puedo decir que ahora es mucho más complicado ganar. La diferencia entre el 50 y el 100 del mundo es ahora muy inferior.

GFC: ¿Quiénes serían los grandes competidores de Tiger? Vijay, Els, Retief, y hasta Sergio García, que le peleó algunos ‘majors’. No sé qué decir… Yo creo que ahora se da más veces esa situación en la que James Morrison te puede ganar el Open de España… O Todd Hamilton y Ben Curtis ganando grandes. Ya no te sorprende tanto ver a un Zach Johnson ganando un Masters o a Chad Campbell jugando el play off. Hay más equilibrio e igualdad.

(El nombre de Sergio García ya ha salido a la palestra. Lo subrrayamos y destacamos… Su mal momento, el concepto que se tiene de él en España, su juego, sus posibilidades)

GFC: Yo creo que en España somos especialistas en ser injustos con todo el mundo. Empezando con los presidentes de gobierno y, por supuesto con los deportistas. A Nadal, hace un año por estas fechas, lo estábamos enterrando. Y con Sergio pasa lo mismo. Y hasta a Seve se le llegó a dar mucha caña también…

JMO: Quiero pensar que la propia desilusión de la gente, cuando esperaban que Sergio ganara grandes, ha sido la que ha provocado tanta crítica injusta. Y me explico: Sergio tiene 30 años y cuando miras a su generación, dejando fuera a Tiger, que es caso aparte, resulta que a todos les ha dado Sergio por todos lados. Es verdad que ha tenido oportunidad de ganar algún grande y no lo ha conseguido, pero de ahí a decir que es un ‘bluff’, como yo he oído y he leído… Es que eso es un absurdo. Es un completo absurdo. Ahora parece que no está en un momento bueno, está mal de confianza, o tiene que volver a centrarse… Pero yo digo una cosa de la que estoy convencido: va a volver a tener oportunidades de ganar un ‘major’ y… Bueno, estoy seguro de que va a ganarlo, y más de uno.

GFC: Es un fuera de serie. De su generación nadie ha ganado un grande. Y Mickelson empezó a ganarlos con 34 años… Es que le queda un huevo por delante. Pero un huevo. Y os digo una cosa: así como yo decía antes que Mickelson no es alguien que me llame especialmente la atención en el campo de prácticas, os digo que hay dos personas que me llaman a día de hoy la atención, uno es Tiger y otro es Sergio. Veo a Vijay, a Els, a Mickelson, y no encuentro tanta, tanta, diferencia. Ojo, me refiero a la calidad en el golpeo de bola. Pero sin embargo el talento de Sergio ahí me parece de otro planeta…

JMO: Quiero hacer hincapié en eso que está diciendo Gonzalo. Si ves a Sergio jugar de cerca… O sea, como yo le vi por ejemplo en Valhalla, en la Ryder. A ver, la variedad de golpes que tiene y el control de la distancia que tiene es que es para quitarse el sombrero. Hoyo 7 de Valhalla, viento a favor, tienes 310 yardas de calle, y él coge el driver un poco más corto, pega así o asá, plas… Y la deja en 308 yardas, a dos del final de la calle. Y no una vez… Ahora te vas a otro hoyo y pega un sablazo impresionante y se vuela todos los bunkers y todo… Ahora un dog leg a la izquierda, a la derecha, y te da el efecto necesario con el control de la distancia perfecto. Pues oye, qué quieres que te diga, cuando ves esas cosas sabes que estás delante de algo especial.

GFC: La palabra es esa. Es especial. Le conozco desde los diez años cuando llegó en bañador a jugar un campeonato de España Alevín en El Prat y nos sacó a todos a pelotazos de allí. Y hasta hoy. Creo que la prensa… Y también la gente en algunos foros de esos en los que te metes, lees y terminas pensando: qué desconocimiento hay, sobre todo de lo difícil que es ganar en el golf de alto nivel. Y ya no diferencio entre golf profesional y amateur, porque hay amateurs de hándicap bajo que son casi semi profesionales, sino golf de alto nivel y resto del golf.

(Planteamos que no siempre es sencillo para un no profesional de golf apreciar al detalle esa calidad de bola de la que ellos dos hablan. Me pongo como ejemplo: puedo apreciar un gran golpe, pero paladearlo hasta el punto de verlo único y especial, con el alto nivel de golpeo que tienen todos los profesionales, pues eso no es sencillo)

JMO: Es que no es fácil. Hay que estar ahí con él para poder valorarlo. Volviendo a Valhalla, yo tuve la suerte de estar ahí con él porque él me lo pidió, me dijo «oye José Mari, a ver si puedes venir conmigo…» y yo por supuesto le dije que no se preocupara, que yo estaría con él… Y ahora te pones con él en el tee de salida y es como si estuvieras haciéndole de caddie… Y empiezan con las medidas, cuánto hay hasta ese bunker, cuánto a tal y cuánto a cual, y ahora él dice, pues mira, voy a dar medio golpe con el driver bajo y al fade para dejarla delante del bunker… Y allí la pone. Pero claro, hay que estar ahí, lo demás es muy difícil, incluso cuando estás a ocho o diez metros a lo mejor no puedes apreciarlo, quizá yo veo que ha querido dar un golpe determinado, sí, pero cuando estás con las medidas delante dices: joder, es que la ha ‘clavao’.

GFC: La verdad es que ahora está jugando mal y hay que ser objetivos. Está en un bache. Pero es que baches los ha pasado todo el mundo. los ha pasado José Mari, los ha pasado Seve… Parece que no está pegando a la bola como antes. Pero encontrará el camino.

JMO: Su problema ahora mismo no es técnico. Es un problema de, de…

GFC: De confianza…

JMO: De ganas, de ganas de estar ahí…

GFC: Es que también hay que ver el tiempo que lleva ahí. ¿Once años? Es que se dice pronto…

JMO: Pero es que, Gonzalo, además en esos once años no ha dejado de estar arriba. No ha tenido ni el más mínimo bache. No habrá estado el primero, pero ha estado, el tercero, el segundo, el cuarto… Sin parar, todo el tiempo. Es que es la leche. No hay nadie, absolutamente ningún deportista que no pase un bache.

(Llevamos ya casi cincuenta minutos de sobremesa-entrevista, llámenlo como quieran. Hay algunas lógicas interrupciones. Lara vino a saludar, aparecen Sergio Gómez y Romeo Sala, y Jeff, caddie de Gonzalo. Cambio radical de tercio…  El golf de los nuevos tiempos. ¿Llegaremos a ver el primer campo de ocho mil metros?)

JMO: No. No se va a llegar. Creo que no, a ocho mil metros no.

GFC: Con el cambio de las estrías se va en la buena dirección. Se vuelve a premiar la precisión. Yo soy clásico. A ver, el pegador siempre tiene ventaja, y cuanto más largo es el campo, más ventaja. Si quieres sacarle más jugo, haz campos donde tengas que inventar. Un buen ejemplo es un campo que jugamos hace dos semanas que es diseño de este señor. El Real de Sevilla no tiene metros, pero te hace pensar.

JMO: Esta semana también tenéis un campo que no es largo (se refiere a Pula, claro). Por diseño no tenéis que pegar más de siete drives. Sí es verdad que hay dos o tres hoyos largos, duros, pero el resto son más de estrategia, de táctica, de jugar… El viento hace que el campo se defienda solo. Después de haber tomado la medida de las estrías, si no reduces el número de palos, lo que habría que hacer es volver a una bola más grande que vuele un poco menos. Pero claro, en todo esto hay muchos factores que hay que tener en cuenta. Porque mira el mercado, con todos los fabricantes a los que seguro que no les hace gracia que los juegos de palos en vez de ser de catorce sean, yo qué sé, pues de diez… La siguiente medida tendría que ser la bola, no hay mucho más. Las que se hacen ahora son de una calidad extraordinaria. Las de antes, madre mía, es que no iban…

GFC: Era como dar a una bola de ping-pong, ¿no?

(Le planteamos fundamentalmente a Olazábal, si añora de alguna manera aquellos viejos tiempos, aquellos viejos palos, aquellos hierros 1 y 2 imposibles…)

JMO: Añorar… Yo tengo que decir la verdad: a mí me gustaba, me gusta todo eso. Me gustaban esos palos. Sobre todo me gusta todo lo que sea un reto. Yo he llevado hierro 1 hasta hace muy poco…

GFC: Yo esos hierros largos sólo los llevo en links. Y hay hierros 1 y hierros 1, porque recuerdo un McGregor de Chema que era una locura, imposible de pegar a la bola. Es que no entraba la bola en el palo.

JMO: Os cuento una anécdota. Me acuerdo de estar en San Diego jugando el Buick. Había un campo de prácticas con dos extremos y uno de ellos pegas en subida. Y allí estaba yo pegando mi hierro 1 y tenía a Maruyama detrás mío. Termino con el hierro 1, cojo la Madera 3 y se me acerca el caddie de Maruyama y me pregunta si pueden probar el hierro 1… Y yo le digo que sin problema, cógelo, cógelo… Y lo coge, lo mira y empieza a gesticular y a soltar exclamaciones… Yo sigo a lo mío y veo que pega la primera bola, plas, y sale a ras de suelo, ratatatatatatata… Yo sigo a lo mío y me hago el ‘longui’… Oye, pegó seis o siete bolas y no levantó ni una del suelo. La mejor se levantó unos dos metros y, además, al estar en subida, es que el primer bote no lo daba más allá de los 100 metros…

(seguimos hablando de aquel material que ya forma parte de la historia del golf, y no hace tanto tiempo…)

JMO: Yo todavía de vez en cuando,  salgo a jugar 18 hoyos con las antiguas maderas. Y, claro, con las bolas de hoy en día…

GFC: Y cómo la pegas con el driver con las bolas de hoy en día, ¿haces más o menos la misma distancia? ¿O el driver es la madera 3 de ahora?

JMO: No, qué va… Sí, el driver será como una madera 3, el que pegas perfecto, claro. Bueno, el caso es que te pones ahí, haces unos swing de prueba, te pones detrás de la bola y dices: ¿Cómo cojones éramos capaces de pegar a la bola en la yema?

(Y del material, de nuevo a los campos. Gonzalo será diseñador en el futuro. Le gusta la idea. Olazábal ya es uno de prestigio)

JMO: Daría dos consejos: adaptar el diseño al terreno que tienes. O lo que es lo mismo: mover la menor cantidad de tierra posible. Y siempre procurando dar la perspectiva más amplia desde donde estás jugando. O lo que es lo mismo, los menos tiros ciegos posibles. Además, utilizar los elementos del terreno que a lo mejor llevan ahí años y años, y los puedes meter para que tengan influencia en el juego.

GFC: Eso lo voy haciendo yo cuando voy andando por el campo… ¿Cómo metería esta encina en un par 4?

(Esa finca soñada…)

JMO: De todos los campos que conozco yo siempre he dicho que hay una finca que lo tiene todo. Amplia y con todos los elementos, y es la finca de Loch Lomond. Siempre he dicho que de todos los campos que yo he jugado está ahí arriba. Lo tiene todo, como diseño y por los elementos… si encima le pudiéramos poner ya solecito.

GFC: Sí, el cielo tiene que ser como Loch Lomond. Porque además tiene hasta caza…

JMO: Sí, ciervos, faisanes…

(Una pregunta muy concreta: ¿Estaremos nosotros vivos para ver la licencia 1.000.000 en España?)

JMO: Buf, es muy difícil. Yo diría que no, que eso es demasiado.

GFC: Eso sería un tanto por ciento de la población muy elevado jugando al golf aquí… Tampoco lo veo.

JMO: Doblar la cifra actual creo que sí lo vamos a ver, fíjate. Pero tres veces lo de hoy, eso es un camino muy largo, muy difícil.

GFC: Ojalá… Oye, quién sabe… A lo mejor el golf olímpico, por ejemplo, pega un empujón a todo esto. O se ponen Sergio y Quirós a ganar ‘majors’ como descosidos y vete tú a saber… O resulta que ese coreanito español que ahora tiene 9 años, el que sacó MARCA hace poco, es el nuevo Tiger. Y entonces…

(nueva pausa, todos pensando…)

GFC: También os digo una cosa, a mi me encantó ver en Madrid a un señor que se metía en el autobús con la bolsa de palos, seguramente para ir al Canal de Isabel II a pegar unas bolas. Esa imagen no se veía antes, pero me refiero a hace nada…

JMO: Te doy toda la razón. A mí me dices hace unos años que esa imagen la iba a ver y te digo si estás loco…

(Para el final dejamos el broche de los sueños. De los que pueden hacerse realidad, a ser posible. Los ‘majors’ en sus vidas… Pero de aquí en adelante)

GFC: Espero que pueda verme ahi algún día, luchando el domingo por uno. Trabajo y juego para eso. Al menos sueño con ello…

JMO: Y de sueños también se vive. (Risas de ambos).

JMO: Yo, puestos a pedir y a pedir, me queda un British. Dejemos a Augusta tranquilo que ya se ha portado de maravilla. ¿En dónde? Pues ya por pedir, en St. Andrews.

GFC: Serías el primero y único que ganaría en todas las categorías, porque la Sub-21 ya no existe. Y ahí, en St. Andrews estuvistes ya cerca…

JMO: Estuve, estuve, pero el ‘moreno’ no soltaba la tuerca. Apretaba y apretaba… Hasta el hoyo 12 tuve opciones, cuando la tiré al ‘bush’. Pero si puede ser en algún sitio, tendría que ser ahí.

GFC: ¿En St.Andrews?

JMO: Bueno no, me refiero a un links.

Tengolf: ¿Pero va a ocurrir?

JMO: Quién lo sabe… Sólo digo que, de ocurrir, sólo puede ocurrir ahí.

GFC: Y va a ocurrir, claro que va a ocurrir. Hay que pensarlo, tiene que ser. Hay que poner toda la energía mental para que ocurra, Chema.

JMO: Yo sólo digo eso: por las características de los campos links es donde hay más posibilidades de que ocurra.

(Nos marchamos. Y resuenan como magnífico eco las últimas palabras de Chema: «tendría que ser ahí, en un links, sólo ahí podría ocurrir». Más que nada, porque nos demuestra que el sueño sigue vivo, que no ha arrojado la toalla a pesar de sus múltiples problemas físicos)

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