Inicio Ryder Cup Doce reflexiones finales a la Ryder de Hazeltine
La Ryder adquiere un nuevo rumbo tras la victoria de Estados Unidos en Hazeltine

Doce reflexiones finales a la Ryder de Hazeltine

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1. El equipo norteamericano, a juzgar por las declaraciones de todos después del triunfo, sobre todo las de los veteranos, ha sido y se ha sentido más equipo que nunca. En este sentido el staff técnico (capitán, vicecapitanes y Phil Mickelson en todas partes) ha hecho un gran trabajo que, por supuesto, viene de meses atrás. No cabe duda de que han encontrado una manera de hacer bien las cosas con el modelo europeo como referencia. Podemos estar seguros, por tanto, de que el Team USA es hoy más fuerte que nunca. Digamos que han encontrado la fórmula del pegamento para unir cada talento individual, que de eso andaban, andan y andarán sobrados. El reto de Europa, por tanto, es doble a partir de ahora, porque una vez que se tiene la fórmula, lo que se hace es cuidarla…

2. En lo que se refiere al golf puro y duro, la diferencia seguramente ha sido menor de lo que muestra el 17-11 final. En este sentido, el del juego, hemos visto otros equipos estadounidenses más impactantes, se pongan como se pongan. Eso sí, el recital norteamericano de putt del domingo estuvo a la altura de su mejor versión, si no la superó.

3. El comportamiento de la afición estadounidense, esa espinosa cuestión… Vayamos por partes.

Primero: no son siete, como algunos gurús, incluso en España, tratan de hacernos ver. Que no, señores, que no son siete. Son muchos más, unos por acción, los peores, y otros por omisión. Hubo un periodista que, antes de formular su pregunta a Rory McIlroy en sala de prensa, le confesó que había sentido vergüenza de ser estadounidense después de seguir el partido del norirlandés el sábado. No tenemos noticia de un suceso tal cuando la Ryder se ha disputado en suelo europeo, aunque patosos y estúpidos haya en todos lados. Así que no, no es lo mismo una Ryder aquí que allá: Estados Unidos juega siempre con esa ventaja, que no es decisiva, pero que es ventaja al fin y al cabo.

Segundo: no se trata de excusar la derrota europea. Estados Unidos ha ganado porque ha sido mejor. Y, además, nunca podrá erradicarse la estupidez en un recinto cerrado con 60.000 seres humanos dentro. Pero, tal y como se ha demostrado en Hazeltine, se pueden hacer mejor las cosas. Porque el domingo, de hecho, se hicieron mejor, recordando y animando a los espectadores a denunciar y señalar a los bullangueros tramposos. En una palabra: concienciando. Mucho mejor sería, para 2020, hacerlo desde el mismo lunes.

Tercero: en este sentido, el comportamiento de los jugadores, capitanes y caddies norteamericanos ha sido muy bueno.

4. Los últimos seis hoyos de Sergio en su partido ante Mickelson: casi la emboca desde la arena en el 13; se deja una opción de birdie de unos dos metros y medio en el 14 que no embocó; birdie magnífico en el 15; otro más en el 16, donde pateaba para eagle; nuevo birdie en el 17 y otro más en el 18… No se puede hacer mucho más para ganar un partido. Y no se puede dar una réplica mucho mejor a semejante despliegue, como la que llevó a cabo Lefty. Aunque Hazeltine no haya sido esta semana el recorrido más complicado, aún menos el domingo (Rose ha dicho que la situación de las banderas le recordaban a las de un Pro-Am), no se recuerda un partido individual de esta dimensión.

Seguimos con Sergio. La broma que ha hecho referente a cómo y cúanto le han recordado en Hazeltine que aún no ha ganado ningún Grande es un buen punto de partido para ganarlo al fin. A eso se le llama desdramatizar. Porque su comentario era realmente gracioso, liberador, sin acidez.

5. Y hablando de Grandes, si se permite la osadía. Rafa Cabrera Bello ha señalado que esta semana le ha cambiado la vida. Y puede que, entre otras muchas cosas, lo que de verdad ha descubierto es que el también puede aspirar a ganar un major…

6. El equipo europeo nunca anda tan sobrado de efectivos como el estadounidense. Y en ese sentido sí da la sensación de que Hazeltine marca un antes y un después, porque Rafa y Pieters han llegado para quedarse como hace mucho tiempo que unos novatos no lo hicieron. El belga, a sus actuales 24 años, es carne de top-10 mundial y a Cabrera es imposible ponerle techo, porque él se encarga de levantarlo unos centímetros casi cada semana… Junto a ellos habría que colocar por pura lógica a Danny Willett, aunque no haya sido su semana.

7. Justificar la derrota europea en las decisiones de Darren Clarke resulta un razonamiento tan pobre como falto de enjundia. Es imposible hacerlo todo bien. Lo único que ha gestionado realmente mal, a nuestro juicio, fue el caso-Willett, y por supuesto tampoco es culpable de modo directo (lo es el hermano de Danny, evidentemente). Porque no consiguió darle la vuelta a esa tortilla y provocar una reacción positiva de un jugador que tenía que haber aportado más.

8. Martin Kaymer, por otro lado, y más allá de sus números en las cuatro Ryder que ya ha jugado (que no son tan malos: cinco victorias, seis derrotas y tres empates) debe seguir rebuscando dentro de sí la causa de por qué aún no ha ofrecido su mejor versión en esta competición. Conociendo el paño, no nos cabe la menor duda de que el alemán dará antes o después con la clave.

9. A Henrik Stenson sólo nos cabe desearle salud y éxito deportivo por muchos años (tiene ya cuarenta), porque sigue siendo un pilar fundamental. En Francia, además, es muy probable que coincida con otro sueco, Alex Noren. Se admiten apuestas. Sería divertido, por cierto, apostar también y desde ya mismo por otras las novedades que podamos tener en el equipo en 2018. A Jon Rahm el perfil de la Ryder le va que ni pintado… También podría incluirse algún francés. ¿Levy? ¿Langasque? Y hablando de españoles, al margen de Rahm: al jugador con mayor proyección-Ryder a futuro que vemos es a Nacho Elvira. bien haría el cántabro en sentarse con Rafa Cabrera a charlar largo y tendido, porque su camino puede y debe ser similar al del canario… Otro nombre que apuntamos: Alejandro Cañizares. El andaluz no es ningún crío, pero tiene talento suficiente y unas ganas de jugar la Ryder Cup que le salen del alma. Lo lleva en la sangre, y no, no es ningún tópico. Sólo cabe preguntarse si realmente está preparado para dar ese salto necesario, ese cambio de mentalidad que le permita llevar su golf al máximo nivel semana tras semana.

10. A Rory McIlroy le ha jugado una mala pasada al final del camino la sobreexcitación con la que ha jugado, pero se agradece de corazón su generosidad esta semana. Su pasión. Este domingo se le vio reventado emocionalmente por la segunda mitad de Hazeltine, igual que a Reed, pero el americano tenía un punto más en la reserva.

11. Qué decir del próximo capitán europeo. Todos los focos apuntan a Thomas Bjorn, pero puede haber sorpresas. En Hazeltine, desde luego, se ha fraguado definitivamente otro capitán de futuro: Ian Poulter. No ha perdido detalle en su labor de vice capitán. Pero 2018 es todavía muy pronto para el inglés.

12. Una pequeña y redonda historia para terminar: Ryan Moore, el último de los 24 jugadores en subirse al tren de la Ryder, sólo cinco días antes del arranque de la competición, tuvo el honor de sumar el punto que daba matemáticamente la victoria a Estados Unidos. Por si a alguien en el staff norteamericano le quedaba alguna duda acerca de retrasar tantísimo la última elección del capitán. Es que les ha salido todo bien a los de las barras y estrellas…