Cumplimos con la amenaza y a las siete de la mañana estábamos sentados en nuestra mesa del Dunvegan, en el corazón de St Andrews. Hoy no tocaba ir a Gleneagles, pero lo hemos vivido como si hubiéramos estado en el tee del 1.
Aún no había amanecido, pero el pub ya estaba de bote en bote, y más de uno con una pinta en la mano. Es impresionante. Qué ambientazo. Es como ver el fútbol en España en el bar que hay debajo de tu casa. Abucheos cuando fueron presentados Bubba Watson y Webb Simpson, y ovación cerrada con Stenson y Rose. Vaya jaleo. Pelos de punta. Qué divertido.
Allí estaba yo con Jesús García Sanjuán esperando a mis tostadicas mañaneras de rigor cuando me dice, cómo, tostaditas, qué va, aquí el desayuno es un sandwich en pan de hamburguesa con bacon, huevo, ketchup y mostaza. No hay más. Pues nada, dale, me resigné. No es lo más sano, pero un día es un día y esto es la Ryder. A empaparse del mundo británico.
Vimos un rato los fourballs y nos fuimos rumbo a Kingsbarns. Teníamos salida a las diez de la mañana. Qué maravilla de campo. Carnoustie es Carnoustie por lo que es y lo que representa, su historia es muy singular, pero en cuanto a diseño y vistas, Kingsbarns no tiene mucho que evidiarle. Eso sí, otro día de sufrimiento. Qué manera de soplar el viento. Las bolas se movían en los greenes. De locos. En fin, esto es Escocia, así que es lo que toca, supongo.
Nada más terminar de jugar nos metimos en el club con los socios a ver el resto de la jornada, los foursomes. Una experiencia. Se lo recomiendo a todo aquel que le guste el golf. La amalgama era muy curiosa. Gente de Escocia, ingleses, mexicanos, americanos… una torre de Babel espectacular, pero con un rollo sensacional. Definitivamente, son unos ultras del golf. Qué manera de animar.
Mañana, a Gleneagles. Ya hemos quedado a las seis de la mañana en el coche. Mi objetivo es entrar en la grada del tee del 1, a ver si tenemos suerte. Quiero vivir eso como sea. En teoría tardamos 45 minutos, pero calculamos atasco y por eso salimos tan temprano. Después, mi idea es seguir a Stenson y Rose, vaya pareja, qué barbaridad, cómo juegan al golf. Para mí, los líderes de Europa en lo que llevamos de Ryder. Sergio y Rory me han decepcionado un poco, pero al final han sacado medio punto.
Por cierto, Michael, que yo sé que lees mis crónicas, así que te aviso, mañana te busco y renovamos la foto que nos hicimos hace un par de años, ¿vale? Sí, sí, soy yo, el guardaespaldas de Jiménez. Este Jordan…
* Pedro Fernández es el director de la Miguel Ángel Golf Academy
