Estados Unidos domina 2,5-1,5 una vez finalizados los primeros cuatro fourballs. La igualdad es la nota dominante, pero no cabe duda de que el equipo americano ha salido reforzado, muy reforzado, del primer gran combate. Y su capitán, Corey Pavin, que apostó por el ‘corazón’ de sus rookies, también…
Así es la Ryder y así es el golf. La pareja que se presumía más débil en cuanto a experiencia, ha sido la más entonada, la mejor. La experiencia cuenta, qué duda cabe, sobre rodo si las cosas van mal o apretadas, pero estos chicos marchaban como si fueran por su club de toda la vida…
Overton y Bubba Watson no han dado opción a Donald y Harrington. El irlandés, en concreto, ha causado muy mala sensación. Ha sido el único jugador de los 16 en liza que ha sido incapaz de firmar al menos un birdie. Luke Donald, de hecho, ha mantenido el tipo y todo el peso de la pareja, pero la cuerda se ha roto con esos cuatro birdies consecutivos de Overton (hoyos 9, 10, 11 y 12), los tres últimos, de hecho, obtenidos tras la reanudación del juego esta manaña.
Europa y Monty habían respirado profundo, al menos, cuando Westwood y Kaymer ponían el 1-0 en el marcador. Hay que destacar la actitud de Kaymer, hombre aparentemente frío donde los haya, pero que está viviendo esta Ryder con una pasión casi latina. El alemán, además, se fue entonando a lo largo y ancho de esta interminable sesión de fourballs (27 horas han hecho falta para cerrarla…), llegando a soportar el peso de la responsabilidad al cincuenta por ciento con ese prodigio de fiabilidad que es Lee.
Con el siguiente partido se han vivido los primeros momentos genuinos de infarto de la competición. Ryder express. Algarabía, al fin, desatada en el green del hoyo 17… Allí, Rory McIlroy embocaba un putt diabólico de diez metros para empatar un partido que venía con la soga bien amarrada al cuello del bando azul. Cink y Kuchar aguantaban las embestidas y el otro irlandés, Graeme McDowell, no atinaba en los greenes.
Lo mismo les pasaba a Poulter y Fisher, que a lo largo de la mañana han tenido más y mejores ocasiones de birdie que Woods y Stricker, pero no atinaban. En general, la única diferencia sensible entre ambos equipos es que los tres mejores pateadores sobre el campo han sido americanos (Cink, Overton y Stricker). No es poca cosa. O afinan los europeos decididamente en los greenes, o Estados Unidos, sin duda, volverá a ganar la Ryder en suelo europeo 17 años después.
