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Finalmente, una Ryder cuesta arriba

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Estados Unidos arranca con fuerza en esta Ryder y, automáticamente, la convierte en un acontecimiento especial que, de otro modo, no habría sido más que el previsto dominio europeo … 

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Azinger celebra con los aficionados un día redondo.

 

Sergio y Harrington no sacan los puntos que se esperaba de ellos y los europeos sólo consiguen dos y medio en un primer día de competición que normalmente se le da muy bien a los azules. 

La afición americana acudió a la llamada de Azinger y lleno Valhalla como no lo habían visto nunca los más viejos del lugar. El capitán estadounidense, no tan elocuente como Faldo, estuvo muy activo todo el día. Desde los micrófonos y a pie de campo.

"Se puede animar cuando ellos fallan", explicaba Azinger a la prensa cuando le preguntaban por las arengas al público. "No creo que los americanos entienden lo que es la Ryder Cup. Cuando vamos allí, ellos animan cuando nosotros fallamos. No lo dije con malicia. Simplemente les explicaba lo que sucede cuando vamos allí. Quería que supieran que pueden animar si ganamos un hoyo y también si alguien falla un putt y con esa ganamos un hoyo. Los europeos sí lo entienden".

El hoyo 11 fue un buen ejemplo de como se está viviendo esta Ryder a este lado del Atlántico. Primero, una comitiva de cochecitos anuncia la llegada del ex presidente Bush (el padre), que se mueve entre hoyo y hoyo como aficionado privilegiado y para despertar a los aficionados que, a pesar del calor, abarrotan el campo.

Luego aparece el capitán Azinger entre los aplausos. Viene al green del 11 a dar consignas específicas, porque viene el partido de Poulter-Rose contra Stricker-Curtis y quiere que animen fuerte en los segundos nueve hoyos. A este hoyo llega la pareja española García-Jiménez sólo un hoyo por detrás de Leonard-Mahan, pero también pierden éste y comienza su debacle.

Con la ventaja de tres puntos de Estados Unidos (5,5 a 2,5), la batalla del sábado se antoja vital para el Viejo Continente. El fin de semana traerá más gente, más puntos, más nervios … Señores europeos, finalmente, una Ryder cuesta arriba.