Europa no podrá contar con su jugador más emblemático en la próxima Ryder Cup. Ian Poulter ha desvelado hoy que sufre un problema de origen artrítico en su pie derecho y que estará de baja los próximos cuatro meses. Las cuentas no salen. Salvo que medie un milagro y tenga una recuperación más rápida de lo previsto por los médicos, el héroe del viejo continente no llegará a tiempo a la gran cita de Hazeltine, que se jugará del 30 de septiembre al 2 de octubre.
Siempre y cuando se cumplan los plazos ofrecidos hoy, Poulter no estará listo para volver hasta los primeros días de octubre. Es evidente que ya no va a tener ninguna opción de clasificarse, pero siempre podría ser elegido a dedo por Darren Clarke. Ahora mismo, esta posibilidad se antoja como una temeridad. El disgusto de Poulter es más que evidente. «Es un revés que pase una cosa así siempre y mucho más en año de Ryder Cup, pero lo más importante en estos momentos es centrarme en mi recuperación y regresar lo antes posible», asegura. Poulter, evidentemente, aún no descarta su presencia en la Ryder, aunque sabe que lo tiene prácticamente imposible.
Poulter no estaba metido en el equipo y no lo iba a tener nada fácil. De hecho, en estos instantes ocupa el puesto 85º en el ranking mundial y no gana un torneo desde el año 2012, sin embargo sí era uno de los principales candidatos a recibir una invitación del capitán. No en vano, Clarke ya contó con él en la pasada EurAsia Cup y lo cierto es que el inglés rayó a muy buen nivel.
Sea como fuere, y más allá de que no atravesaba por su mejor momento de juego, Europa pierde a uno de sus baluartes, y mucho más jugando en suelo americano. Nadie olvida la memorable actuación que tuvo Poulter en la Ryder Cup de Medinah, siendo el pilar sobre el que Europa forjó la remontada. No hay que descartar, eso sí, que Clarke trate de llevarlo dentro del equipo como un asistente más o un vicecapitán.
