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El hoy y el pasado mañana de la Ryder

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Vista del green del hoyo 18 del Golf National durante la entrega del trofeo de la Ryder Cup al equipo europeo. © Golffile | David Lloyd
Vista del green del hoyo 18 del Golf National durante la entrega del trofeo de la Ryder Cup al equipo europeo. © Golffile | David Lloyd

– Mucho se ha insistido, con toda la razón, en la insuficiente aportación en el Golf National de los dos grandes iconos estadounidenses, Tiger Woods y Phil Mickelson. Pero también es necesario desviar el foco hacia la figura de Dustin Johnson, que no deja de ser el Número 1 del mundo en la actualidad, que ha ganado sólo un punto en cinco partidos y cuyos registros totales en la Ryder tampoco deslumbran, precisamente: ha jugado 16 partidos en cuatro ediciones y suma un total de 7 puntos, con siete victorias y nueve derrotas en su haber. D. J., como se ve, gana o pierde, nunca empata, algo similar a lo que le sucede a otra de las grandes decepciones cada vez que juga una Ryder, Bubba Watson, cuyo récord también en cuatro ediciones es de cuatro victorias y diez derrotas…

Dustin Johnson felicita a Ian Poulter tras perder su duelo con el inglés en los individuales del domingo de la Ryder Cup. © Golffile | David Lloyd
Dustin Johnson felicita a Ian Poulter tras perder su duelo con el inglés en los individuales del domingo de la Ryder Cup. © Golffile | David Lloyd

– El Task Force norteamericano se lleva de París mucho trabajo por hacer. La primera tarea que deben acometer los miembros de este comité, que hasta hoy estaba formado por Phil Mickelson, Tiger Woods, Jim Furyk y  Davis Love III, además de tres altos cargos de la PGA of America (el Task Force llegó a incluir en el momento de su formación a once miembros y ahora, con toda seguridad, incorporará a nuevas caras), su primera tarea, decíamos, será la de resolver el ‘affaire Reed-Spieth’.

Patrick Reed aplaudiendo al público el domingo en el Golf National. © Golffile | Phil Inglis
Patrick Reed aplaudiendo al público el domingo en el Golf National. © Golffile | Phil Inglis

Reed, con excelentes números en la Ryder (ha ganado 8 puntos en 12 partidos disputados en tres ediciones), ha abierto la caja de pandora, revelando que Jordan Spieth no ha querido jugar con él. Ni siquiera un equipo como el estadounidense, al que le sobran efectivos, puede permitirse el lujo de tener semejante cizaña sembrada en el vestuario, mucho menos cuando se trata de dos de los jugadores que presumiblemente se van a ganar el derecho a formar parte del equipo en muchas de las próximas ediciones. Tratándose de quien se trata, sobre todo en el caso del crudo y deslenguado Reed, no va a ser tan sencillo cerrar esta herida… El tiempo lo cura todo, es cierto, pero dos años pasan volando.

Thomas Bjorn en la rueda de prensa tras el triunfo del equipo europeo europeo en la Ryder Cup 2018. © Golffile | Phil Inglis
Thomas Bjorn en la rueda de prensa tras el triunfo del equipo europeo europeo en la Ryder Cup 2018. © Golffile | Phil Inglis

– Europa lo tiene algo más sencillo, aunque no puede ni debe dormirse en los laureles. La capitanía de Thomas Bjorn, con las novedades o matices que el danés haya aportado, enriquece y potencia la filosofía de EQUIPO en el bando azul. Dichos matices o decisiones puntuales del danés, además, han germinado, producido y desarrollado en las mismas narices del siguiente capitán, porque a buen seguro éste saldrá de entre los vicecapitanes de París (los nombres de Harrington y Westwood son los que más suenan).

– No se debe descartar la posibilidad de que se le conceda a Jim Furyk la posibilidad de redimirse dentro de dos años en Whistling Straits, tal y como se hizo en su día con Davis Love III. No obstante, hay que reconocer que al liderazgo de Furyk en París le han faltado como mínimo tres hervores… Ha tomado casi siempre el camino más fácil en la elaboración de las parejas, le han faltado reflejos y audacia y le ha sobrado ingenuidad, pensando siempre que el peso de determinados jugadores sacaría adelante por si solo los partidos, fuera cual fuera el formato de juego, fourballs o foursomes, y sin un plan B en la recámara. También se puede poner en su debe la no resolución del citado ‘affaire Reed-Spieth’, bien por no haberlo afrontado o bien por no haber sido capaz de resolverlo, pero perdiendo en todo caso la oportunidad de alinear de nuevo a la mejor pareja estadounidense en décadas.

Jim Furyk con parte del equipo estadounidense el domingo en el Golf National. © Golffile | David Lloyd
Jim Furyk con parte del equipo estadounidense el domingo en el Golf National. © Golffile | David Lloyd

– Mientras Europa ha vuelto a levantarse del suelo con garbo, sin daños y casi con más fuerza tras el K.O. de Hazeltine, en Estados Unidos aguardan con impaciencia el fin de ciclo de la vieja guardia continental, que una vez más se ha convertido en una pesadilla.

Sergio (38 años), Rose (38), Poulter (42) y Stenson (42) o Casey (41) no pueden ser eternos, piensan, y la cantera de las barras y estrellas es algo más que una realidad pujante, comandada por el ‘veterano’ Spieth (25 años) y el brillante y recién debutante Justin Thomas (25), que ya son o serán escoltados en breve por otros imberbes como Bryson DeChambeau (25), Xander Schauffele (24), Daniel Berger (24), Aaron Wise (22) o Beau Hossler (23), todos ellos cómodamente instalados ya en el top 50 o top 100 del mundo. Y mirando todavía hacia el futuro a medio y largo plazo, a estos candidatos habría que sumar otro círculo más cerrado de la guardia pretoriana, formado por jugadores que ya tienen experiencia y que aún no alcanzan la treintena: Fowler (29 años), Koepka (27), Reed (28) y Finau (29).

– Por desgracia para el equipo de Estados Unidos la rabiosa juventud y la media de edad no son antídoto contra nada ni garantizan nada en el presente o en el futuro. Es cierto que a los europeos, por norma general, les cuesta en la actualidad más años de carrera descollar o meterse en el top-50 del mundo, pero eso no significa que no haya recambios para la Ryder o un futuro esperanzador. Si hablamos sólo de edad, a la citada vieja guardia, en la que todavía tendrán un papel importante Sergio y Rose durante varias ediciones, se puede ir incorporando un jugador como Francesco Molinari (35 años), que ya ha demostrado de lo que es capaz y que lleva tres Ryder a sus espaldas, sin olvidar a otros que atesoran mucha experiencia y aún mucha carrera por delante, como sería el caso de Martin Kaymer (33 años), del que podemos dar por seguro que recuperará su mejor nivel, Rafa Cabrera Bello (34) o puede que incluso Alex Noren (36), por citar a un debutante ‘maduro’.

Tommy Fleetwood y Francesco Molinari celebran la victoria del equipo europeo. © Golffile | Thos Caffrey
Tommy Fleetwood y Francesco Molinari celebran la victoria del equipo europeo. © Golffile | Thos Caffrey

Sin olvidar que Rory McIlroy forma ya parte de la vieja guardia y es el heredero directo de Sergio García, pues con 29 años ha disputado ya cinco ediciones (las mismas que sumaba el español con 28 años) y todavía tiene un enorme recorrido por delante.

Además, y liderados en juventud y expectativas por Jon Rahm (23 años), no hay que menospreciar la aportación que ya han ofrecido y pueden ofrecer en el futuro otros como Tommy Fleetwood (27) por encima de todos, además de Tyrrell Hatton (26), Thorbjorn Olesen (28), Thomas Pieters (26), Matt Fitzpatrick (24), Matt Wallace (28), Eddie Pepperell (27), Alex Levy (28), Lucas Bjerregaard (27), Paul Dunne (25) o Shane Lowry (31), por citar sólo a estos jugadores que sí están dentro ahora mismo del top-100 mundial y que aún no han alcanzado la treintena o acaban de hacerlo, en el caso de Lowry.

Jon Rahm el domingo en el Golf National. © Golffile | Thos Caffrey
Jon Rahm el domingo en el Golf National. © Golffile | Thos Caffrey

 ¿No se puede incluir en esta relación de nombres a ningún español más? Hemos reservado un apartado final al futuro de la Armada en la Ryder y lo primero que hay que hacer es preguntarse quién puede ser el duodécimo debutante español. Veamos. En el grupo inmediatamente anterior, el de los Pepperell, Levy y compañía, podríamos incluir ya a Adrián Otaegui, que tiene 25 años y también se encuentra ya hoy en el top-100 mundial. El vasco, sin hacer ruido, no ha dejado de evolucionar cada año y, a pesar de la sustancial diferencia de edad, se le ve más maduro en la determinación de alcanzar este objetivo que a Jorge Campillo (32), cuya carrera es más gruesa y consistente, a pesar de no haber ganado todavía.

VÍDEO | El análisis final de David Durán y Alejandro Rodríguez de la Ryder

De Nacho Elvira (31) se puede afirmar con rotundidad lo siguiente: si encuentra el modo de convertirse en un pateador más sólido, de rebajar sustancialmente su media de putts, entonces podría llegar a jugar una Ryder. Así de sencillo (o de complicado, según se mire).

Tampoco podemos olvidarnos de un jugador como Adri Arnaus… El catalán tiene como sueño estar presente en la final de la FedEx Cup (The TOUR Championship) de aquí a dos años, tal y como aseveraba en una reciente entrevista en Tengolf y, si ello se diera, es más que probable que también anduviera metido en el equipo europeo de la Ryder… Más allá de los sueños, que sueños son, y de los ambiciosos objetivos que uno pueda ponerse, que luego se cumplen o no, digamos de momento que su sobresaliente eclosión en el golf de alta competición y su perfil como jugador y persona merecen que se considere su candidatura.

El penúltimo repaso a la Ryder, a sorbitos

– Por último, y de nuevo en referencia al hoy y al pasado mañana de la Ryder Cup, hay que apuntar también que Europa sigue sacando más partido al escenario del torneo cuando juega en casa. En este punto lo tiene difícil el Task Force pues los jugadores norteamericanos son muy buenos, pero también son menos globales y están muy acomodados en la abundancia de dólares y atenciones del PGA Tour (es lógico y natural que así sea, no nos engañemos).