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Lo de Molinari es un escándalo (y lo de Fleetwood y García también)

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Francesco Molinari y Tommy Fleetwood durante los fourballs del sábado en el Golf National. © Golffile | Ken Murray
Francesco Molinari y Tommy Fleetwood durante los fourballs del sábado en el Golf National. © Golffile | Ken Murray

Desde que finalizaran los fourballs de la primera jornada, con aquel 1-3 engañoso a favor de Estados Unidos, que no había sido en conjunto un equipo tan superior como mostraba el marcador, el parcial ha sido de 7-1 a favor del Viejo Continente (4-0 en los foursomes del viernes y 3-1 en los fourballs de esta mañana). Los de Bjorn, además, sí que han sido en este tramo de la competición una escuadra implacable, con escasos picos a la baja y con un rendimiento notable o superior de la mayoría de sus jugadores. Mucho menores, uno por uno y en equipo, que quienes, de entrada eran favoritos.

EN DIRECTO: Sigue aquí los foursomes del sábado

La mala noticia, si es que puede hablarse de malas noticias en el bando azul, es que aún queda tela por cortar y senda por caminar. Para ser más exactos: quedan seis puntos y medio por sumar para recuperar el trofeo y un total de 16 por disputar. Cuatro de ellos andan ya en juego con los foursomes de la tarde. Esta noche, obviamente, las valoraciones y previsiones serán más rigurosas, pero de momento hay que esperar.

En el equipo europeo hay que destacar por encima de todo a la pareja formada por Francesco Molinari y Tommy Fleetwood, que se han convertido en el peor dolor de muelas de Tiger Woods, a quien, junto a Patrick Reed, le han ganado ya dos puntos. O lo que es lo mismo, todos. Sin piedad. Sin miramientos. El italiano y el inglés, como se ve, son difícilmente impresionables, y el dúo Woods-Reed iba más exigido que otra cosa, a rebufo. El italiano, especialmente, está jugando a un nivel bestial.

Molinari es de los que prefieren servir fría la venganza y llevaba años con la espina de la Ryder, de sus Ryder, clavada y supurando. Para él, era casi un deber rendir a plena satisfacción esta semana después de haber jugado dos ediciones sin llegar a ganar ningún partido y sumando tan solo un punto en total… En apenas 24 horas, por tanto, ha triplicado sus números. Hoy, Francesco tiene el mismo peso en el campo que cualquiera de las llamadas vacas sagradas. Es al mismo tiempo una garantía y un cheque al portador. Si esta tarde vuelve a llevarse por delante a Tiger, por tercera vez en dos días, el asunto va a cobrar ya aires de cantar de gesta…

Sergio, ya sólo te queda un punto para ser el gran Señor de la Ryder

A continuación, el otro nombre que debe destacarse es el de Sergio García. Porque ha sumado ya dos puntos de dos posibles y lleva sus registros en la Ryder a la mismísima estratosfera. Pero sobre todo porque está jugando un golf consistente, porque está asumiendo la responsabilidad cuando toca ser brillante y ejecutor, porque está ejerciendo de líder carismático y el Golf National así lo ha entendido, porque ha completado un extraordinario partido junto a Rory McIlroy, a pesar de las fatigas finales, sufriendo más de lo previsto…

Sergio García y Rory McIlroy hoy sábado en los fourballs. © Golffile | Fran Caffrey
Sergio García y Rory McIlroy hoy sábado en los fourballs. © Golffile | Fran Caffrey

El Sergio de la Ryder coge a las dificultades de la pechera y se encara con ellas. Como ha hecho en el green del 17, donde enchufaba el putt ganador del partido ante Koepka y Finau, desde unos siete u ocho metros. El Sergio de la Ryder emociona más que ningún otro.

VÍDEO: Así fue el putt ganador de Sergio García en el fourball

Estados Unidos anda con el agua al cuello. Tiger ya no sonríe y Furyk saca de tanto en tanto una sonrisa forzada. Justin Thomas sacaba adelante un partido a cara de perro junto a Spieth y frente a Poulter y Rahm y el de Kentucky es ahora mismo el estandarte de las barras y estrellas. A Jon, por su parte, con dos derrotas a cuestas, no le queda más remedio que enfriar la cabeza, sacar la libreta y empezar a anotar, porque a la fuerza tiene que estar aprendiendo lo que no está en los escritos. Para empezar, se ha hecho daño a sí mismo echándose sobre los hombros una responsabilidad ‘virtual’ que todavía no le corresponde. Necesita soltarse. El domingo tiene una excelente oportunidad de hacerlo.

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