Inicio Grandes Circuitos «Por favor, Shane, dime que no estás en un pub»
Las mejores anécdotas del anuncio de las seis elecciones de Luke Donald

«Por favor, Shane, dime que no estás en un pub»

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Shane Lowry
Captura de pantalla de la intervención de Shane Lowry.

Luke Donald ha realizado el anuncio de sus seis elecciones para la Ryder Cup en un plató en la sede de la Sky Sports en Londres. El acto lo ha conducido, y muy bien por cierto, el que fuera profesional de golf Nick Dougherty. Ha durado media hora, ya que el proceso era el siguiente: Dougherty introducía a Luke Donald, intercambiaban algún comentario, el capitán anunciaba una elección, entrevista de tres preguntas con el elegido, nueva elección y así sucesivamente con los seis seleccionados. Aunque lo parezca, no se ha hecho largo y ha dado lugar a alguna que otra anécdota divertida.

– El mejor momento ha sido con Shane Lowry. Ha sido el cuarto en ser seleccionado. Las entrevistas se realizaban de manera telemática, por lo que cada jugador ha hablado desde donde le ha tocado. Los tres primeros, Fleetwood, Straka y Rose estaba claramente en sus casas. Sin embargo, Lowry ha salido bastante despeinado y con un fondo forrado de madera. «Shane, por favor, dime que no estás ya en un pub celebrando», ha bromeado Dougherty. Lo cierto es que parecía un pub y ya sabemos que Lowry es singular entre otras cosas por lo bien que sabe celebrar sus éxitos. «No, no es un pub, es una casa club», respondió sonriendo el irlandés. Estaba en Dublín y acababa de jugar al golf, seguramente en el K Club, donde esta semana se disputa el Irish Open. No lo ha aclarado. Será la segunda Ryder Cup de Lowry. Tiene un balance de tres partidos jugados, uno ganado y dos perdido. Lowry ha hablado también de redención, quiere desquitarse de la derrota en la única Ryder que jugó en Whistling Straits.

Tommy Fleetwood ha entrado en la entrevista como sólo él sabe hacerlo, con mucho flow. Su conexión ha sido desde Dubai, ha dado las gracias a Luke Donald y ha reconocido que no hay nada en la vida como jugar la Ryder Cup. El capitán se ha deshecho en elogios hacia él: «es uno de los jugadores que mejor pega a bola en el mundo y no hay muchos que puedan presumir de haber hecho dos vueltas de 63 o menos golpes en un Grande». Fleetwood ha jugado tres Ryder Cup y ocho partidos, con un balance de cuatro victorias, dos empates y dos derrotas.

Sepp Straka ha sido la intervención más sosa. Tampoco sorprende. Seguramente es el jugador que tiene menos contacto con el lado europeo, no tiene esa confianza con Dougherty o con el mismo Donald que sí mantienen Lowry o Fleetwood. También es cierto que ha entrado desde Birmingham, Alabama, y allí eran las ocho de la mañana. El austriaco ha señalado que estar en la Ryder Cup era el objetivo principal del año y ha culpado de su magnífica evolución en los últimos meses a su consistencia de tee a green. Donald ha dicho de él que es un jugado con pedigrí, como corresponde a alguien que ha ganado en el PGA Tour este año y ha quedado segundo en el Open. Es su primera Ryder. En la Hero Cup jugó cuatro puntos, ganó dos y perdió otros dos. «Es un honor que me hayan elegido y confío en devolver la confianza en Roma. Tenemos un equipo con mucho talento», explicó. Se declara fan de Moliwood, la pareja que formaron Tommy Fleetwood y Francesco Molinari en París y asegura que recibió la llamaba de Luke Donald mientras estaba conduciendo. Su caddie, que es estadounidense (como el de Rahm, por ejemplo), lleva su libro de yardas guardado en un funda con la bandera de Estados Unidos. «Ya le hemos convencido para que no la lleve», sonrió.

Justin Rose, con una fulgurante dentadura blanquísima, ha hablado desde el salón de su casa en Wentworth. Eso es clase. Ha asegurado que para él era muy importante quitarse la espina de su ausencia de la Ryder Cup de Whistling Straits. También era su principal objetivo este año. Sabe que acude a Roma con el papel de veterano, para arropar y enseñar a los más jóvenes. «Está bien, acepto el papel de veterano», ha dicho a regañadientes pero con una sonrisa el jugador inglés. Será su sexta Ryder Cup, ha jugado 23 partidos y su balance es de 13 victorias, 8 derrotas y 2 empates. En verano canceló un par de vacaciones familiares que tenía previstas para entrenar duro y firmar unos buenos Playoffs de la FedEx Cup. «No quería darle demasiados quebraderos de cabeza a Luke para elegirme. Al ser seis elecciones, creo que este año hay menos presión para los que han sido invitados». Rose ha confesado que se ha metido más de una vez en el shot tracker de Aberg para ver sus golpes. «Tienes recursos que no se ven por ahí muy a menudo». En cuanto a la selección del equipo, aportó una clave sabida por todos, pero que siempre está bien escucharla desde dentro. «La reputación es una cosa, pero tienes que tener algún tipo de perfil estadístico que te dé la oportunidad de jugar un buen golf en Roma en un campo de golf que se adapte a cierto tipo de jugador». También ha dejado su primera lección como veterano: «Entrar en el equipo de la Ryder no es la línea de meta, sino el comienzo de la misión. Cada uno debe pensar únicamente en la mejor manera que exista de ganar los puntos que juegue».

Nicolai Höjgaard ha sido el más nervioso de todos y el más tímido. Ha reconocido que no se enteró de que estaba en el equipo hasta ayer por la tarde, cuando recibió la llamada de Luke Donald. «Estaba bastante decepcionado por mi final de torneo en Suiza (acabó quinto) y su llamada me alegró la noche. Es un sueño». Donald ha destacado de él que es uno de los jugadores de Europa más en forma en los últimos torneos. Debuta en la Ryder. En la Hero Cup jugó cuatro puntos y ganó los cuatro, tres formando pareja con Francesco Molinari, y el individual contra Seamus Power. «He jugado tres veces en el Marco Simone y me gusta mucho, es un campo que me transmite buenas vibraciones desde el primer día y donde he hecho buenos resultados», aseguró. Por supuesto, habló con su hermano. «Está emocionado por mí y eso significa mucho. Sé lo que supone no ser elegido y tu hermano sí, me ha pasado antes en otros campeonatos como amateur. Estoy seguro de que esto va a ser un incentivo para que juegue bien y algún día ojalá podamos estar juntos en una Ryder».

Ludvig Aberg ha sido el último en ser elegido. Ha intervenido con la misma tranquilidad que juega el golf, sin mover músculo más de la cuenta. Como si llevara toda la vida jugando la Ryder Cup. «No podía estar más contento, la llamada de Luke me ha puesto la piel de gallina», ha asegurado. Donald ha destacado la victoria en Suiza, por el resultado y por la manera de conseguirlo. Será su primera Ryder Cup. La primera vez que se le pasó la Ryder Cup por la cabeza fue en Detroit, en el Rocket Mortgage, hace ahora dos meses. «Jugué con Luke Donald los dos primeros días y tuvimos la oportunidad de conocernos mejor. Creo que jugué bastante bien. No hablamos mucho de la Ryder, pero sí nos conocimos mejor. Después hemos intercambiado algunos mensajes y la llamada de ayer, la más importante». Si alguien tiene duda de la ambición de Aberg, no se pierdan esta reflexión. «Por supuesto que quiero ser Número Uno del mundo y jugar Grandes lo más rápido que pueda. Y si puedo ganar rápido, como este torneo, mucho mejor. Ese es el objetivo, es lo bonito de la competición. Claro que estaba nervioso en el tee del 18 ayer en Suiza, pero al mismo tiempo es algo que disfruto. No puedo explicarlo, pero es una experiencia genial». Blanco y en botella.