Ayer, justo al final del último duelo de los fourballs de la tarde, disputado por Rory y Fitzpatrick contra Cantlay y Clark, entre el alborozo y el alivio de los americanos, que rescataban un punto de vital importancia, también se disparó la tensión.
Una vez que Cantlay embocó su putt de birdie, Rory se puso a estudiar el suyo y, según parece y atestiguan algunas imágenes, el caddie de Cantlay, Joe LaCava, estaba en su línea, agitando una gorra de cara a la grada, celebrando todavía el birdie de su jefe, seguramente ya a destiempo. Rory le pidió que se moviera y Joe tardó demasiado en hacerlo…
Live From just showed this angle of LaCava on the 18th green in Rory’s kitchen as he prepared for his birdie putt. Definitely right in Rory’s way. pic.twitter.com/NcBAILHBcJ
— Shane Bacon (@shanebacon) September 30, 2023
Ese fue el motivo por el que Shane Lowry se encaró luego con LaCava y, en definitiva, por el que luego todavía continuaron las discusiones en el aparcamiento, con Rory como protagonista, que exclamaba algo así como “esto no puede ser, es una vergüenza”, mientras precisamente Lowry se lo llevaba de allí.
Las versiones en este punto no están claras, porque Zach Johnson cree estar seguro de que Rory y LaCava hablaron antes de la discusión en el parking y resolvieron el asunto, así que sería con otra persona con la que discutía directamente el norirlandés, aunque el caddie de Cantlay estuviera allí presente… Se ve en las imágenes a Jim Bones, el caddie de Justin Thomas que fuera de Phil Mickelson durante muchos años.
Rory and Bones getting into it in the parking lot 😳
Things are officially HEATED at the #RyderCup pic.twitter.com/tryokHrmP9
— Rory McIlroy Tracker (@RMTracker) September 30, 2023
Tampoco llegó la sangre al río. Rory, justo después de acabar el partido hizo unas escuetas declaraciones: “Matt y yo jugamos bien, pero Cantlay embocó tres grandes putts para cerrar el partido y me quito el sombrero ante ellos, que jugaron muy bien. Luego, lo que ocurrió en el 18 sólo es combustible para el fuego de mañana”.
Fuel for the fire tomorrow, dijo literalmente.
En este punto, convendría que Rory la echara al suelo, como vulgarmente se dice, y tratara de encontrar el equilibrio perfecto entre la motivación y la sobre excitación. Porque viene a la memoria aquel duelo ante Patrick Reed, el primero de los individuales de la Ryder de 2016, en el que el norirlandés realmente jugó por momentos pasado de revoluciones emocionales, derrochando energías, y terminó pagándolo por los segundos nueve hoyos de Hazeltine, tramo en el que Reed se hizo con un duelo que acabaría ganando por uno arriba.
Han pasado siete años desde aquello y este Rory es mucho más experto. Se conoce mejor. Confiemos en ello, porque lo necesitamos al punto: ni crudo, ni muy hecho. Mucho menos achicharrado. Europa tiene muy bien encarrilada esta Ryder, cierto, pero es realmente importante de cara al desenlace final que se frene el empuje estadounidense en los primeros partidos de los individuales de hoy. Que se corte de raíz la dinámica de los fourballs de la tarde del sábado. Es por eso por lo que Donald ha dispuesto los primeros duelos con Rahm, Hovland, Rose y McIlroy, por este orden, abriendo la competición.
La consigna del vestuario europeo es precisamente esa: «nosotros a lo nuestro, golpe a golpe, partido a partido y sin prestar atención al ruido externo». Es Europa la que va ganando, es Europa la que está jugando mejor en esta Ryder Cup y es Europa la que no necesita nada que se salga de la pura competición. Esto es lo que se ha tratado de transmitir a todos los jugadores antes del inicio de los individuales. Concentración y motivación, toda. Sobreexcitación, prohibida.
Hace 24 años, en aquella Ryder de 1999, la de la remontada estadounidense en Brookline, el capitán de las barras y estrellas, Ben Crenshaw, pronunció aquella famosa sentencia la noche antes de los individuales: “I got a feeling”. Entonces tenían que remontar cuatro puntos (6-10 para Europa antes del domingo) y hoy son cinco. Además, en esta ocasión no juegan en casa. Rory, como pilar del equipo europeo, debe frenar de entrada tal feeling, si es que lo hubiera, secundando a los Rahm y Hovland, que van a ir por delante.
