Sergio García hizo una llamada telefónica a la ‘desesperada’ al director ejecutivo del DP World Tour, Keith Pelley, con el objetivo de poder jugar la próxima Ryder Cup de Roma. En una entrevista con inews, el castellonense se ha sincerado sobre sus últimos intentos de poder convertirse en un jugador elegible para Luke Donald y tener opciones de formar parte del equipo europeo que competirá la próxima semana en el Marco Simone.
El español estaba pendiente a saldar multas pendientes por un importe total de hasta 700.000 libras con el European Tour por el hecho de jugar torneos de LIV Golf coincidiendo en la semana con otros eventos del DP World Tour sin autorización. Pero Sergio ha revelado que sus esperanzas se desvanecieron cuando Pelley le comunicó que no había «ninguna posibilidad» de que pudiera regresar de inmediato al circuito y tener opciones de jugar la Ryder.
«Le llamé y le pregunté por la posibilidad de volver a formar parte del circuito», dijo Sergio. «Sabía que tenía que ser miembro para tener alguna posibilidad de formar parte del equipo europeo en Roma. Es lo que quería si pagaba todas las multas y jugaba el número mínimo de torneos requeridos. Estaba dispuesto a ambas cosas, aunque no fuera lo ideal porque tendría que haber jugado 10 ó 11 de las 12 semanas siguientes», añadió.
«Estaba dispuesto a pagar y jugar los torneos requeridos, aunque tendría que haber jugado 10 ó 11 de las 12 siguientes semanas»
«La respuesta fue que no había ninguna posibilidad. Cuando me lo dijo, no tenía sentido seguir adelante. No iba a hacer un esfuerzo extra si no recibía su cariño», insistió. Sergio es el jugador con más puntos en la historia de la Ryder y asegura que Pelley le aconsejó que el panorama será «más favorable» el año próximo tras el acuerdo alcanzado entre los grandes circuitos con LIV Golf, aunque sin animarle a volver a inscribirse en el DP.
La edición de la Ryder de este año en Roma será la segunda desde el debut de Sergio en 1999 en la que no representará al equipo europeo (la otra fue en Gales 2010). Aunque lo apoyará desde la distancia: «Me encanta la Ryder Cup y la sensación que produce competir en equipo. Eso no va a desaparecer. No importa si quieren que vuelva a jugar o no, eso es algo que está en mí y nunca cambiará. ¿Decepcionado por no estar allí? Sí, absolutamente. Pero eso no significa que vaya a desear que les vaya mal», finalizó.
