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Sir Alex y dos veteranos heridos en combate

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Es ya una tradición en la Ryder Cup y uno de los secretos mejor guardados por los capitanes. Todo vale para tocar la fibra del equipo, disparar la adrenalina y preparar a los hombres antes de la batalla. Es el motivador. Un invitado del capitán que se mete en el vestuario y da una charla a los jugadores.

Hubo muchos rumores sobre quién sería en Gleneagles la estrella psicológica tanto en Europa como en Estados Unidos. Recuerden los últimos años: Gareth Edwards, estrella del rugby galés, estuvo en Celtic Manor; también Seve Ballesteros formó parte de la estrategia mental aquel año con una charla por teléfono o Pep Guardiola en Medinah. Por Estados Unidos, aún resuena la charla de George W. Bush en 1999.

Pues bien, el secreto se disipó unas horas antes de charla, justo cuando Sir Alex Ferguson, eterno manager del Manchester United, retirado en junio de 2013, se dejó ver en Gleneagles junto a Paul McGinley. Son buenos amigos y han compartido muchas horas de mesa y mantel hablando de fútbol y golf. Ferguson es un espléndido aficionado, un habitual en el campo de prácticas de Mottram Hall cuando dirigía al United. McGinley, por su parte, es un apasionado del balompié, hincha del West Ham y mediocentro ofensivo de fútbol gaélico en sus tiempos mozos, antes de romperse la rodilla con 19 años.

Ferguson dio la charla anoche en el vestuario de Europa, para regocijo de Rory McIlroy, seguidor del United y amigo personal del ex técnico escocés. No sabemos, eso sí, cómo sentaría su presencia a otros componentes del equipo como Ian Poulter, fiel ultra del Arsenal. Precisamente, McIlroy contaba hoy en Gleneagles lo que les dijo Ferguson: «nos habló sobre todo de las expectativas. Él dirigió durante muchos años al Manchester United y convirtió Old Trafford en una fortaleza. Todos los rivales sabía que jugar allí era muy duro y que ganar será muy difícil. Nos ha dicho que si somos favoritos es por algo, que nos los merecemos, que es porque hemos jugado bien y que no tenemos por qué escapar de esa etiqueta o evitarla, al revés, debemos aceptarla con orgullo», señaló Rory.

El Número Uno del mundo reconoció emocionarse durante la charla. «No podía quitar mi mirada de sus ojos. Pensaba que esa misma charla la habría tenido años atrás en el vestuario del United. Nos contó dos historias y hablamos sobre las claves para ser un equipo de éxito. Tiene autoridad y todo el mundo escuchó atentamente, aunque no fuera seguidor del United… Eso sí, las dos historias que contó no os las puedo decir», aseguró.

El contrapeso en el vestuario de Estados Unidos lo ponen dos veteranos de guerra, un marine y otro del ejército, ambos heridos en combate. Son voluntarios de la Asociación de soldados heridos de guerra y, según David Feherty, ex jugador y analista de televisión del PGA Tour, “dos de las personas más inspiradoras y emocionantes que me he encontrado en mi vida”. Corey Pavin también tuvo en el vestuario de Celtic Manor a un veterano de guerra de Irak.