
El PGA Tour desveló este miércoles cómo se realizará la distribución del pastizal que reparte por la FedEx Cup. En primer lugar, hace unas semanas, se anunciaron los cambios en el formato y ahora se ha explicado cómo se adjudicarán las ganancias. El sistema, a bote pronto, es mucho más justo y equilibrado.
Como saben, esta temporada los jugadores no partirán en el Tour Championship con unos golpes ya asignados, tal y como ocurría en los últimos años. Recuerden que los 30 primeros de la FedEx arrancaban la final en East Lake desde -10 al PAR según su clasificación en el ranking antes de este torneo. Quien ganaba el Tour Championship era declarado campeón de la FedEx Cup y se llevaba a casa nada menos que 25 millones de dólares. Los golpes que se otorgaban eran la manera de premiar la regularidad durante todo el año.
A partir de este año ya no habrá golpes preasignados. Cada jugador saldrá a jugar la Final de la FedEx Cup al par, como en cualquier otro torneo. Eso sí, el ganador final del Tour Championship seguirá siendo declarado campeón de la FedEx. Entonces, ¿no sirve de nada ser el mejor durante todo el año y hacer unos buenos playoffs si después tienes una mala semana en East Lake? Sí sirve. El PGA Tour ha tratado de compensarlo con el reparto de los 100 millones que desembolsa la FedEx Cup.
Así las cosas, el primero del ranking después del Wyndham Championship, último torneo regular de la temporada, recibirá 10 millones de dólares. En ese momento se van a repartir entre los mejores un total de 20 millones de los 100 de la bolsa total. Poco después, cuando acabe el BMW Championship, justo antes de la Final se realizará un nuevo reparto. En este caso, se van a adjudicar 23 millones de dólares. El primero del ranking se meterá cinco en el bolsillo. Por último, al acabar el Tour Championship se repartirán 57 millones de dólares, con un premio de otros 10 para el ganador.
Así las cosas, aquel que sea primero tras el Wyndham, tras el BMW y gane el Tour Championship recibirá 25 millones de dólares, la misma cantidad que ganaba hasta ahora el que ganaba la FedEx Cup. Se trata de un reparto más justo. Un poco menos de la mitad de la bolsa total premiará la regularidad, mientras que algo más de la mitad bonificarán a los que mejor lo hagan en el Tour Championship, de manera que la gran final seguirá siendo bastante emocionante desde ese punto de vista.
El ejemplo de Jon Rahm es uno de los mejores para entender cómo cambia este reparto del dinero. Lo compartía en redes sociales el prestigioso periodista de Associated Press, Doug Ferguson. Rahm hizo un temporadón en 2023. Era primero del ranking tras el Wyndham, cuarto después del BMW Championship y tuvo una mala final de la FedEx Cup. De los 100 millones que se repartían, el jugador de Barrika se embolsó únicamente 670.000 dólares, la cantidad que le correspondía por su posición final en el Tour Championship. Con el reparto que se realizará este año, Jon se habría embolsado un total de 12,2 millones de dólares.
Por cierto, estos 100 millones de la FedEx Cup están al margen del Comcast Business Top 10, el bonus que se entrega a los 10 mejores de la FedEx al acabar la temporada regular y que suponen ocho millones extra para el Número Uno. Así las cosas, el jugador que acabe primero la temporada regular del PGA Tour este recibirá del tirón 18 millones de dólares, sin duda un gran reconocimiento al golfista más regular.
Todo este dinero que va siempre para los mismos me parece muy bien, pero a los que están por ejemplo entre el 70 y el 150 del circuito no lo creo.
A este ritmo la la PGA se va a convertir en un LIV con 55 o 60 fijos, ya que con los torneos elevated no hay quien los saque de ahí por muy mal que lo hagan. Y si no lo hacen bien siguen ahí con invitaciones como el señor Fowler. Después otros 10 o 15 que irán variando. El resto a competir en los otros torneos del circuito que dada vez irán teniendo menos interés.