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McIlroy y las revelaciones de Augusta

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Rory McIlroy nunca ha ganado el Masters, aunque jamás se marchó de vacío del Augusta National. El mítico recorrido de Georgia se ha convertido en el perfecto gurú silencioso para el Número Uno. Esta peculiar y estrecha relación comenzó hace cuatro años. El jugador norirlandés mantiene que aquel negro domingo de 2011, cuando se le escapó entre los dedos un Masters que tenía encaminado, ha sido el día más importante de su carrera. «Si aquello no hubiera ocurrido, quién sabe dónde estaría yo ahora mismo. Nunca lo sabremos, pero lo que puedo asegurar es que aprendí más en esa vuelta que ningún otro día de mi vida», asegura.

Aquella no fue la última lección de Augusta a McIlroy. Hoy mismo desvelaba el Número Uno en Dubai, a pocas horas de que arranque la tercera parada de la Gira del Desierto, una ‘confesión’ que le hacía el propio Augusta National el domingo del año pasado. «Fue en el green del hoyo 6 en la cuarta ronda. Ahí me di cuenta de que estaba haciendo algo mal en el putt, concretamente estaba mal colocado a la hora de alinearme», afirma. Hecha la revelación, Rory se puso el mono de trabajo. Las dos semanas siguientes entrenó junto a un buen amigo suyo, Harry Diamond, y corrigieron el error, aunque aún había que machacarlo. A partir de ahí, McIlroy ha echado muchas horas de putting green entrenando con un espejo para corregir su colocación. «Seguro que muchos me habréis visto», afirma.

La conclusión, después de tanto trabajo a raíz de aquella revelación en Augusta, se ve tanto a simple vista: victorias en el BMW PGA Championship, British, Bridgestone y PGA; como rascando en las estadísticas. Ha pasado del puesto 120º al 41º en la clasificación del PGA Tour de golpes ganados al resto en los greenes. Blanco y en botella.

Tras aquel domingo de 2011, McIlroy ganó el US Open. Tras el domingo del año pasado, Rory se impuso en el British y en el PGA. Es cierto que aún no tiene una Chaqueta Verde en su armario, pero no es menos cierto que le debe mucho a Augusta.

Precisamente, ganar el Masters es el gran objetivo de un jugador con un hambre voraz de triunfos. «Quiero ganar esta semana porque siento que hace mucho tiempo que logré mi última victoria», afirmó hoy. Ahí está su ambición. No hay que olvidar que su conquista última fue el PGA Championship en agosto, casi nada. Además, llega a Dubai con tres segundos puestos consecutivos en el Circuito Europeo, una cosecha fabulosa para casi cualquiera, menos para él. «Siempre que no gano estoy decepcionado. Obviamente, es mejor acabar segundo que duodécimo, pero ganar es el único objetivo», señala.

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