Agarren una silla, tomen asiento y pónganse en situación. Primer golpe de la temporada. Primer swing oficial. Primer tee que pisa uno sabiendo que lo que va a pasar a partir de ahora cuenta, que la tarjeta ya no perdona una, que la rueda empieza a girar. Firme, decidido y convencido haces un primer movimiento de prueba… y algo falla. No puede ser, piensas. Tienes la cabeza limpia porque aún no ha ocurrido nada, ni bueno ni malo, en la temporada, pero no das crédito.
Algo así le ha pasado a Álvaro Quirós en el tee del 10 del Abu Dhabi Golf Club. Era su primer hoyo del torneo, de la temporada, y al subir el palo ha sentido y escuchado algo raro. «Era como si una pieza se hubiera soltado y se moviera por dentro de la varilla», explicaba a Tengolf nada más firmar la tarjeta. Quirós se quedaba de piedra. Sentía como si el objeto extraño no identificado fuera una bolita, quizás uno de los pesos del cuello del palo, que bajaba y subía por dentro de la varilla como si aquello fuera uno de esos palos africanos que convocan a la lluvia.
Instante de desconcierto en el jugador de Guadiaro, pero rápidamente se repone. Si esto es lo que hay, a lidiar con ello. No se lo piensa. «Una vez puesto para hacer el swing, a mi velocidad normal no se oía nada, así que no había problema. Sólo era raro al hacer el giro a cámara lenta». El driver sigue en la bolsa y no pierde su puesto de titular. «Nada, nada, le he seguido pegando con todo. Al principio he fallado un par de golpes a la derecha y no sé si lo que le pasaba al palo ha podido influir, pero vamos, que igual ha sido error mío, no es excusa», explicaba sincero.
Quirós no sólo ha tenido que lidiar con ese curioso ruidito durante la vuelta, además, y lo que aún es más importante ha ido de estreno en este jueves de Abu Dhabi. El golfista de Guadiaro ha estrenado driver, hierros y bola esta semana. Los puso a prueba por primera vez el lunes, por lo que como quien dice aún está en periodo de rodaje. En estas circunstancias sacarse un 69 de la manga, y empezando con dos bogeys, es para estar más que satisfecho. «Estoy contento, es un buen resultado. Hoy me he salvado mucho, he pegado golpes regulares, pero he recuperado muy bien y ha sido un buen resultado».
Quirós tiene otro ‘ruido’ que lo acompaña desde el pasado mes de agosto. En este caso es un ruido interno. Tiene lo que se conoce como codo de tenista en el brazo derecho y se lo está tratando. Hoy ha jugado luciendo un aparatoso vendaje (kinesiotaping) en la articulación y por todo el antebrazo.
